Artículo Periodístico 409º: “La tragedia del librepensador”[1].
0. ¿Es una tragedia la
del librepensador que intenta buscar la verdad y la bondad de la verdad, no
siguiendo ninguna ideología, aunque aprendiendo de todas? ¿No está en la nómina
de ninguna bandera, pero tampoco va en contra de ninguna, solo analiza hechos y
datos, y recoge conceptos e ideas y teorías y las combina y mezcla del mejor
modo posible? ¿Unas, unas veces, favorecerá a unos, otras veces, a otros sus
ideas…? ¿Pero a esa persona, por lo general, ni es de los tirios, ni de los
troyanos, y es al mismo tiempo de los dos, pero no va en contra, ni de unos, ni
de otros pero le cierran puertas, le
cierran ventanas…? ¿Muchas veces, los silencian, los marginan, truncan en gran
parte sus vidas profesionales en los diversos sectores de la realidad? ¿Los
dejan en la más profunda soledad del pensador coleccionador de ideas y
conceptos y datos y hechos…?
1. No estamos hablando
del librepensador del pasado, que iba en contra de todo y de las grandes
tradiciones de su cultura o su civilización. No. Estamos hablando del
librepensador que no está en la nomina de ninguna bandera, de ninguna
ideología, ni siquiera de la suya propia, sino que busca la realidad, no niega
la realidad, le guste o disguste, esté en contra de él o ella misma o esté a
favor. Intenta realizar un ejercicio de autointrospección, en muchos sentidos,
y en muchas facetas, en la recogida de todos los datos, los de un saber y los
de otro, los que gustan y los que no gustan…
Un librepensador tiene
que intentar no negar la realidad, hechos y datos, no negar los conceptos e
ideas e hipótesis que en mayor o menor grado estén demostrados. Tiene que
analizar su ser y su estar, es decir, sus vivencias y experiencias, su
endoculturación, su educación, sus fines y sus intereses, para de tal modo,
todos esos parámetros no le condicionen totalmente, sino que como somos de
carne y hueso y de tiempo y espacio, nos condicionen, pero sepamos cuánto y
cómo y cuándo lo hacen. Y de ese modo, intentar ser lo más libre posible…
2. Toda sociedad o
Estado o cultura que quiera sobrevivir y prosperar debe incentivar que existan
librepensadores. Porque son los únicos que pueden decir, que el primer ministro
o que tal ideología está desnuda en algo, como en el famoso cuento del rey desnudo.
Y al mismo tiempo el librepensador debe ser modesto y humilde, racional y con
sentido común, con prudencia y con mesura… saber que posiblemente puede estar
equivocado, que no tiene la verdad, menos la verdad absoluta, pero que está
abierto a su pequeña verdad, que él o ella solo puede mostrar su pequeña
verdad…
Los poderes reales y
fácticos, altos e intermedios, de la empresa privada y pública, de la
administración pública, de las distintas ideologías, deben respetar a los
librepensadores, porque son los que analizan la realidad y no están al servicio
de ninguna bandera, sino solo de la verdad, aunque se equivoquen… Al mismo
tiempo los librepensadores deben cargar sobre sus cabezas la enorme
responsabilidad que tienen y que la sociedad les otorga…
Y “no podemos encarcelar
a Voltaire”, en la famosa frase de Charles de Gaulle, refiriéndose a Sartre…
3. Un librepensador y un
librepensamiento no tiene por qué ser crítico con todo, y no tiene que ser que
no esté de acuerdo con nadie o con casi nadie, y menos que quiera imponer una
ideología o un pensamiento, ni siquiera el suyo… sino el librepensador, puede
tomar y retomar ideas y conceptos y enunciados de cualquier fuente, que
responda mejor o crea que así lo hace, de cualquier autor, cualquier ideología,
cualquier cultura, cualquier época y tiempo…
Y el librepensador en la
medida de lo posible debe intentar acumular datos y conceptos, pero sobretodo
razones y argumentos y consecuencias… debe intentar distinguir entre lo posible
y lo real, entre lo mejor y lo conveniente, entre lo demostrado o cree que es
demostrado y las hipótesis, entre sus propios deseos y lo que son los datos y
conceptos demostrados…
Un librepensador sabe
que bajo el paraguas de una ideología, se le pueden abrir cátedras, puestos,
posiciones, medios de comunicación, grupos que los defienden, círculos que
amplifican sus palabras… Pero paga un precio muy alto, sabiendo que no quiere
estar bajo la luz y el dictado de nada, ni de nadie, ni siquiera de si mismo,
sino que solo busca y desea y anhela la verdad o mejor dicho el mayor grado de
verdad posible. Que no quiere decir, que él o ella, la encuentre, pero al menos
la busca… que no está atado a un solo saber o disciplina, ni a una sola
metodología, sino que combina multitud de ellas. Siempre sabiendo su limitación
como ser humano, su limitación de su cerebro, su limitación de sus vivencias,
su limitación en multitud de campos personales y sociales y conceptuales y
culturales…
4. Para pensar hay que
llevar un proceso muy complejo y muy simple. Hay que estar abierto a la
observación más imparcial posible, hay que no negar ningún concepto, razón o
argumento, aunque hay que ponderarla. Hay que dedicar mucho tiempo a leer y
estudiar, pero también a observar y pensar y repensar. Hay que reconocer los
sentimientos y emociones que tenemos y los intereses y fines, y los traumas que
padecemos y las heridas de la vida. Y ver a la luz de todas esas realidades
irracionales como tintan los pensamientos y las ideas… Hay que abrir las
posibilidades a la meditación oriental ortodoxa, dejar la mente en el silencio
si es posible, con métodos ortodoxos. Métodos de oración occidentales, porque
exista o no exista Dios, acercarse a un Ser Supremo con el pensamiento o con la
palabra clarifica enormemente muchas realidades y muchos complejos y muchas
ideas… Hay que sentarse en el sillón y dejar pasar las ideas y conceptos y
hechos y datos… Y hay que esperar…
Después parte de todo lo
pensado y sentido se escribe y se argumenta. No se niega ningún pensamiento,
pero no se niega ninguna razón, se buscan demostraciones y se buscan otras
formas de expresar las ideas para intentar comprender la realidad…
¿Cuándo nos encontramos
con un librepensador, porque a mi entender existen muy pocos, somos capaces de
reconocerlos, y si los reconocemos los dejemos en paz que sigan sus caminos, o
también los pisamos, los ponemos zanjas y pozos para que se caigan…?
5. Lamento decirlo, pero
creo que una de las razones de la crisis de Hispania en muchos sentidos, no
solo económica, sino de auténticos valores, política, social, familiar, etc.,
se debe a que no ha habido suficientes librepensadores en estos treinta o
cincuenta últimos años… Quizás, todavía estemos a tiempo de resolver dicha
cuestión…
©
jmm caminero (11-19 diciembre 2015 cr).
Fin artículo 409º:
“La tragedia del librepensador”.
*
[1]
Enviado y publicado el día
19 de diciembre al Diario Critico.com CLM.
-1ª Edic: D.l. Cr‑878-2013.
(Artículos Periodísticos) (libro + 1 dvd).
-2ª Edic: D.l. Cr-865-2014. (128
Artículos Periodísticos) (libro + 1 dvd).
-3ª Edic: D.l. Cr-376-2015. (208
Artículos Periodísticos) (1 Cd).
-4º Edic: D.l. Cr-755-2015. (262
Artículos Periodísticos) (1 Cd).
-5º Edic: D.l. Cr-022-2016. (438
Artículos Periodísticos) (1 Cd).
-6ª Edic: D.L-Cr-789-2016. (590 Artículos
Periodísticos) (1 Cd).
-7º Edic. D.L-Cr-501-2017. (800
Articulos Periodisticos) (1 Cd).
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