Artículo Periodístico 137º: “¿Cómo hacer disminuir o hacer desaparecer la epidemia del suicidio en el mundo?, III”.
0.
¿Admitimos que el suicidio es una lacra social y es una epidemia mundial, hay
quién dice cientos de miles de personas en el mundo, se suicidan cada año? ¿Por
tanto, podríamos y deberíamos buscar ideas y sugerencias, teóricas y prácticas
para intentar disminuir dicho problema? ¿Minimizarlo al menos, reducirlo a nada
o a casi nada, por lo menos intentarlo…?
1.
Valorar lo bueno del hombre, individual y colectivo, y de la humanidad.
2.
Valorar las cosas bellas que existen en el mundo. Las bellezas naturales, como
las bellezas creadas por el ser humano. En cualquier lugar del mundo, en
cualquier cultura, en cualquier tiempo y época. Valorar la bondad del hombre y
del mundo, y no solo la maldad, valorar el afán de verdad que el hombre tiene,
individual y colectivo, y no la maldad que a veces tiene…
3.
Hay que valorar lo que se tiene, y minimizar lo que no se tiene y se desea.
Valorar lo que se tiene y no se ha perdido, y minimizar lo que no se tiene y no
se ha perdido. Y desde esa posición, con mesura y prudencia y racionalidad
intentar volver a conseguir nuevos objetivos.
4.
El problema de la culpa, por algo que te ha sucedido o ha sucedido a alguien
próximo. ¿Puede menoscabar la confianza, e ir poco a poco llevando a las
personas al límite, incluso al suicidio?
5.
¿No nos educan y no estamos preparados para el sufrimiento, incluso un mínimo
de sufrimiento, y en toda vida, tiene que existir un sufrimiento o varios
sufrimientos, algunos muy profundos…? ¿Por tanto deberíamos educarnos para el
sufrimiento y la pena, y también para la alegría y al felicidad, y ambas cosas
juntas…? ¿Pero cómo nos preparamos para ello?
6.
Antes se decía, “saca tu cruz a pasear, y encontrarás otras personas que llevan
una cruz mayor”. ¿Puede esto servirnos para soportar el propio sufrimiento,
angustia, pena, desaliento, depresión exógena, etc.?
7.
Cuando una persona se vea, que está en una vertical de angustia y pena y
depresión, debe consultar con especialistas en la psique humana, es decir,
psicólogos, psiquiatras, médicos, sacerdotes…
8.
Intentar tener deseos correctos, palabras correctas, pulsiones correctas,
pasiones correctas, emociones correctas, actos correctos, como diría Buda,
puede ayudar a no caer en algunas angustias y tristezas y penas y desalientos y
depresiones, y caído en ellas, se puede salir antes de ellas, o que no sean tan
profundas…
9.
No nos han enseñado en la vida, ni en las familias, ni en la escuela, que en la
vida, hay alegrías y tristezas, y profundas alegrías y profundas tristezas. Y
que hay que soportarlas y superarlas lo mejor posible, igual que superamos el
buen día, el día de tormenta, el día de frío, el día del calor, etc. Quizás al
tener una civilización que los individuos no pasan hambre, al menos en Europa,
la inmensa mayoría de europeos, no son capaces de superar otras frustraciones,
angustias, penas, desalientos, depresiones, males que le vienen a todo
individuo, a toda familia, a toda sociedad, a todo Estado. O no son capaces de
superarlo del mismo modo o manera. Y por consecuencia es más fácil caer en el
desaliento, la pena, la angustia, e incluso causarse la propia muerte.
10.
En la vida, todo el mundo lleva su cruz, mejor dicho dos o tres grandes cruces.
Pero cada uno es distinta, en el modo o la manera o la forma, y similar también
de alguna manera. Este es el problema. Unos arrastran la cruz y se ve desde fuera, en otros caos, no se
percibe. Unas cruces, nos las hemos buscado nosotros, otras, los demás, la
mayoría, una combinación de nosotros y de los otros… otras son debidas a las
circunstancias, al azar, a causar, causas propias o de los otros. En fin…
Quizás,
al no tener una ética y moral correcta y racional, a nivel teórico, y tampoco
sepamos como llevar una vida moral correcta, y a veces, tan poco queremos
llevarla, nos causamos a nosotros mismos, muchos males, y causamos a los demás
muchos males. También nos causamos bienes y causamos a los demás muchos bienes.
Los
males que nos causamos y que causamos a los demás, son uno más, unos más, que
pueden llevar a una persona al desaliento, al abismo. No hablamos del mal que
causamos al otro, o a nosotros mismos, como mal menor, por necesidad de
defendernos, sino muchas veces, el mal que causamos es gratuito, sin necesidad,
fuera de la medida, etc. Y lamentamos decir, que ya desde bien jóvenes, ya hay
individuos que se causan a sí mismos males profundos, y a otros, a otros
también males profundos y esenciales…
11.
Que la sociedad busque sistemas, ideas, prácticas para reducir los suicidios en
el mundo. También forme para el sufrimiento cuando no hay más remedio, también
forme para reducir los sufrimientos y las angustias y las penas. Es decir, los
tres niveles al mismo tiempo, soportar cuándo haya que soportar, intentar
superar el sufrimiento cuando sea posible, intentar reducir el sufrimiento. Y
así, reducir las posibilidades de la angustia máxima, de evitar caer en la
desesperación máxima y el suicidio.
12.
Siempre, cuándo uno se sienta que está en el límite, o antes de estar en el
límite, y las personas que le rodean, llevar a esa persona a los especialistas,
médicos, psicólogos, psiquiatras…
©
jmm caminero (27 julio-17 oct. 14 cr).
Fin
Artículo 137º: “¿Cómo hacer disminuir o hacer desaparecer la epidemia del
suicidio en el mundo?, III”.
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