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Artículo Periodístico 345º: “¿Ruptura del melón o la sandía constitucional?”.


Artículo Periodístico 345º: “¿Ruptura del melón o la sandía constitucional?”[1].
                        0. ¿Reforma constitucional o nueva etapa constituyente o surgimiento de dos o tres constituciones con dos o tres Estados? Se está abriendo en las mentes y en algunas ideologías un cuádruplo camino en cuanto a la ley fundamental o la Constitución. Se modifica levemente algunos aspectos, o la segunda opción, se hace una reforma de algunos puntos, en tercer lugar se aprueba y se hace otra Constitución o cuarto se produce la ruptura constitucional y se crean dos o tres Estados. Abrir el melón es enormemente complejo. En las próximas semanas y meses se irá imponiendo este tema en los medios de comunicación.
                        1. La Constitución norteamericana que tiene dos siglos y pico no se ha modificado, sino que se han ido añadiendo enmiendas. Y nadie puede negar y dudar que dicha Constitución ha sido efectiva y eficiente. Ha puesto a esa sociedad y a ese país, la Constitución, ha permitido que acabe siendo durante unas décadas al menos, como la mayor potencia mundial.
                        La experiencia española desde la Constitución de Cádiz ha sido la modificación constante de la Constitución, es decir Constituciones sucesivas. O mejor dicho la desaparición de una, en una etapa histórica, y el volver a construir otra, en la siguiente etapa. O según los partidos que ganaban elecciones.
                        2. Si pensamos en el pueblo o en la mayoría, y yo soy parte del pueblo. Parece que la mayoría de la población, excepto grupos o minorías o determinadas ideologías o parte de determinados territorios, lo que desean es la estabilidad, la estabilidad política y constitucional, para que pueda existir estabilidad económica. O ambas realidades, la política, la sociedad, la economía trabajen como tres ejes en armonía. Es decir, no vayan en desarmonía y creen multitud de problemas.
                        3. Sé que en las mentes de determinados líderes, grupos, colectivos, territorios, ideologías está abrir el melón o la sandía constitucional. Pero en otros está la destrucción de la Constitución para crear cada uno la suya, para crear varios Estados. Y el problema es que determinadas ideologías y líderes esa carta la expresan y la esconden. Y por tanto, puede suceder que muchas personas que votan a esas ideologías o podrán hacerlo o lo han hecho, se encuentren, de la noche a la mañana, en los próximos meses, que “han votado una opción esperando un fin o un premio, pero después además de ese premio llevan una carta oculta”.
                        4. Si se abre o se rompe el melón o la sandía constitucional, puede suceder cualquier cosa. El mapa social y político está o puede estar tan fragmentado, que podría ocurrir cualquier materialización o concreción. Porque en definitiva, nadie sabe muy bien lo que vale, valor de uso y valor de cambio, una simple silla, por tanto es más difícil saber lo que vale, un escaño o un voto en el parlamento nacional o en el senado nacional o en los parlamentos regionales.
                        Por lo cual, se puede “pedir las estrellas”. Es decir, se puede pedir, un simple cambio de algún artículo, una reforma de algunos puntos esenciales, o una nueva Constitución con casi todo cambiado y transformado o la ruptura del Estado en varios supuestos Estados.
                        Si se fragmenta demasiado el Parlamento Nacional, cuatro formaciones políticas a nivel nacional, cuatro o cinco con representación de nivel regional. Las alianzas y los acuerdos pueden ser enormemente complejos y difíciles, tanto para formar gobierno, aún más para cambiar la Constitución y ponerse de acuerdo. Siempre se ha dicho, no lo olvidemos, que una de las razones del fracaso de la Segunda República fue precisamente éste, la enorme fragmentación del Parlamento.
                        ¿Pero si no se abre el melón constitucional también puede suceder cualquier cosa? ¿Estamos en una partida con resultado de tablas, o un sistema de juegos que todos los contendientes pierden…? ¿Pero un sector de la sociedad, no quiere reformar la constitución, ni modificarla, sino quiere crear nuevas Constituciones para sus territorios, es decir, crear nuevos Estados?
                        5. Por muchos lustros que van pasando sobre mis ojos y mis carnes y mi mente. Nunca entenderé que organizaciones ideológicas que predican que el pueblo es lo esencial, y por tanto, hay que darles unos derechos sociales y de todo tipo. Por otro lado, toman opciones de secesión o de separación de un Estado que lleva unido siglos. Y lo mismo me sucede con formaciones ideológicas que aplauden la libertad de mercado y los distintos liberalismos, ellos saben que si se divide un Estado hay menos posibilidad de éxito comercial, etc.
                        Porque ellos mismos saben que si se divide un Estado, unas zonas territoriales, se quedarán con la industria, y por tanto, con casi toda la riqueza, y otras, se quedarán con los campos secados por la desertificación y con una mínima industria. O dicho de otro modo, si no existe una igualdad de impuestos para todos y esos impuestos para repartir para todos. Unos territorios serán ricos, y otros no tendrán para pagar los servicios sociales y el Estado del bienestar mínimo.
                        Ya sabemos que incluso en este hipotético modelo habría un tiempo de aplicación o de adaptación y no se notaría al principio mucho.
                        Pero como modelo hipotético o posible, aunque un cambio podría suponer muchas posibilidades de materialización, que jamás se sabe y se sabría de antemano… Pero la cuestión sigue en pie, cómo ideologías y fuerzas sociopolíticas que defienden a las mayorías y al pueblo, pueden caer en la tentación de defender, en mayor grado o en menor, sea expresando que hay que preguntar sobre la secesión o diciéndolo claramente, que admiten esta posibilidad. Porque si se fragmenta el pueblo en Estados, de hecho o de derecho, al final, parte de ese pueblo tendrá menos derechos, derechos teóricos y sobretodo prácticos. Y todo el mundo perderá. Recuerden el antiguo relato o cuento del padre y las flechas de los hijos. Cada flecha es fácil romper, todas juntas y unidas es más difícil.
                        6. Por otro lado, no comprendemos y no entendemos, que colectivos y grupos e ideologías de determinados territorios quieran secesionarse. Cuando saben que cuanto mayor sea una industria equis, sea en el ramo que sea, tiene más posibilidades de sobrevivir. Y si se divide una industria equis, en distintas empresas, tienen menos posibilidades de sobrevivir en el concierto internacional. Si esto es aplicable a una industria del petróleo, del gas, del tejido o de cualquier cosa.
                        Es lo mismo aplicable a un Estado, al final una sociedad-Estado es una industria, una enorme industria, una megaindustria limitada. Limitada a una serie de habitantes, a un territorio, a unos recursos naturales y humanos. A más territorio, más seres humanos, más recursos… todos y cada uno, todas y cada una de las partes de ese territorio, y todos y cada uno de los habitantes, tienen más soberanía real y teórica. Y más en la situación global del mundo actual y del mundo que se percibe en el horizonte.
                        7. El fin de una Constitución es que dure décadas y siglos, si es posible. Cómo las situaciones van cambiando, hay que ir modificando quizás algunos puntos concretos. Esto se debe hacer con consenso…
                        Pero miedo da pensar lo que puede suceder, si el melón se abre o se rompe. O al menos, miedo da a muchos millones de peninsulares. Muchos más de los que lo expresan… Miedo da pensar que si el melón o la sandía constitucional no se abren y se llega a una situación de enfrentamiento y al final estar todos frente al abismo. Que quizás sea la gran jugada, el gran farol o quizás ya no sea un farol sino una realidad…
                        Pero es que otros no quieren abrir la sandía constitucional y hacer y modificar otra, sino que de una sandía constitucional surjan dos o tres diferentes, es decir, la secesión pura y dura.
                        Durante estas semanas y meses he reflexionado mucho sobre dos acontecimientos históricos, Lincoln y el periodo anterior a su elección como presidente, y los mecanismos posteriores, y también en los sucesos anteriores a la guerra civil en la exyugoslavia. Dos realidades históricas enormemente diferentes en muchos puntos y en el tiempo, pero con muchos puntos en común…
                        Se dice y lo he escrito ya, que alguien en un país de Centroeuropa escribió una pintada que decía algo parecido a lo siguiente “si tuviese la imaginación para crear una frase que pudiese evitar una guerra mundial”. Lamentablemente no tuvo la imaginación suficiente para encontrar la frase que hubiese evitado la segunda guerra mundial. Aunque si otros, pongan ustedes nombres, si crearon frases que terminaron en la segunda guerra mundial…
                        La pregunta es enormemente grave y sería, dolor de vísceras y de cerebro da hacerla y hacérsela, pero hay que realizarla, ¿estamos al borde del abismo, o en el principio de caer en el abismo, y cuándo caigamos en el abismo después quién nos sacará de él?
                        Dicen que León XIII, si no me equivoco, tuvo una visión o inspiración y vio que el Maligno se enseñoreaba de la tierra y llenaba Europa y el mundo de guerras, y por eso, durante décadas se hacia al final de la Misa una oración pidiendo la misericordia y la piedad de Dios y la defensa de todos los poderes malignos de la tierra y de la no tierra.
                        8. La solución mejor parecería que no se abriese el melón constitucional, o se modificara lo mínimo posible. Y si se hace, se realice con cambios mínimos, o al menos, no se cambie la Constitución, en lo esencial, sino que se le añada quizás alguna enmienda… y todo con el consenso de la mayoría y de las mayorías de las fuerzas sociopolíticas. Pero la duda atraviesa la mente, si todas las organizaciones sociopolíticas lo quieren y lo desean el consenso de continuar en paz y continuar unidos y continuar mirando el futuro a la par… ¿Pero qué pedirá cada grupo político, nacional o regional y qué estará dispuesto a ceder, para formar gobierno, alianzas, para los próximos meses y años…? ¿Pero ya no estamos en el problema o tesis de reformar la constitución o de cambiarla, sino que estamos en el abismo de que se quiere destruir la Constitución y crear dos o tres Estados?
                        Dividida la Península Ibérica en tres o cuatro Estados, dentro o fuera de Europa, la soberanía real y la teórica, de casi todos los habitantes de este territorio descenderán enormemente. Es cierto, que unos más que otros.
                        Hay que hacerse la pregunta ¿quién gana si Hispania se divide en tres o cuatro Estados? No gana ninguno de los territorios, ninguna de las regiones, ninguno de los ciudadanos, sea cual sea su ideología. ¿Entonces quién gana? Miren el Mediterráneo y ahí encontrarán la respuesta y la solución. Ganan desde fuera, que harán con nosotros en las próximas décadas lo que quieran con una excusa o con otra, con un motivo o con otro…
                        ¡Echamos en falta los discursos sobre este problema de las jerarquías eclesiásticas, de las organizaciones sindicales, de multitud de grupos de la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, de los departamentos de ciencias sociales de las universidades que saben muy bien que paño se está cortando y de tantos otros…! ¡Echamos de menos a todos ellos que tanto han hablado en el pasado y ahora tanto callan…!
                        Creo que el mal menor posible es o sería no abrir el melón constitucional, o modificar levemente algún punto. Porque si se abre después ya no sabemos lo que sucederá… O al menos, yo no lo sé, quizás usted sí. ¿Pero qué hay que hacer cuándo unos quieren abrir el melón y otros no y otros a medias y otros un poquito y otros quieren no abrir el melón constitucional, sino la ruptura del Estado y crear dos o tres melones constitucionales…? ¿Mire usted muy bien a quién va a votar, y además de los programas económicos y de otro tipo, mire muy bien, la letra pequeña de los programas políticos en relación a la organización del Estado…? ¿Y de la Constitución? ¡Mire muy bien, el bien real de sus hijos, nietos y biznietos y no piense en lo que le sucedió a su abuelo o bisabuela! ¡Qué otra cosa le puedo decir, en unos cientos de palabras…! ¡Hermano Pujol, hermano mayor Pujol, hermano, desactive dicho proceso de secesión que nos lleva al borde del abismo, hermano Pujol, por favor…! ¡Nada hay como la paz, paz social y política, nada, porque de la paz nace todo lo bueno, de la no paz, nace todo lo malo!
                                                                       © jmm caminero (07 julio-28 octubre 2015 cr).
Fin artículo 345º: “¿Ruptura del melón o la sandía constitucional?”.
                                                                                  *


[1] Enviado y publicado en el Periodista Digital.com, el día 28 de octubre del 2015.

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