Artículo Periodístico 506º: “Sobre la amabilidad”[1].
0. Se puede definir o
describir la amabilidad como la cualidad de ser amable o dicho de otra manera
aquella persona que se comporta con afabilidad, afectuosidad, con sosiego y que
por eso muestra y demuestra respeto a sí mismo y a las otras personas.
1. Vivimos en un tiempo
que muchas concepciones que están en los campos morales y éticos y que
atraviesan también las áreas del comportamiento social han caído en
minusvaloración. Una de ellas es lo que siempre se ha dicho como amabilidad.
Pero no una amabilidad fingida o manipuladora o engañadora o mentirosa, sino
una amabilidad que nace y surge de lo más profundo del ser hacia otro ser…
Hoy lamentablemente en
un siglo de tanta competitividad y tanta presión de consumo de tantas
necesidades muchos seres humanos han caído en una falta de amabilidad, en una
falta de respeto hacia sí mismos y hacia los otros, una falta de modales y
palabras correctos. Incluso a veces, se camuflan detrás de gestos amables como
formas de engañar y de manipular al otro ser humano. Vivimos en un siglo que se
adora a la competitividad como eficiencia, cuando en realidad se es más
eficiente con la amabilidad…
Por consecuencia hoy más
que nunca se necesita desarrollar una serie de concepciones y prácticas de la
amabilidad, la amabilidad consigo mismo, no ser bronco consigo mismo, si no es
necesario, no ser huraño y bronco y no amable con el otro ser humano, si el
otro te trata de forma correcta y adecuada… Demasiadas personas han caído en
muchos males por no tener freno sobre su propia lengua…
2. Por tanto podríamos
indicar algunas ideas o sugerencias o concepciones o relaciones:
- Muchas veces, la
amabilidad va unida a la modestia, modestia en el modo de hablar, en el modo de
expresarse con los gestos, en el modo de mirar, en el modo de relacionarse con
uno mismo y con los demás... modestia y amabilidad se lleve corbata o se lleve
mono de trabajo.
- La amabilidad va
relacionada con alejarse de la maledicencia, del falso testimonio, del juicio
temerario, de no meterse en temas de la vida personal de otras personas, de no
crear rencillas, de buscar siempre la mejor solución a cualquier tema, de
quitar hierro a las cuestiones, que en casi todos los casos ponemos hierro sobre
hierro y fuego sobre fuego…
- La amabilidad para que
sea verdaderamente amable tiene que surgir de forma natural y espontánea. Pero
también se debe aprender y aprehender a tenerla y practicarla. Es muy
importante empezar a tener una idea positiva de uno mismo, sin exageraciones,
sin caer en la baja autoestima, y empezar a tener, con racionalidad y prudencia
buena concepción del ser humano en general, pueden existir muchas personas no
buenas, pero en general, las personas en condiciones normales se muestran
bondadosas o amables… Tampoco podemos olvidar que las personas son buenas, pero
también son no buenas. Hay que defenderse del mal de los demás. Puede que
alguien no te haya saludado en la calle, pero puede que esa persona vaya
pensando en uno o mil problemas y ni siquiera te haya visto…
- Se decía en el refrán
popular, que en general, salvo excepciones “se cazan más moscas con miel que
con vinagre”. No vamos a negar que a veces, una persona tiene que ponerse en su
sitio, pero incluso eso se puede hacer con amabilidad. Con amabilidad se
consigue por lo general más cosas que con lo contrario. Siempre habrá
excepciones que no podemos negar…, porque hay personas que por defectos
psicológicos o morales de su personalidad van intentando manipular y dominar a
los demás. Y de esas personas hay que defenderse de la forma correcta y
adecuada a la circunstancia y al problema. Porque a veces, demostrar demasiada
debilidad ante la persona mala o negativa o tóxica, como ahora se dice, es
contraproducente. Un ser humano, ya lo decía Tomás de Aquino, tiene el derecho
y el deber de respetar la vida del otro, pero en primer lugar está en respetar
la propia vida, ante si mismo y ante los demás. Evidentemente en
proporcionalidad al peligro que se avecina o que es real en sí.
- La amabilidad permite
o intenta alejar la ira y la cólera de uno mismo, y de uno mismo hacia los
demás, y de los demás hacia uno mismo, o de uno mismo con algunos de los demás.
La ira y la cólera
cuándo no sean por excepción, por una defensa esencial de la propia persona, y
como último recurso. Salvo en esa excepción la ira y la cólera es la madre de
enormes males hacia uno mismo y de uno mismo hacia los demás…
- La amabilidad empieza
a ser uno amable y afable con uno mismo. Tener piedad, misericordia,
conmiseración de uno mismo. Que esto no quiere decir no ser consciente de uno
mismo, de las propias virtudes y desvirtudes, de las propias potencias
positivas como menos positivas… pero ser amable y afable con uno mismo, no
negando los defectos de uno mismo, pero tampoco negando las virtudes de uno
mismo, es el principio de tratarse de forma correcta a uno mismo… la mayoría de
seres humanos no nos tratamos de forma adecuada y correcta a uno mismo, y como
no lo hacemos con uno mismo no lo hacemos con los demás o con algunos de los
demás…
- Intenta no caer en la
ira o en la cólera o en el enojo o en la inquina o en el rencor o en la
maledicencia, pero también si es posible aléjate de la persona que está
constantemente enojándose o encolerizándose con unos o con otros, porque van
creando malestar en los demás, en si mismo, en ti mismo. En las personas que
siempre tienen una supuesta razón o motivo para estar enfadado con los demás,
porque en el fondo están enfadados consigo mismo…
- Ser amable e intentar
alejar la cólera y la ira, ser amable y afable no quiere decir no ser
consciente del mal y de los males de uno mismo y de los demás. Ser amable es
ser más consciente de los defectos de uno mismo y de los demás, pero en la
medida de lo posible no combatir el fuego echando más leña, sino echando agua o
el líquido que corresponda a la lucha contra ese fuego… Muchas veces, ante una
disputa con consecuencias impredecibles, lo mejor es alejarse…
- Incluso rectificar,
incluso indicar errores se puede y se debe hacer, si es posible con afabilidad
y amabilidad… una rectificación hecha con mesura, prudencia, racionalidad,
amabilidad, afabilidad, sin que la otra persona se sienta herida, es más fácil
que se tenga en cuenta… pero una corrección hecha con malas palabras o malos
gestos, se convierte en un problema doble, por un lado está el mal que se
quiera o se deba corregir, por otro lado, estará la forma de decir esa
corrección, por lo general, el que debe recibir el mensaje no entenderá
correctamente la materia misma del problema y se quedará con la forma o el
trato que le da el corrector. Es decir, puede que corrija el defecto, pero se
habrá convertido en un adversario del que corrige o del corrector. Si no
siempre, si en muchas ocasiones…
- Hay que aprender e
intentar ser amables, ser afables, alejar la ira y la cólera de tus gestos, de
tus palabras, de tus escritos… Puede que alguien admita en un momento y
circunstancia que ha hecho algo mal, pero no lo admitirá si encima se le dice
con ira y soberbia y vanidad y cólera…
- Cuándo sientas la
cólera, la ira, la no amabilidad, la violencia dentro de tu corazón-mente-alma
aléjate del lugar, aléjate de la ocasión, deja ese asunto, deja esa discusión o
ese diálogo para otro momento, pospón la conversación y la situación…, al menos
si es posible o en todo lo posible que sea. Sin negar que todo ser humano debe
defenderse del mal y los males que son de muchos modos y maneras y formas y
concreciones…
- La amabilidad ayuda a
aumentar el afecto de uno mismo con uno mismo, de uno mismo con los demás, de
los demás con uno mismo, pero también aumenta la seguridad, la aceptación, la
amistad, la alegría, la confianza. O al menos eso creemos o al menos en la
mayoría de personas. Porque no podemos negar que hay personas que la amabilidad
la entienden como debilidad, y de esas personas y aptitudes y actitudes hay que
defenderse correctamente… porque muchos males surgen y han nacido de la no
amabilidad, de la cólera y de la ira, pero también surgen enormes males de no defenderse
del mal o de los males de los otros, de su cólera e ira… No podemos olvidar y
obviar que muchas personas te engañan con sus palabras y sus gestos y sus
ademanes y sus sonrisas, hablando por lo general muy deprisa, para que no
dejarte pensar y analizar, exigiéndote una respuesta sin dejarte pensar y
analizar, sin dejar al tiempo su correspondiente tiempo… cuándo te ocurra esto,
y te ocurrirá muchas veces, pospón la respuesta, la solución, el acto…
- No olvidemos que un
defecto más común del que desearíamos ver y percibir y saber que hay personas
que en la calle parecen ángeles, como diría Francisco de Sales, y en la casa,
en la propia casa, demonios…
Por tanto aprendamos y
aprehendamos la amabilidad, primero con nosotros mismos, en segundo lugar, con
los cercanos y familiares, y en tercer lugar, y al mismo tiempo con todos los
demás, sea en la oficina, en el trabajo, en la vida diaria, etc.
3. Para concluir, todo
el mundo le gusta ver y percibir y jugar con un perro amable y cariñoso, que juega y que se mueve y que
salta a tu alrededor o cerca de ti, y casi todo el mundo tiene aversión y no le
agrada un perro, un perro que no le has hecho nada y te ladra con rabia y como
con rencor… si esto nos sucede con los perros, lo mismo es aplicable a los
seres humanos…
Twitter.com/jmmcaminero
©
jmm caminero (20-22 marzo 2016 cr).
Fin artículo 506º:
“Sobre la amabilidad”.
*
[1]
Env. y publ. el día 22
marzo 2016 al Diario de CLM.
Env.
el día 22 de marzo 2016 al DigitalSur.com. Publ. el 23 marzo 2016.
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