Artículo Periodístico 353º: “Personas y
recuerdos”[1].
0.
Por el mundo han pasado cientos y miles de millones de personas y de la inmensa
mayoría ni siquiera recordamos el nombre. ¿Recuerda usted el nombre de todos
sus tatarabuelos y tatarabuelas?
1.
Partimos del hecho de dos realidades que parecen se contradicen, lo que
diríamos es una paradoja. Por un lado, las personas van viniendo a este mundo y
se van yendo de él, y casi nadie los va recordando, a la tercera generación o a
la cuarta, apenas nadie los recuerda. Salvo diríamos el núcleo familiar, y esto
habría que matizarlo mucho.
Por
otro lado, creemos que los actos, buenos y malos que las personas hacen o
hacemos, unos más y otros menos, permanecen en las siguientes generaciones, y
esto es fácil, de demostrar, si el bisabuelo fue buena persona y fue muy
trabajador, el pequeño capital que dejó, posiblemente se haya transmitido a los
descendientes, si estos lo han sabido conservarlo y reproducirlo. Hoy vemos las
sagas familiares de grandes empresarios. Y lo contario si el bisabuelo tenía un
defecto o desvirtud, antes se llamaba vicio, y dejó a la familia medio
arruinada, las consecuencias en muchos ámbitos han ido transmitiéndose en los
descendientes este trauma, que ha sido un trauma familiar.
2.
Por tanto, aunque las acciones o no acciones, aciertos y desaciertos permanecen
de alguna manera en las siguientes generaciones, no solo familiares, sino en la
actuaciones en los lugares de trabajo y en toda la realidad y entidades humanas
de todo tipo. La pequeña o gran impronta van quedando, pero los nombres se
olvidan. Quizás queda un nombre en una lápida durante siglos, como en algunos
casos ha sucedido.
Aunque
es cierto que una tradición religiosa de casi dos siglos van conservando los
nombres de millones de personas que han existido en el mundo. Podemos decir,
que la inmensa mayoría de nombres y de personas que han ido pasando por el
mundo se van olvidando.
Por
tanto, se podría estudiar la posibilidad, aunque sea por un pequeño orgullo,
para que las personas no se sientan tan solas, para que éstas no piensen que
han perdido su vida, para que en el fondo crean que nadie les recuerda…
-
Realizar directorios de personas que hayan pasado por todas las actividades. Es
decir, en los centros escolares, todas las personas niños y adolescentes que
han estado matriculados en ese centro. Y en las páginas internet de esos
centros escolares queden de alguna manera.
-
En los centros de trabajo, no solo le regalen un reloj después de lustros o
décadas de trabajo en una empresa, sino que incluso aunque solo hayan trabajado
tres años o cinco o cinco meses, poner su nombre en esa página internet a todas
las personas que han ido pasando por esa empresa o ese lugar de trabajo.
-
En cualquier actividad de ocio o de entretenimiento o en cualquier otra
actividad existente humana…
De
ese modo en cualquier entidad existente humana, a no ser que el interesado
realice un escrito negando que le pongan su nombre en esa lista de personas.
Quedaría un poco de la biografía de cada persona, quedaría algo, aunque sea el
nombre de miles de personas que han podido pasar por un centro laboral o de
trabajo o de empresa o de función pública o una organización no gubernamental,
una orden religiosa, etc.
Y
que esos nombres fuesen públicos. Ahora internet lo permite. En las páginas
oficiales de internet, tener un capítulo con los nombres de todas las personas
que han ido pasando por dicho centro, aunque hayan sido solo un año o cinco
meses o treinta años… Se podría recuperar nombres de personas que hayan estado
en décadas anteriores, o si la entidad lleva existiendo un siglo, pues del
siglo anterior…
Quizás
para este fin, y para otros sería conveniente estudiar si además del nombre de
la persona y sus dos apellidos, habría que empezar a poner en la organización
social cuatro apellidos. Es decir que la administración civil exigiese que cada
persona tuviese su nombre simple o compuesto y además no solo dos apellidos,
sino cuatro. Así sería una forma más fácil distinguir y que no hubiese
coincidencias, y también facilitaría otros fines de no confusión, en un mundo
que demográficamente están aumentando…
3.
La historia y la Historia recordamos hechos y personas que intervienen en lo
que se podría denominar macrohistoria, pero también el gran tapiz de la
macrohistoria está formado por millones de pequeñas microhistorias. Se
recuerdan a los grandes prohombres y promujeres que han intervenido en la
sociedad o en la historia o en algún sector de dicha realidad. Pero no se
recuerda a cientos de millones de seres humanos, que cada día han estado en sus
casas, en sus fábricas, en sus ministerios públicos realizando funciones de más
alta especialización o de baja especialización pero que hacen posible que el
mundo funcione. No puede existir el mundo humano sin personas que tengan
grandes visiones y gestionen el mundo, pero tampoco sin todos esos cientos de
millones y de miles de millones de personas que van pasando siglo tras siglo
dejando su impronta… ¡Qué menos que sus nombres queden de alguna manera, y si
es posible los años en que proyectaron su sombra! ¡Qué menos que el nombre y los años de su
existencia y en esa actividad! ¡Mi homenaje a los miles de millones de personas
que eran casi anónimos mientras existieron, y que ahora, anónimos o no anónimos
ni siquiera conocemos sus nombres…!
© jmm caminero (25 oct. -01 nov. 2015 cr).
Fin artículo 353º: “Personas y recuerdos”.
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