Artículo Periodístico 3.938º: “El silencio y la soledad y el aislamiento del pensador”.
Puede
que percibamos en la tele, autores con los grandes premios, o, algunos en
grandes fiestas, pero olvidan y olvidamos que casi todos están en su mayor
tiempo en el silencio…
Olvidan
y olvidamos que la tarea creativa o de búsqueda o de investigación, en su mayor
parte del tiempo y del espacio, da lo mismo sea física teórica, matemática
teórica, literatura práctica o creativa o teórica, filosofía, y, todo lo demás que
ustedes quieran… Olvidan y olvidamos que el mayor tiempo es consulta de libros
y documentos y artículos y documentales y entrevistas e ideas de unos y de
otros. Olvidan y olvidamos que el mayor tiempo es después, de todo ello,
intentar encontrar una nueva voz o una nueva idea o un nuevo argumento o una
nueva pregunta o una nueva demostración. Olvidan y olvidamos, que si se
consigue al final esa meta, hay que dedicar un tiempo apreciable, en
materializarlo para mostrarlo a los demás, ahora Internet facilita mucho las
cosas, pero casi siempre en forma de artículo académico o libro o conferencia o
simposio…
Y,
si ese trabajo y proceso, ha terminado, empezará esa persona, con otra cuestión
o con otro tema, y, así se pasará semanas o meses o años, hasta que llegue al
final. Y, ese es el ciclo y la rutina. Y, casi siempre, vivirá de un trabajo
similar o de otro diferente, tendrá que cumplir con sus deberes y derechos
sociales, familiares, laborales, y, semejantes. Y, después, el otro tiempo que
tenga libre, seguirá dándole al método. Pero el método es siempre el del
silencio, ensimismamiento, rutina, callarse y mirar. Siempre, ese caminar en
ese viaje interior…
¡Ese
no ser entendido por sí mismo, ni por los demás, siempre esa mirada y ese paso
cansado y solitario, y, en cierto modo entristecido, porque lleva sobre sus
hombros, enormes preguntas, enormes retos intelectuales, enormes dilemas y
trilemas y tetralemas, sabiendo que sus palabras o ideas, que nadie escucha,
podrían tener más valor de lo que piensan, porque todo es un misterio, cuántos
que nadie escuchó, después, pueden tener demasiada audiencia…!
¡Este
mundo de la cultura que tiene demasiadas ambiciones, vanidades, soberbias,
puñales, ninguneos, minusvaloraciones, maledicencias, rencores, iras, cóleras, también
grandes amistades, pero que cada uno que llega quiere, legítimamente, ocupar su
lugar, pero que en el fondo es muy difícil, porque quién puede superar a Einstein o Newton o Miguel Ángel o Picasso
o Kant o Aristóteles o Dante o Proust o…! ¡Pero en ese terreno están, y es
su deber, intentar aportar algo nuevo, o al menos, su modesta voz…!
¡Y,
que en unos círculos con tantas zancadillas, algunos, que no quieren entrar en
ese mundo y en ese discurso, se alejan más y más, se quedan más solos y en más
soledad, en un mundo, que te pueden cerrar todas las puertas, pero que tú, como
individuo, ni siquiera puedes quejarte, porque si lo haces, te tapian hasta las
ventanas, en un mundo que se dice, de personas que han dicho algo, que no han
dicho, y, se toman revanchas contra esas personas que no han dicho nada…! ¡Este
mundo de la cultura que todo el mundo desea ser un genio y una genialidad en su
campo, y, olvidan, que aunque haya que intentarlo, hay que saber, que al final,
en cada especialidad, solo existen dos o tres o cinco genios por siglo, a nivel
mundial…!
¡Alguien
que ha podido ser tomado como raro o singular, alguien que han podido pensar
que ha perdido el tiempo, porque no ha brillado en nada humano, alguien que
generalmente ha podido vivir con mesura y modestamente, alguien que quizás no
haya ocupado grandes cátedras, ni medianas universitarias, pero alguien que ha
estado toda su vida, en la medida de lo posible laborando el terreno de la
agricultura de las ideas, en uno o en varios saberes…! ¡Alguien que en
definitiva ha fracasado como científico o investigador o creador o filósofo o
pensador o literato o músico o diseñador o…!
De
vez, en cuando, salta alguien que ha abierto un nuevo camino. Y, se traspasa su
imagen y algo de sus descubrimientos al papel del periódico, ahora de periódico
de Internet y los otros medios. Pero todo el mundo olvida, los miles, decenas
de miles, según el campo de la especialidad o del saber o de las artes, que
están en sus estudios y despachos o comedores de sus casas o en sus talleres
dándole vueltas al bronce de las ideas con los silencios de las paredes. Días y
meses y años y lustros y décadas… Y, todos esos, quizás, alcancen, algún
pequeño reconocimiento, pero por lo general, viven en la degustación del
silencio en todos los sentidos.
¿Pregunto
y me pregunto la universidad, cada facultad y cada saber, podría crear un
departamento específico, en el cual examinaría obras y producciones de
personas, que les envíasen para que valorasen su valor, personas que han
dedicado tiempo a una materia pero que están fuera del profesorado de la misma
universidad…? ¿Tendría sentido esta propuesta, se podría perfeccionar, se
podría estudiar y analizar…?
Todo
esto me lo ha recordado y, otras cosas al darme de bruces con un artículo del
maestro Francisco Casavella,
titulado: El aislamiento es el don. No sabemos cuánto de don, cuándo de
no-don, cuándo de alegría, cuándo de pena, cuánto de estar y cuánto de ser…
Al
final, les ocupa y les preocupa, que pasará con sus papeles, sus escritos, sus
producciones culturales, sus dibujos... Quizás, conserven en cajas miles de
todos esos documentos. Quizás, repartidos por el mundo otros miles… Al final,
no saben, si lo que han producido, tendrá o tiene algún valor en su materia o
especialidad, al final, no saben, si seguirá existiendo dentro de unas décadas,
después de su fallecimiento… Al final, no saben nada de nada…
Al
final, solo saben que han estado una gran parte de su vida y de su existencia,
viviendo y existiendo en el silencio, el aislamiento y en la soledad del
pensador o pensadora…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (30 nov.-04 dic. 23 cr).
Fin artículo 3.938º:
“El silencio y la soledad y el aislamiento del pensador”.
E.
04 dic.
E.
11 diciembre