Artículo Periodístico 456º: “Zoos humanos”[1].
0. ¿Se dice que en el
siglo diecinueve, en distintas o en algunas capitales y ciudades europeas hubo
verdaderos zoos humanos? ¿No simple exhibiciones culturales, por ejemplo
danzas, y después cada individuo se iba a su casa y con su familia, sino
verdaderos zoos dónde en determinados habitáculos estaban individuos de
diversas razas, incluso en algún caso, al lado del zoológicos animal, y en
algún caso los mismos veterinarios para los animales cuidaban de esas personas?
¿También otros indican que se ha exagerado el concepto de zoos humanos y que
solo eran exhibiciones temporales y limitadas en el espacio y en el tiempo?
1. Como escritor
articulista, hay temas que a uno mismo le repelen y le repelen gravemente, pero
como escritor articulista tiene uno el deber de narrar o reflexionar sobre
cuestiones, del presente o del pasado, incluso aunque no le gusten. Porque de
todas las realidades existentes actualmente o que han existido es nuestra
obligación, como seres humanos, aprender y aprehender algo, reflexionar y como
en este caso, pedir perdón a la misma humanidad…
Hay datos e
informaciones suficientes para pensar que esta realidad, denominada zoológicos
humanos fue existente y fue real. Ignoro si duró mucho tiempo, ignoro si en
todos los lugares y en todas las ciudades, se trataba a esas personas del mismo
modo, ignoro el grado de libertad que disponían, ignoro multitud de detalles.
Pero sabemos lo suficiente la humanidad sobre este tema para tomar conciencia
de lo que el ser humano puede hacer de bueno, pero también, llevado por ideas
erróneas, en este caso de racismo y de maldad, a lo que le puede llevar de
malo…
2. Se habla que dicha
realidad comenzó por distintas razones y distintos motivos y distintas causas y
distintos fines, y desde luego, distinta entidad o distinta forma de
organización, desde 1870 y algunos lo prolongan hasta la primera década o
segunda del siglo veinte.
Se habla que entre 1870
y 1912 se hicieron unas treinta exposiciones de este tipo en el jardín de
aclimatación de París.
No podemos olvidar que
estas exposiciones o exhibiciones temporales se tapaban con intereses de tipo
etnológico o etnográfico. Incluso algunos indican que era una tapadera para
racionalizar un afán colonialista en pleno auge…
3. No podemos ignorar la
capacidad ambivalente del ser humano, en todas las épocas, tiempos, sociedades,
culturas. Por un lado, es capaz de hacer una gran cantidad de bien, por otro
lado, es capaz de realizar una gran cantidad de mal. Y la misma persona, puede
hacer bien y mal al mismo tiempo, a sí mismo o a los demás, incluso a veces, a
unos bien, y a otros, menos bien y quizás a los de más allá, mal.
Esta realidad de los
zoos humanos, fuese temporal o no lo fuese, tenga connotaciones etnológicas o
racistas o colonialistas o de concepciones de la época, en las cuales unas
razas y unas culturas se sentían superiores a las otras, nos pone frente al
espejo de lo que los seres humanos somos capaces de hacer y de pensar.
Ciertamente, no todos los individuos de una sociedad hacen el mal y hacen el
mismo mal, es más, algunos se oponen a dicho mal o a dichos males y otros lo
ignoran y otros, no participan de él. Como en todo, hay diversos grados de
responsabilidad y de acción y por tanto de culpabilidad…
Quizás, como algunos
pueden pensar el concepto de zoos humanos es exagerado, y sería más correcto el
utilizar el término “exhibiciones temporales de seres humanos de otras razas en
algunas ciudades del mundo”. Igual que en siglos anteriores al diecinueve se
exhibían en circos ambulantes por las ciudades personas con alguna rareza en su
constitución física… Ignoramos el grado de libertad que esos seres humanos
habían tenido para venir a Europa.
También para algunos
estas exhibiciones de seres humanos, fuesen temporales, o fuesen itinerantes, o
fuesen diríamos con un tiempo más o menos fijo y en un lugar concreto, eran
para algunos o algunos interpretan que eran una consecuencia más de las
políticas coloniales… no deberíamos tampoco olvidar que tres siglos antes, a
raíz de la colonización de América por parte de los españoles, al principio de
dicha colonización, esencialmente, ya se aprobó y fundamentó, en Salamanca y en
España lo que después sería denominado el derecho internacional, y
especialmente, el derecho de los indios por tener alma, y por tanto, tener una
dignidad. La historia negra que se ha contado contra España, sin negar que haya
puntos de verdad, quizás se haya exagerado, porque fue España una de las
primeras sociedades y Estados que dieron derechos inalienables, a los indios y
negros. España permitía e incentivaba que negros e indios, incluso si algunos o
parte de ellos eran esclavos, tenían también derecho y deber a llevar una vida
espiritual y sacramental como cualquier blanco español, e incluso entrar en
conventos y a la vida religiosa, aunque ciertamente en puestos inferiores, por
lo general. Es decir, España por influencia del catolicismo se adelantó varios
siglos en los derechos de todo ser humano, aunque sea en mayor o menor grado…
De ahí se pueden estudiar las figuras, por ejemplo, Pedro Claver, Martín de
Porres, etc.
4. Estos episodios
temporales, en el tiempo y podríamos decir parciales, nos tienen que llevar a
reflexionar seriamente sobre lo que el “ser humano puede hacer y hacerse a sí
mismo y hacer a otros”.
En la tierra, Europa y
Occidente del descubrimiento y aprobación de las grandes cartas de los derechos
humanos, por ejemplo, la carta de los derechos humanos de la revolución
francesa, la carta de derechos de la constitución americana y finalmente la
carta de los Derechos Humanos de 1948.
Quizás, la carta o
declaración de los derechos humanos de 1948 sea uno de los documentos o libros
o textos, uno de los cinco más importantes del mundo, de todos los tiempos y
épocas y culturas y civilizaciones…
Esta carta de derechos
hay que indicarlo, que no habría surgido, si no hubiesen sucedido una serie de
acontecimientos históricos, por ejemplo, las masacres de seres humanos que se
hicieron en el siglo veinte, en casi todos los continentes, y no habría surgido
sin la evolución de los derechos y derechos humanos que durante siglos se ha
ido fraguando en el mundo, pero especialmente en Occidente y en concreto en
Europa.
Debemos ser conscientes
lo que se ha avanzado en el siglo veinte con respecto a otros siglos
anteriores, no solo en ciencia y en saber y en tecnología y en salud y en
demografía y, especialmente, lo que se ha avanzado en el concepto de la
dignidad humana y de los derechos humanos… Pero tampoco podemos olvidar que una
concepción errónea de raza en el siglo veinte, es decir que unas razas o
ideologías son superiores a otras, causaron el shoah o el holocausto, y que una
concepción errónea de la preeminencia de unas clases sociales sobre otras,
terminó llenando el mundo de campos de concentración y de guerras
revolucionarias-contrarrevolucionarias, y que una concepción errónea de nación
terminó en el enfrentamiento de unas naciones o Estados o sociedades contra
otros, provocando dos guerras mundiales y otras docenas de guerras de distinto
tipo y clase…
5. Quizás, la única
conclusión que a raíz de esta cuestión se me ocurre es que “quizás hoy
deberíamos analizar qué realidades sociales o culturales” que en mayor o menor
grado practicamos, o al menos parte de la sociedad, quizás dentro de un siglo o
dos siglos se pueden considerar infrahumanas, inhumanas, no acorde con la
dignidad de las personas humanas consigo mismas o con los otros seres humanos o
incluso con los animales o con la naturaleza. Quizás, si aprendiésemos esta
lección del pasado y la aplicásemos al presente, quizás entonces, supongo que
quizás ese sufrimiento hecho a otros seres humanos, como es el tema que nos
ocupa, no habría sido en balde, habría servido para algo. Supongo. Usted verá
si se atreve a pensar en esta cuestión y en estas posibilidades del pasado o
del presente. Usted tiene la vez…
©
jmm caminero (10 enero-02 febrero 2016 cr).
Fin artículo 456º:
“Zoos humanos”.
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