Artículo 5.080º: “Mil oficios: los Oficinistas”.
En una Agencia del Gobierno
norteamericano hacer años leí que consideraban que existían en Estados Unidos
unas doce o catorce mil oficios y profesiones…
He
mirado en el mar de Internet, que sabe todo, y, no tienen una cifra, entre
oficios y profesiones y ambas realidades, tanto remuneradas o medio remuneradas
o no remuneradas –ya que Ama de Casa, no me gusta la terminología, pues es un
oficio-profesión esencial, multivalente, de distintas perspectivas, y, no sé si
está considerada como oficio o como profesión, porque las habilidades y
actividades son múltiples, cierto que la persona que trabaja fuera del hogar,
tiene esa doble función o trabajo, fuera y dentro, por lo general-.
También
es cierto que le he preguntado a Internet por el INE, y, parece ser que no tiene una taxonomía clara o al menos, una
cuantificación de esta cuestión. Si esta carta en forma de columna periodística
llegase a alguien responsable en esta materia, creo que el INE podría hacer un estudio, aunque sea aproximado de las
profesiones y oficios existentes. Así, así sería más fácil orientar a las
personas, jóvenes y adolescentes, así sería, creo al menos más fácil cuándo
alguien a mediana edad, tiene que cambiar de oficio y profesión encontrar una
que encajase con él…
Pero
hoy, quisiera centrarme en esas personas que si sales a primera hora de la
mañana, en distintos horarios, van casi siempre por el mismo camino como las
hormigas a sus oficinas. Siempre existe una diferencia, que no sé, si el
empirismo y la cuantificación y el experimento me darán razón, siempre he visto
a las mujeres oficinistas más deprisa, van andando más rápidas que los hombres
oficinistas. Quizás, porque tengan más deberes y apuran más en sus casas, que
si con hijos, que si dejando notas, que si informando a unos vástagos y a
otros, cosas diferentes según la edad, recordándoles incluido al progenitor tal
cosa y tal otra –pero repito no sé si es una inducción justa y cierta-.
Y,
también se dividen en dos grandes grupos, los que acuden al tajo, ya que el
trabajo libera al corazón humano, lo libera en cuanto si es legal y es moral,
amplifica su ser y estar en este mundo. Un ser humano con trabajo legal y moral
y, con estipendio justo y equitativo, hace a los humanos mejores. El trabajo
dignifica, evidentemente no el famoso eslogan de campos de púas y sufrimiento y
muerte de hace casi ochenta por doce meses… Decía, que existen tres grandes
grupos: los y las oficinistas que trabajan para empresas privadas y
particulares, sean mayores o medianas o menores, o, los que laboran para la
empresa pública o tercero, para la administración como funcionarios/as...
Se
dice y decía hace años, que del gran Forges:
la mitad de los oficinistas funcionarios de esta sociedad y país, tenía algún
chiste o viñeta o humor gráfico puesto en la pared de su oficina. Que realmente
criticaba algún aspecto de su existencia y existir. Pero el genial Forges tenía la genialidad, utilicemos
esa palabra doblemente, tenía el talento genialidad de no herir. De decir y
expresar, opiniones e ideas y conceptos, que a veces, parecía criticaba a los
oficinistas, pero que no llevaban veneno. Que hasta ellos y ellas se reían.
Quizás,
como se suele decir, medio en serio y medio en broma, nadie ha hecho tan buenos
chistes sobre los árboles como Mingote,
ni tan buenos chistes sobre los funcionarios como Forges, ni tan buenos chistes sobre Dios y las cuestiones
metafísicas como Máximo, ni tan
buenos chistes sobre cuestiones sociales como Chumy Chúmez, ni tan buenos chistes sobre la política de cada día,
como Peridis, ni tan buenos chistes
sobre lo absurdo y el inconsciente como Ops-El
Roto-Rábago y… -bueno ya no cito a más, nadie se ofenda-. Chistes gráficos
me refiero. Que sólo se obtiene con ellos la sonrisa y una pregunta. Casi
siempre preguntas…
Imagínense
un mundo sin oficinistas. Sería imposible. Esa función alguien la tendrá que
hacer. Quizás dentro de unas décadas los sistemas informáticos de IA, serán
capaces de realizar la mitad de ese trabajo. Imagínense si este mundo pueda
funcionar sin papeles, aunque sean electrónicos, en el que alguien hace una
petición al Estado o a su ayuntamiento o alguien hace una compraventa: Esto es
un mundo imaginario imposible de imaginar, al menos en esta etapa de la
historia. Somos conscientes de los avances de la técnica y de la ciencia. Pero
no somos conscientes, que la organización social, y, un aspecto son los
papeles, dichos de forma simple y sencilla también ha avanzado enormemente.
Por
lo general, no he caído en el defecto nacional, que está más arraigado que
antes los toros o toreo, y ahora el futbol. El deporte nacional es siempre
hablar mal de los oficios y profesiones que no sean el tuyo, que tú ejerces, o
que ejerce tu media naranja, después dejas de criticar a los
oficios-profesiones que ejercen tus hijos o tus nueras y nueros, y amplias a
los suegros y consuegros… es decir, somos más tolerantes en esto, en proporción
a la edad que vamos alcanzando, porque claro como vas a criticar a los sexadores
si tu cuñado ejerce ese oficio, o cómo a los panaderos si tu hijo es panadero o
cómo a los abogados si tu consuegro es letrado, o cómo a los políticos si el
padre de tu nuera es o ejerce ese oficio…
Hay
que decir, que con todos los oficinistas que me he encontrado sin analizar
otros aspectos, sean funcionarios o sean de la empresa privada o sean ese medio
camino de la “empresa pública-privada”. Pero especialmente los funcionarios y
funcionarias oficinistas, de distintos niveles dicen y con razón, que contrariamente
a lo que dicen por el foro del mundo, trabajan mucho. Y, creo que es verdad.
Que la inmensa mayoría trabajan mucho.
Hoy,
tendríamos que tener y surgir otros Forges
que nos narren las peripecias de todos los oficios. Al final, Forges nos narro una historia de la
gente corriente, supongo que de usted y de mí, del pueblo y el pueblo es la
inmensa mayoría, incluso los que no se consideran pueblo… Paz y bien.
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© jmm caminero (30
agosto 2025 cr).
Fin artículo 5.080º:
“Mil oficios: los Oficinistas”.
E.
07 septiembre