Artículo Periodístico 3.906º: “Quizás, escribir, pintar es o sea una
enfermedad”.
Quizás,
pasarse toda la vida, escribiendo o pintando o… haciendo arte u otra realidad
cultural o del saber, y, no obtener nada, sea una pequeña enfermedad, síndrome,
patología…
Cierto es, que es mejor el tiempo
libre, o parte del tiempo libre, -siempre que se atienda las otras necesidades
de la vida, el trabajo remunerado, la familia, una suficiente vida social, la
formación, etc.-, escribiendo o pintando o esculpiendo o haciendo poemas o
diseñando artilugios, o, las mil realidades posibles de la cultura, artes,
saberes, ciencias, filosofía, tecnologías, teologías, etc. Mejor todo eso que
llenando el vientre, como si fuese una bodega de maceramiento de güisqui.
Admitimos que es mejor crear
cultura, o intentarlo, en definitiva, interpretación cultural del mundo, que
caer en uno o en varios de los siete errores morales graves, antiguamente,
denominados pecados capitales: lujuria, gula, avaricia, vanidad, soberbia,
pereza, envidia…
Pero también tenemos que admitir,
que una persona, con las condiciones anteriores, dedicar, diez o veinte o
treinta o cincuenta años de su vida, día tras día, una hora o tres horas o
cinco horas diarias, a la creación o autoría o búsqueda o investigación en un
campo de la realidad y del saber, y, no obtener nada o casi nada a cambio.
Ni reconocimiento social, ni
reconocimiento cultural por su labor o por su trabajo, ni por la cultura en
general, ni los gestionadores privados, ni públicos de la cultura, ni por el
mundo académico y universitario, ni por los expertos o especialistas, ni por
los entendidos en general, en esa rama del saber… Si, no ganar ni un céntimo de
euro en toda la vida, o apenas unos dólares, ni tener u ocupar un lugar en ese
campo cultural… Y, estar día tras día, año tras año de formación y acción en
esa especialidad. Si estar así, no es, no hay que pensar, que es una pequeña
patología, enfermedad, síndrome… -Evidentemente son los especialistas
psicólogos y antropólogos y sociólogos y biomédicos los que tendrían que
indicarlo…-.
Esperar este año, al principio,
que quizás, estos meses próximos cambie la situación, y, terminar el ciclo
solar anual, y, ser como el anterior, de olvido, fracaso, ostracismo cultural,
exilio interior cultural… Pasarse años, literalmente años, enviando y mostrando
tu trabajo, literalmente, a cientos y a miles de personas y entidades, y,
siempre, salvo alguna excepción, recibir el silencio como respuesta… cansado
los nudillos, llenos de estrías y ribetes de pequeña sangre, de tanto llamar a
tantas puertas…
Si en esas condiciones, quizás, a
lo sumo obtener algún premio, quizás, alguna entidad pública, publicarte un
libro, quizás, con el esfuerzo de la familia, autopublicarte un libro, -antes,
hace décadas realizando toda la labor y todos los pasos tú mismo, ahora,
encargando a editoriales, que han florecido a docenas, que te hacen todo el
proceso. Editores que se dedican solo a publicar lo que los autores y autoras
les llevan…-.
Cientos de libros han enviado al
aire de la tierra, algunas de ellas, lo que muestra y demuestra que existen
miles, quizás decenas de miles, de escribientes, en todas las materias,
especialmente, en literatura, que quieren ocupar un lugar, que necesitan
escribir, tanto como comer, descansar, beber, tomar el sol... Que quizás,
llevan lustros en ello, que quizás, los psicólogos, deban admitir, que existe
un pequeño síndrome, de la escritura perpetua, pero al menos Umbral, que se le aplicó este concepto,
vivía de ello. Pero miles, apenas obtienen una sonrisa…
Y, también, existen otros
sistemas de autoedición, a través de revistas fanzines y libros fancines, en
papel, hace unos lustros, ahora, revistas y libros en Internet, en blog y en
Webs, de muchas maneras y muchas formas –y, en esas pizarras, el pintor muestra
sus pinturas, el escultor sus esculturas, el poeta sus poemas, el fotógrafo sus
fotografías, el ensayistas, sus fragmentos de ensayos, el ceramista sus vasijas
de vanguardia o tradicionales, el…-.
Y, llega una edad, que el poeta,
que ha estado, dedicando miles y miles de horas, a la formación y a la
conformación de su estilo y tendencia y forma y manera y materia y contenido.
Y, llega una edad, después de estar en estas playas y en esta mar, décadas. Que
sabe, que por el horizonte amanecen los cuernos de la última trayectoria vital.
Que sabe, y que conoce y que
siente, que ya, quizás le queden unos años o unos lustros, pero que está en la
última etapa de su existir en esta tierra. Ya, que mira sus mil o cinco mil o
diez mil poemas, sus mil o cinco mil o diez mil dibujos y pinturas en papel,
sus mil o cinco mil o diez mil ……………………… ya, el problema, que aunque existan
parte de ello, publicado y editado. La gran parte de la mies, está inédita. Y,
que posiblemente, su hontanar, horizonte, futuro, su destino sea la pérdida y
el olvido…, la destrucción de ese material poco a poco. La siguiente generación
guardará lo que pueda, pero, al cabo de diez o treinta o cincuenta o cien años,
se irá reduciendo las mieses de peras y melocotones y rosas a nada o a casi
nada…
No es, que durante la vida, esa
persona, solo haya obtenido, salvo algunos días, nada más que fracasos, no es
cosa de vanidad y soberbia y notoriedad y grandilocuencia… no solo es eso, que
algo de todo ello existe. Es, simple y modestamente, que la labor de una
persona, que haya producido poemas notables o pésimos, o pinturas o dibujos o
fotografías o ensayos o ecuaciones matemáticas o… la labor de esa persona se
perderá y se destruirá. No, solo la labor de una persona, sino de cientos y de
miles…
¡Porque los entes sociales,
públicos y privados, no quieren y no quieran, ni virtualmente, crear Centros
de Documentación sobre diversas materias culturales, para que haya una
posibilidad de que quede para generaciones futuras, sea esa producción
cultural, ínfima, mediocre, notable, excelente o genial, genial no
descubierta…! ¡Quede para el futuro…!
¡Ni, siquiera la esperanza de
futuro, y, así esa persona, que debe sufrir un síndrome, esa tarde, va viendo
las carpetas llenas de poemas, diez o quince o veinte carpetas, cien o mil o
diez mil poemas, sabiendo, que dentro de cincuenta años, no existirán, ni los
originales en este mundo…! ¡Ni nada o casi nada…! ¡De seguir como hasta ahora,
está la cultura y la Cultura, a la que tanto alaban, a tantos que alaban a los
profetas del antiguo y deja morir a los nuevos, como dice la Biblia…!
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jmm caminero (16-20 noviembre 2023 cr).
Fin artículo 3.906º:
“Quizás, escribir, pintar es o sea una enfermedad”.