Artículo
Periodístico 294º: “Chesterton”[1].
0.
Dicen que Chesterton cuando estaba a punto de morir, ya en estado inconsciente,
dijo más o menos, “la cosa está clara hay que escoger entre la luz o las
sombras”. ¿Este ha sido siempre el problema o uno de los tres grandes
problemas, si no el primero, que todo ser humano desde la noche de los tiempos
ha tenido que escoger cada día y cada minuto…?
1.
El sentido común. Una de las ideas de este autor, es la importancia que dio al
sentido común. Desde luego el concepto y realidad de este constructor
psicológico es más complejo, porque al final, todo sentido común o toda idea o
concepto es la acumulación de ideas previas, de experiencias, de deseos, de
pasiones, de fines y de intereses. Por lo cual, una concepto que parece es tan
sencillo es muy complejo…
Quizás
una de las realidades del sentido común, sea querer ver y querer percibir la realidad
tal como es. O al menos intentarlo. Es decir, que los a prioris y prejuicios
propios, conceptos o experiencias no aneguen la realidad. Y que la realidad
triunfe, aunque después se explique de un modo o de otro…
2.
Las apariencias. Distinguir entre lo esencial y las apariencias eso es bastante
difícil en el mundo actual. Quizás en todas las épocas. Cuándo un aspecto de la
realidad es esencial o es accidental. Unos, denigran las apariencias, otros la
alaban y las adoran.
Cierto
es que el color verde de un tejado es algo no esencial en una casa, pero que
una vivienda tenga el color del tejado verde, puede significar mucho del
propietario, del arquitecto, del clima, de la relación del paisaje y del
hábitat humano.
Por
tanto, uno tiene que esforzarse en mirar lo esencial y no quedarse en las
apariencias, pero tantas veces, lo esencial está formado por apariencias, y las
apariencias, a veces, solo son apariencias, pero a veces, reflejan lo esencial.
Como
en casi todos los problemas humanos, cognoscitivos o del conocimiento y
humanos, todo es muy sencillo y todo es muy complejo. No creo que sea moral que
para ser entendido simplificar mucho los problemas complejos, o para aparentar
profundidad complejifique mucho las cuestiones sencillas.
3.
Valorar lo sencillo. En definitiva aceptar la realidad. Aceptar la realidad tal
como es.
Pero
este es el grave problema actual y moderno, porque hemos incluido el concepto
lo que es y lo que debe ser, lo que está y lo que debe estar.
¿Cómo
encontrar la armonía entre lo que es y lo que debe ser…? ¿Y aquí se integran
multitud de ideologías para cambiar lo que es en lo que debe ser…? ¿Y esto es
bueno en principio, menos cuándo unas ideologías se imponen sobre otras, y
sobre multitud de seres humanos que no creen en esas ideologías…?
¿Al
final que ha sucedido en el siglo veinte, algunas enormes dictaduras han sido
el intento de imponer lo que debe ser, según su pensamiento a lo que es, aunque
en ese intento millones de seres humanos se hayan quedado entre los alambres de
campos de concentración o en las cunetas de las trincheras…?
¿¡Y
estamos en la misma situación, estamos en el mismo peligro o en la misma
tentación…!?
4.
Lo sobrenatural. Lo natural no está en contra de lo sobrenatural. La
fascinación por el agua o el barro no va en contra de la posibilidad de la
existencia del alma inmortal y del Ser Supremo. Que estos dos mundos se
interrelacionan. Y que lo que hemos perdido en esta etapa moderna, desde hace
cinco siglos, hemos ido deteriorando ese puente entre lo natural y lo
sobrenatural y entre lo sobrenatural y lo natural.
5.
La familia. Es la estructura y célula esencial del ser humano.
Es
muy importante la fábrica, la sociedad, la escuela, el Estado pero dónde nacen
y mueren los humanes es en la familia. Ciertamente en la familia dirigidos y
gestionados por el Estado y por la sociedad y por la fábrica y por la escuela…
¿Existen
ideologías que buscan debilitar la familia? ¿Esta sería la cuestión…? ¡Se
estudia realmente lo que sucede y cómo es la familia, para poner remedios a sus
males, para aumentar sus bienes…?
¿Negar
los sufrimientos en la familia es un grave error, pero porque existan fallas,
no quiere decir que hay que destruir esa organización esencial, que al menos
está con nosotros docenas de miles de años…?
6.
Los milagros existen. En un mundo en el cual lo sagrado y lo trascendente
parece que no existe. Los milagros o signos portentosos, milagros aprobados,
existen. Sucesos que la ciencia no puede explicar, y sucesos que son refrendados
por los especialistas en teología y que tienen algunas condiciones previas.
Existen.
¿Pero
el problema es por qué nos negamos a aceptarlos, por qué nos negamos a
estudiarlos, por qué nos negamos a buscarlos, especialmente los aprobados y
estudiados fehacientemente por la autoridad específica…?
¿El
catolicismo aprueba cada mes dos o tres milagros de media o incluso más,
después de haber pasado años de estudio cada caso, por qué no los estudiamos,
por qué no nos acercamos a ellos…?
¿No
creemos o es que no queremos creer en ellos…? ¿Por qué si acabásemos creyendo
en los milagros, tendríamos que hacernos otras preguntas, y quizás terminar
creyendo en Dios, o en el alma inmortal, o en la eternidad de buenos y de
malos…? ¿Y quizás, tendríamos que cambiar de conducta…?
7.
Si Chesterton en vez de ser católico, hubiese sido ateo, sería considerado un
gran autor, y no como ahora uno de segunda fila. Evidentemente si no fuese
católico no sería Chesterton, y quién sabe si dentro de unas décadas beato, el
beato Chesterton.
Pero
sea beato o no lo sea, sea católico o no lo sea, bien haría usted en beber algo
de sus aguas, de su sentido común, de sus conceptos no para creerlos todos o
aceptarlos todos, pero si para hacerse preguntas… un brindis por el sombrero de
Chesterton, que indicaba más o menos, en una de sus frases, “cuando entras en
una iglesia te obligan a que te quites el sombrero, pero no la cabeza…”.
©
jmm caminero (05-26 agosto 2015 cr).
Fin
artículo 294º: “Chesterton”.
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