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Artículo Periodístico 473º: “¿Se puede y se debe engañar al pueblo?”.


                        Artículo Periodístico 473º: “¿Se puede y se debe engañar al pueblo?”[1].          
                        0. ¿Se puede engañar al pueblo? ¿Se puede dejar el pueblo engañar? ¿Suponemos que nadie admite que se deba engañar al pueblo, ni éste dejarse engañar? ¿Qué medios se pueden utilizar para engañar y dejarse engañar al pueblo…?
                        1. Al recaer la esencia de la democracia en el pueblo. El pueblo es el sujeto de la soberanía, y éste deja que le represente y gestione dicho poder la clase política, la cuestión de si al pueblo se le puede engañar, o si se le debe matizar algunas informaciones, o si el mismo pueblo se puede dejar engañar o equivocar por datos o necesidades o intereses. Dilucidar esto es esencial…
                        Deberíamos recordar aquí la famosa frase, que sin literalidad del presidente Lincoln, a parte del pueblo se le puede engañar, a todo el pueblo durante un tiempo y a parte del pueblo durante mucho tiempo, pero nunca a todo el pueblo durante todo el tiempo…
                        ¿Debemos pensar que cada individuo, cada colectivo o grupo, cada ideología formada por diversidad de individuos y grupos tiene sus intereses y sus necesidades y sus fines por lo cual, ellos mismos ven con más claridad algunos aspectos de la realidad, y con menos evidencia otros…? ¿O dicho de otro modo, puede que los mismos individuos, no vean con claridad la realidad, o toda la realidad, o de algún modo ellos mismos, nosotros mismos, desdibujamos la realidad sociopolítica y económica, y la realidad en otros aspectos? ¿Por tanto, todo individuo o colectivo, pueblo o elites, tiene que estar en una constante racionalización y autocrítica y crítica sobre si mismo y en sí mismo…? ¿Para intentar alcanzar mayor grado de “verificación y de verdad”, es decir, de ser lo más objetivos posibles?
                        ¿Por otro lado, existe hoy un enorme poder, de los diversos poderes que conforman las sociedades y los Estados, por lo cual la capacidad de manipulación desde los poderes contra otros poderes, y de los poderes al pueblo es enormemente grande, quizás como jamás ha existido a lo largo de la historia…?
                        ¿No podemos negar que el saber objetivo, las ciencias sociales, con sus limitaciones, ya están con nosotros al menos desde hace dos siglos, por lo cual éstas han alcanzado una enorme cantidad de poder y de saber y de conocimiento? ¿Saber ese saber da un enorme poder a las instancias sociales y civiles, pero también de gobierno y de todas las elites que conforman el entramado de la sociedad? ¿Pero también del pueblo o de los individuos que conozcan, una o dos ciencias sociales, a través de esos ojos y de esa óptica pueden alcanzar un grado del conocimiento de la realidad, al menos desde esa perspectiva, un grado apreciable…?
                        2. Se dice que en 1778, el monarca prusiano Federico II, planteó una disertación o concurso público, sobre el tema, “¿si era conveniente engañar al pueblo?”. Condorcet escribió una respuesta a dicha disertación y suponemos que otros escritores y pensadores. La cuestión es clara y evidente, desde la noche de los tiempos, ¿es conveniente mantener los errores que el pueblo ya tiene, inducidos por siglos o por ellos mismos, intereses o necesidades no acordes con la realidad y con la verdad del momento?, ¿es conveniente producirle más errores y por tanto más engaños y autoengaños?, ¿o por el contrario es mejor irles reduciendo los errores, errores no olvidemos que no tienen por qué ser solo políticos, sino pueden ser económicos, morales, religiosos, espirituales, conductuales, de costumbres, de conocimientos en multitud de áreas y ámbitos de la realidad y del saber…?
                        ¿Siempre se ha dicho, creo que de forma equivocada, que al pueblo inculto se le gobierna mejor? ¿Pero siempre me he preguntado si esa disertación es correcta, porque el pueblo si se levanta o se rebela, un pueblo inculto tiene más difícil control, que un pueblo culto y que tenga menos errores…? ¿Siempre se ha dicho que puede que las elites hispánicas controlasen a sus pueblos, con los sistemas de incultura cada época, pero que el mismo pueblo no accedió o una parte importante de él, no accedió a ser gobernado por los Bonaparte, teniendo la misma incultura? ¿Y era el mismo pueblo, el mismo unos meses o años antes y unos meses y años después, pero se dejaba gobernar por las monarquías borbónicas del momento, pero no por los franceses liberadores e ilustrados…?
                        Creo que las fuerzas de los Estados, de las naciones están en sus individuos y en su sociedad. Y según sea el poder y la fuerza de sus individuos y sus colectivos y su sociedad, así será directamente la fuerza de esas naciones y esos Estados y viceversa. Por lo cual pensamos, que engañar al pueblo, mantener al pueblo en errores, crear nuevos errores es una espada de Damocles, a y en todos los sentidos… Porque es más fácil, que un enfermo, que sufre una enfermedad, si conoce algo de medicina, biología, patologías, enfermedades acepte mejor el diagnóstico y pronóstico y el tratamiento del médico que si no lo conoce… porque al ser más racional los argumentos y las razones y los conocimientos, el mismo pueblo se modera en sus intenciones, el mismo enfermo se limita, en sus opciones y en sus peticiones… Quién sabe de economía, conoce sus grandes leyes, y sabe lo que es posible y lo que no es posible, lo que conviene y lo que no conviene, lo que es pan para hoy y hambre para mañana… lo que conviene de sacrificio hoy para que mañana fructifique el trigo…
                        3. Decir al pueblo lo que quiere oír, y no lo que es la realidad, según el saber ortodoxo de cada época, según los datos y hechos reales, es uno de los males más profundos que se pueden hacer a los individuos, pueblos, sociedades, colectivos, y a la larga, uno de los mayores males que las elites que controlan el poder puede hacerse a sí mismo y al pueblo…, al presente y al futuro…
                        Un médico o un profesional liberal o cualquier persona de cualquier oficio o profesión, no puede decirle al enfermo o al cliente lo que quiere oír, es decir, engañarle diciéndole lo que quiere oír, caer en los populismos y en la demagogia, sino que tiene que decirle, lo que el cirujano cree es el diagnóstico, simplemente la verdad. Así el enfermo, sabe a lo que se enfrenta, sabe como organizar y gestionar su vida, en los próximos meses o días o semanas, y así el enfermo puede enfrentarse a su conciencia, y así el enfermo puede arreglar su situación, en multitud de campos… Así el enfermo, en el caso más trágico de futuro, puede enfrentarse y mirar a los ojos de la muerte.
                        Cierto es que muchos individuos, colectivos o grupos o parte de la sociedad, en muchos temas, no quieren ver la realidad, es decir, los datos y hechos reales, y las interpretaciones de esos hechos y datos según el saber ortodoxo de cada momento, en cada momento, según los que nos indican las ciencias sociales…
                        Pero aunque sea así, los poderes y las elites, económicas, políticas, sociales, culturales, espirituales-religiosas deben decir al pueblo la verdad o al menos, el mayor grado de verdad y con el mayor grado de veracidad…
                        No se pueden tener a los ciudadanos eternamente en una situación de niños y de infantes o de adolescentes…, los que defienden sistemas no democráticos, por el bien del pueblo y con unos objetivos de unos fines enormemente utópicos, siempre se ha dicho, “que esas elites tienen a sus pueblos en una situación permanente de minoría de edad”, en terminología kantiana.
                        Es decir, ellos mantienen a sus pueblos y a sus ciudadanos, siempre como súbditos, aunque gobiernen para el bien del pueblo, “todo para el bien del pueblo, pero sin el pueblo”, bajo la antigua fórmula del despotismo ilustrado. ¿Pero ellos, esas elites les gustarían estar sesenta o cincuenta o setenta años bajo la autoridad de su progenitor…? ¿Enseguida dirían que no, pero si mantienen, en nombre de unos ideales y unas utopías y unos sueños, a millones de seres humanos bajo la bota del padre, en este caso el presidente de la república, o el gran líder con carisma o el partido único o en una seudodemocracia sin total libertad para el resto de las formaciones políticas…?
                        4. ¿Pero el engaño por lo general, no solo va en una dirección, casi nunca en la historia? ¿Puede ser que las elites intenten y consigan engañar al pueblo, pero al mismo tiempo de alguna manera, si puede el pueblo también engaña a las elites, y es más, los poderes intermedios y los asesores engañan no solo al pueblo, y si es conveniente a las elites o a los altos dirigentes de esas sociedades…?
                        ¿Es decir, convenimos, de mutuo acuerdo o sin mutuo acuerdo, en un combinado de engaños y de mentiras, de falacias y sofismas, en todas las direcciones…?
                        Por lo cual las sociedades se convierten en muy difícil gestión y dirección y gobierno. O dicho de otra manera, la sociedad en su gobernación se convierte en una especie de estar siempre bajo la cuerda del abismo. No está integrada lo suficiente, o dicho de otra manera o forma, no está armonizada, y en cualquier momento, cuando menos se espere, puede saltar todo el sistema, o parte de él, por los aires. Como vemos que sucede muchas veces, en muchas ocasiones a lo largo de la historia…
                        5. Según Swift la mentira política es hacer creer al pueblo falsedades saludables, y que éste se las crea. Dentro de esta óptica habría una especie de maquiavelismo político en relación a la verdad-error.
                        Hoy, se plantearía de muchos modos y maneras, una verdad a medias, una mentira a medias, un error a medias… por lo cual, en un mundo con tanta complejidad, con tantas obligaciones, el sujeto del pueblo o el ciudadano, no tendría tiempo para analizar cuánto grado de verdad o de error o de mentira arrastra tal noticia o información o hecho o dato.
                        Hoy una mentira o un error o una verdad a medias, se puede escribir por la tarde noche en un periódico, al día siguiente en todas las tertulias y telediarios y noticias salir como información privilegiada, y por la tarde empezarían todos los debates y diálogos en los platos de las televisiones, continuando por la noche… Al cabo de veinticuatro horas, esa verdad a medias, o esa mentira a medias o ese error a medias habría llegado de una manera o de otra a millones de ciudadanos, o lo que es lo mismo, a una parte importante del tanto por ciento de la población total.
                        ¿O se difunden unas noticias o informaciones o datos o hechos para tapar o esconder o tapar u obscurecer otros, que siendo más importantes, pasan a segundo plano…? ¿Cortinas-ideas-proposiciones que son cortinas de humo…?
                        ¿O se utiliza el sistema educativo oficial para imponer determinadas tesis de un grupo ideológico, para de ese modo una ideología equis, sea aceptada por gran parte del pueblo, y después esa ideología se transforme en fuerza sociopolítica y en objetivo y fin político…? ¿Se convencen primero las mentes en determinadas concepciones y después cuándo ya están convencidos y adoctrinados, parte o gran parte del pueblo, esos ideales se exigen o se imponen en la sociedad…? ¿Véase y léase las noticias de cada día y se verá multitud de casos…? ¿Ciertamente la información en medios de comunicación puede ser casi instantánea, pero ir cambiando la mentalidad de un pueblo, se tarda algunos lustros, pero se consigue uniendo una serie de instrumentos: el poder del Estado o el poder de cada región autónoma, los poderes de los medios de comunicación, los sistemas de enseñanza, la repartición de prebendas y beneficios de muy distinta clase y especie, la recogida de información con el sistema Galileo de miles de ciudadanos, etc.?
                        6. Para terminar y concluir, supongo que nadie dirá que es conveniente engañar al pueblo, porque nadie se atrevería a decir hoy este enunciado…, pero si podríamos terminar, con una reflexión que expresó Mark Twain, que más o menos decía: “ es más fácil engañar a la gente, que convencerlos de que han sido engañados”. O el famoso refrán musulmán: “si una mentira o un error se dice constantemente, durante tres siglos en los púlpitos, al final todo el pueblo acabará creyéndoselo”. Ahí queda eso, ya tiene usted materia para hoy rumiar y pensar y analizar datos y conceptos y realidades… buen día.
                                                           © jmm caminero (06 diciembre 2015-20 febrero 2016 cr).
Fin artículo 473º: “¿Se puede y se debe engañar al pueblo?”.
                                                                                  *


[1] Enviado y publicado el 20 febrero 2016 al Periodista Digital.com.

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