Artículo Periodístico 346º: “Paz y bien”[1].
0.
Laz paz social y política quizás sea el bien más precioso y más necesario.
Porque de la paz nace todo tipo de riquezas, riquezas materiales, riquezas
culturales, riquezas espirituales, riquezas morales. Sin la paz vienen multitud
de males. Males en la sociedad, males a los colectivos, males a los individuos.
Solo hay que mirar al siglo veinte y mirar unos periodos de paz y unos periodos
de no paz en el mundo.
1.
Para que halla paz social y política, los individuos, cada individuo debe
esforzarse en buscar y aceptar ideas de paz en si mismo. Y esa paz proyectarla
en esquemas sociales y políticos.
Todos
o la mayoría de individuos, colectivos, grupos, ideologías deben tener en
cuenta que la paz, si no es el gran valor sociopolítico, es uno de los más
grandes. Porque con la paz política y social se consiguen multitud de valores
positivos y de bienes, bienes en todos los sentidos. Y sin paz, se destruyen
todos, todo se complica, los males se amplifican, males de y para los
individuos, para los colectivos, para la sociedad y para la política. Repito
vean lo sucedido en el siglo veinte, que después de la segunda guerra mundial,
en cualquier década existían docenas de conflictos armados en los diversos
lugares del mundo.
2.
Para conseguir la paz, la paz civil, social, político, todos los grupos,
colectivos, ideologías, sistemas sociopolíticos, sus líderes y sus afiliados y
sus creyentes en ellos deben esforzarse en buscar lo bueno en sí mismo y lo
bueno en los otros, buscar el consenso, negociar, buscar lo que les une y no lo
que les separa, buscar caminos de entendimiento, buscar el mínimo común
múltiplo entre todos. Para hacer la paz se necesitan a todos, para romper la
paz, solo que con uno o dos, grandes fuerzas sociopolíticas, quieran, se
destruye. Pera que la rueda ruede y funcione, todos los palos de la rueda deben
de estar en su sitio y cumplir con su cometido, es decir, ir desde el centro al
exterior.
De
ahí la necesidad imperiosa, de lo que podríamos denominar, de buscar y desear
“la voluntad de paz y la voluntad de consenso”. Por el bien de todos y para
todos, minorías y mayorías, de unas ideologías y de otras, de unos estratos
sociales y de otros. Perder todos algo, para ganar todos mucho…
Conseguir
el poder, no puede ser a cualquier precio, el fin no justifica los medios. El
poder hay que alcanzarlo con ideologías de paz, de consenso. No sirve cualquier
cosa. Ni siquiera de palabras y discursos. No se puede engañar y dejarse
engañar el pueblo con bonitos eslóganes que son imposibles de cumplir. Con
campañas masivas de propaganda para decir al pueblo lo que quier oír, pero que
no es factible, ningún cirujano le sería admitido que engañara a un enfermo, sino
que tiene que decirle la verdad…, aunque la verdad sea dura, sea dramática, sea
dolorosa, porque es la única manera de encontrar la salud, de aplicar la
terapia correcta y adecuada y conveniente y justa.
3.
Creemos que el ser humano desea, desde lo más profundo de su ser, la paz, la
paz interior, la paz social, la paz política, porque todo hombre o mujer sabe
que sin paz, todo se complica, lo malo se amplifica, y con la paz, es posible
disminuir lo malo, amplificar lo bueno, perfeccionar el bien, el bien en todos
los sentidos…
Bajo
ninguna ideología o ningún proyecto sociopolítico, ni ninguna ideología de
identidad o secesión como proyecto debemos permitirnos caer en etapas de medio
paz, en etapas que la paz social y política y el consenso se puedan ver
heridos. Heridos en mayor o menor grado.
Ningún
bien, social o político, ningún fin o proyecto social o político puede
llevarnos a olvidar la paz, la paz social y política.
4.
La paz es una planta muy frágil. Puede romperse de multitud de maneras, igual
que la salud biológica puede destruirse o mermarse de multitud de maneras. Pero
la paz social y política, entre todas las ideologías de una sociedad y un
Estado es la que permite que la economía funcione lo mejor posible, y si tiene
heridas y mermas puede permitir que se vayan solucionando poco a poco. Sin paz
el estado del bienestar se vería dañado de forma irreparable e impredecible.
Sin paz la economía se verá desestabilizada, y la economía exige paz, la
inversión exige paz, la creación de riqueza exige paz y estabilidad y esperanza
de futuro a medio plazo cierta. Sin paz no hay estabilidad económica, y sin
estabilidad económica no hay suficiente inversión, y sin inversión no hay
trabajo suficiente, y sin trabajo no hay mercancías y servicios suficientes y
necesarios…
5.
Los líderes de las distintas fuerzas ideológicas, de los distintos movimientos
y organizaciones sociopolíticas, los líderes de los distintos estratos sociales
y económicos, de los distintos territorios de un Estado, deben tener claro que
es más importante una paz imperfecta, que una no paz perfecta.
Y
los pueblos y el pueblo, las mayorías, los colectivos y colectividades, y los
diversos estratos sociales, deben buscar la paz y la armonía y el consenso y el
mutuo acuerdo. El otro no está en todo equivocado, nosotros o los nuestros no
estamos en todo acertados. El pueblo, y yo soy pueblo, el pueblo debe buscar en
su vida normal y rutinaria la paz, la paz del otro y la paz con el otro. No
debe buscar el enfrentamiento ideológico, ni la polémica innecesaria, sin negar
que cada uno tenga su proyecto ideológico y futuro. Es mejor perder todos algo,
en una negociación o perder bastante en una negociación, que perder todos o la
mayoría casi todo. Solo es cuestión de ver y estudiar la historia…
6.
La paz según Cicerón es “Pax es tranquilla libertas”. Definición que en
Occidente se ha repetido de mil maneras, y se ha intentado aplicar de mil
modos.
Según
Hobbes, la paz sería la ley universal de la naturaleza, la paz sería la
ausencia de conflictos entre los seres humanos, al menos de conflictos armados,
la cesación del conflicto. No olvidemos que dicho autor vivió una de las épocas
peores de Europa, las famosas guerras de religión.
Según
Kant la paz es un estado que debe ser instituido, o dicho de otro modo, los
hombres deben esforzarse en buscarlo y aplicarlo y legalizarlo.
7.
Nadie puede negar las áreas de sufrimiento, de injusticia, de males que existen
en la sociedad, pero no vayamos para evitar esas angustias, crear estructuras
teóricas y prácticas que nos traerían muchos mayores males. Ningún cirujano
puede negar que exista el mal fisiobiológico, que tal enfermo hay que amputarle
un dedo, pero una cosa es cercenarle un dedo para salvarle la vida, y otra cosa
es seccionarle un brazo o poner al enfermo al borde de la muerte.
Como
ya decían los antiguos, lo mejor o lo que parece lo mejor, lo utópico o lo
ideal, a veces, va en contra de lo bueno, de lo conveniente, de lo racional,
del sentido común, de la racionalidad. Demasiadas veces las grandes palabras y
discursos y eslóganes van en contra de la racionalidad, de la racionalidad del
auténtico saber. A veces, la medicina más agria es la que nos cura, y la
medicina más suave y dulce no sirve para nada… Es fácil dejarse convencer por
lo que nos gusta o nos halaga o deseamos, pero el principio de realidad, nos
diría Freud, es esencial para entenderse a sí mismo, para comprender de verdad
la realidad y lo real.
En
tiempos de crisis, diría Ignacio de Loyola, hay que tener mesura, hay que tener
templanza, hay que tener comedimiento, hay que tener saber y ciencia ortodoxa.
8.
Hoy el saber científico, las ciencias sociales han aumentado enormemente, hoy
el saber ha crecido en estos dos últimos siglos de una forma y manera
exponencial. Hoy, se ha amplificado conceptos e ideas, hipótesis, teorías, que
en los terrenos de las ciencias sociales, si no son todas las definiciones,
totalmente correctas y verdaderas, lo son en mucho grado.
No podemos caer en el
error de seguir ideas filosóficas y en ciencias sociales, que son de siglos
anteriores, y que las ciencias sociales y el aumento y avance de la filosofía
ha demostrado que son erróneas en muchos sentidos. Todo tiene que ir
evolucionando y las grandes ideas sobre el ser humano y sobre la sociedad,
deben ir en consonancia con los tiempos, y con lo que nos dicen las ciencias
sociales. Hoy no admitiríamos que ideas de ciencia social de hace tres siglos
(que por cierto estaban en mantillas) se aplicasen hoy, sin las debidas
rectificaciones. Pues este error se comete en multitud de campos. No pondré
ejemplos, pero ustedes observen y piensen. Se siguen ideas de un genial autor,
o de varios, de hace dos siglos o tres siglos o uno. Y no nos damos cuenta, que
en este tiempo todo el saber ortodoxo ha aumentado en multitud de campos, y por
tanto se han visto modificados por nuevas concepciones, datos, hechos,
experimentos. Es más, si esos geniales autores de hace un siglo o dos viviesen
hoy, ellos mismos modificarían sus concepciones, teorías, ideas, etc. Por eso,
los genios son genios, y nosotros, la mayoría de nosotros no somos capaces de
llegar a sus alturas intelectuales o afectivas o estéticas de ellos o ellas…
9.
Dice el sentir popular “que no es lo mismo predicar que dar trigo”, “no es lo mismo
sembrar que recoger”, “no es lo mismo sembrar que aventar”.
La
paz social y política, sobre esas dos estructuras o niveles de paz se monta el
gran edificio de multitud de bienes y de derechos, en multitud de campos. Hay
que curarse las propias heridas, los propios sufrimientos, los propios traumas,
individuales y familiares y colectivos, para siempre poner el objetivo de la
paz, como el esencial o uno de los tres más esenciales. Porque sobre ellos se
montan los rascacielos de muchos derechos humanos, de muchos derechos sociales,
de muchos derechos económicos, de muchos derechos morales, de muchos derechos
espirituales…
10.
Y para terminar, nadie niega los problemas sociales, políticos,
institucionales, económicos. Nadie los niega en las áreas individuales,
familiares, colectivas, sociales, políticas... Por eso pensamos algunos, y por
eso hemos escrito desde hace meses, la necesidad imperiosa de un pacto entre
todas las ideologías, fuerzas políticas, nacionales y no nacionales, ideologías
de un color y de otro, para encontrar un consenso, para realizar un gran pacto
nacional y estatal. Para estabilizar la sociedad y la economía y el país y el
Estado. Y para que la paz sea posible, y junto con la paz vengan los frutos de
la riqueza, riqueza en todos los sentidos… Paz y bien, diría un tal, Francisco
de Asís.
©
jmm caminero (15 julio-28 octubre 2015 cr).
Fin artículo 346º: “Paz y bien”.
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