Artículo Periodístico 299º: “Síndrome de la
esposa de Putifar”[1].
0.
Denomino síndrome de la esposa de Putifar, esa leyenda o historia que se
enmarca en la historia de José, el patriarca o el israelita y su historia desde
Palestina hasta Egipto.
Se
supone que todo el mundo conoce, se sea ateo o agnóstico esta historia, por la
cual, José siendo esclavo y trabajando para Putifar, la esposa de Putifar o
Potifar lo quiere seducir e intenta que se acueste con ella. Él niega dichos
actos y ella en venganza, desprecio, celos y todos los complejos emocionales y
afectivos y conceptuales dice que ha intentado ser seducida por José.
1.
Esta historia, novela, relato, leyenda, hecho acontecido es importante
analizarla. Porque los grandes relatos, sean pura literatura o sean religión o
espiritualidad, de todas las tradiciones religiosas nos indican mucho de lo que
el ser humano es y no solo lo que dice ser o cree ser.
Aquí
en esta historia un ser se siente atraído por otro, afectiva y sexualmente, y
esa otra persona, sea hombre o sea mujer, le niega ese derecho o ese acto, y se
venga. En este caso, en la historia egipcia, eso suponía la muerte para un
esclavo, como era José.
2.
Cualquier cosa o hecho o acto o concepto, es evidente, de cientos existentes,
no les ocurren a todas las personas. A unos, les ocurren éste, a otros, les
suceden otros, que con el tiempo iremos algunos de ellos narrando.
Lamentablemente
no tenemos un nuevo gran Freud o un nuevo gran Nietzsche que nos hubiesen
narrado o conceptualizado esta realidad.
Pero
esta realidad sigue sucediendo. Qué tanto por ciento en la población, y si
alguna vez, le ha ocurrido a todos los seres humanos, este dato lo desconozco.
No solo que se te ofrezcan, sino que si lo rechazas toman, represalias contra
el que no ha querido beber y comer del agua y del cocido que no le
correspondía.
3.
Se produce hoy de muchas maneras, a personas, adolescentes que no quieren
“torear”, o no quieren ser toreadas y “corneadas” por determinada persona, pues
en algunos casos, les cierran amistades, intentan marginarlos, intentan
silenciarlos, intentan que el grupo o los grupos vayan en contra de esa
persona.
Si
además los de su mismo sexo, sean jóvenes o jóvenas, a esa persona que están
intentando rechazarla, le tienen envidia porque sea más bello o más bella,
incluso más inteligente, o de un estrato social más alto o económico, o
cultural, o que no es demasiado inteligente a nivel emocional. O es más o es
menos, porque también ocurre, o consideran que es menos… sucede o puede
acontecer lo mismo. Dicho de otro modo, si se considera que “es menos”, aún
intentan aprovecharse más, menos en una de las docenas de variables, sea menos
económicamente, sea menos socialmente, sea menos de estrato social, sea menos
por…
Se
pueden entonces juntar el yunque y el martillo, ninguno de los dos géneros,
uno, por unas razones, otros, por otras, van marginando y silenciando a una
determinada persona.
Nadie
reconocerá que empezó con el síndrome de la esposa de Putifar, porque nadie lo
dirá, pero eso ha sido el desencadenante, y después se han ido juntando y
uniendo otras razones y otros motivos y otras causas, reales o imaginarios,
inventados o exagerados…
Si
a eso se une, otras razones, como que los jóvenes son los seres que más
autoestima y estima de los otros necesitan, son los seres que más autocrítica
se hacen, son los jóvenes que más necesitan del grupo ya tenemos… que se puede
ir destrozando a una persona, y ese dolor o angustia o sufrimiento o trauma le
puede durar décadas y condicionarles toda la existencia. Toda la existencia en
sentido real y preciso, incluso a nivel económico, personal, psicológico,
vocacional, e incluso a la hora de seleccionar pareja en el futuro. Incluso
irse complicándose con otros síntomas, síndromes, problemas, disfunciones…
4.
En el tramo de adultos y adultas sucede lo mismo. Sea en el mundo de la
empresa. Y aquí se pueden producir multitud de variedades que no se pueden
describir… Desde compañeros a compañeros o compañeras, desde jefes a
subordinados, desde fijos a eventuales, desde personas más vulnerables por
diferentes razones, separación, madres solteras, contratados o contratadas, etc.
Incluso
se puede dar el caso, o la variedad, excepcional, que una persona no caiga en
esos actos, y alguien que un familiar suyo si ha caído, entonces se percibe
claramente por ese grupo, que unos son de una manera y otros son de otra…
Entonces esa persona que su familiar o su amistad o su consaguinidad ha caído
en ese defecto y otra persona no, pues empieza a tomarle rencilla o inquina o
rencor, consciente o inconsciente, a esa persona que no ha realizado ese acto…
Pero claro no va a poner esa excusa, tendrá que sobredimensionar otro acto u
otros actos, acabando en el mejor de los casos hablando mal de ella,
sobredimensionando algunos defectos o errores de esa persona…
Puede
darse también alguna variedad entre conocidos y amistades en sentido amplio. Ya
de adultos. Y una variedad que se suele dar, es que diez o doce parejas de
amigos, si una personas se queda sin conyugue, el resto la rechazan y la echan
del grupo. Incluso sabiéndolo que era engañada por su pareja, los amigos y
amigas no se lo indican, no se lo narran a la perrona afectada… es decir, todo
el mundo habla de todo el mundo, y cuándo a alguien hay que avisarle de algo,
que es esencialmente importante, entonces empiezan con el complejo de la
discreción y de no meterse en la vida de los otros… Y cuando no les llaman y no
tiene importancia si se meten en la vida de los demás…
5.
En todos los casos, siempre se pondrá otra razón, en vez de la original y la
esencial, después se irá enredando con otros supuestos hechos o
manifestaciones, o se pondrán multitud de excusas, o se señalará un supuesto
error, real o hipotético, pero que se sobredimensiona, etc.
Este
síndrome, por ponerle un nombre, porque aunque tiene componentes psicológicos,
también afectivos, también económicos, y desde luego morales, o mejor dicho
inmortales… se puede producir, y de hecho se materializa de miles de formas y
maneras…
6.
Cada uno debe examinar sus ideas y sus afectos y sus intenciones… vivimos en un
mundo que desde hace dos siglos, lo que hemos ido buscando es la liberación
moral y ética, además de la religiosa y espiritual. Y no nos hemos dado cuenta,
que a menos moral y ética correcta, en la mayoría de personas nos creemos que
somos más libres, y lo que sucede, es que el más poderoso o tiene más poder,
sea económico, cultural, político, social tiene muchas más tentaciones de
aprovecharse del supuesto o real inferior. Y esta es la realidad…
A
menos moral correcta más sufrimiento para la mayoría de seres humanos. Porque
unos, unos nos saltaremos unas normas morales, y otros, otros se saltarán
otras… Por lo cual, todos, en unos aspectos de la vida, seremos de la media, en
otros de la inferior, y en otros, del grupo superior. Pero todos seremos
potencialmente vulnerables y débiles en algún aspecto de la existencia.
7.
Debemos decir que esto es un síndrome, antiguamente se diría una lacra social o
un vicio o un defecto moral grave. Ahora con una sociedad que confunde
libertinaje, es decir, conceptos erróneos con costumbres morales equivocadas…
confunde libertinaje con libertad. Entendiendo libertad como conducta y
voluntad y afectividad acertada con conocimientos acertados.
Lamentablemente
hay personas que antes de cumplir veinte años, ya han hecho mucho mal, mal
profundo a otras personas, aunque ese mal no esté sancionado por la ley
jurídica. Lamentablemente esas personas, cuándo tengan sesenta años, de no
cambiar, habrán continuado con esa forma de conducta, y habrán ido dejando un
enorme rastro de sufrimiento y dolor y angustia en otras personas. Pero lo peor
de todo, es que a veces, demasiadas veces, no hay castigo en esta tierra, y
lamentablemente, muchos creen que no habrá tampoco en Otra Tierra, porque dicen
y creen que no existe.
©
jmm caminero (03 agosto-03 sept. 2015 cr).
Fin
artículo 299º: “Síndrome de la esposa de Putifar”.
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