Etiquetas

Artículo Periodístico 4.136º: “Orando y rezando en los muros de Cáceres, I”.

                         Artículo Periodístico 4.136º: “Orando y rezando en los muros de Cáceres, I”.

Una ciudad está llena de piedras y de carnes de hombres, pero también de alma, de alma-espíritu y de Trascendencia que los humanos buscan, trascendencia y Trascendencia.

Los humanos entran en un recinto sagrado, y, se tapan su propia cara y rostro con las manos, y cierran los ojos, y, la vida interior fluye por dentro. El séptimo Concilio Ecuménico del año 787, aceptó la representación de Jesús de Nazareth, Dios e Hijo de Dios, pero también hombre según la carne. Y, según la carne se puede representar, y, la representación en sí se puede venerar, y, no se cae en la idolatría, ya que Él Mismo se quiso hacer humano, se quiso hacer carne. Los misterios de la Cristología. Esta es la base de los millones de imágenes de representación de lo sagrado en el cristianismo…

Los hombres/mujeres no son solo carne, no son solo mente-conciencia-consciencia-inconciencia-inconsciencia-cerebro, no son solo sociedad, no son solo naturaleza, no son solo cultura-conocimientos-ideas, son también alma-espíritu inmortal. Al menos, hasta ahora, la inmensa mayoría, en todas las partes del mundo, los humanos creen que existe Algo Más Allá de este algo terráqueo, que ellos y ellas, son algo más, que son algo más que polvo y tierra y cenizas. Es la trascendencia del hombre que busca la Trascendencia y la transcendencia, es el enorme misterio y enigma de lo humano que busca el Misterio y Enigma de lo Otro, de lo Eterno. Eso es lo que somos también, no solo somos dinero, sino también, creemos que somos alma-espíritu inmortal.

Esos caminos de Pedro de Alcántara unos huesos atados a una piel, una piel atada a un alma. Alguien que dijeron que no sabía como era el techo de los conventos dónde pasó. Porqué y por qué esos siglos ofrecieron tantos santos y santas a estas tierras hispánicas, Teresa de Jesús, Ignacio de Loyola, Martín de Porres, Juan Macías, Juan de Dios, Juan de la Cruz, y, tantos otros, que muchos pasaron por esta ciudad y, otros no, pero todos fueron dejando huecos y ecos en toda esta península y en toda esta América…

Todo está, antes de la tabla de Mendeleiev, por tierra-piedra, aire-cielo, agua-líquido, fuego-calor. Todo está formado por tierra y por Cielo. Los humanos somos algo intermedio entre la tierra y el cielo, entre la cuadriga de Platón, siempre intentando combinar de forma correcta la irracionalidad y la racionalidad, los deseos y los pensamientos y las pasiones y las libidos, lo moral triunfe sobre lo inmoral, la verídica libertad sobre el desorden de la pasión descontrolada/desordenada. Ese es el eterno tejer de los humanos. Un monasterio o un convento son como una universidad de personas que se centran en el espíritu y alma de cada una de ellas, que aspiran al Cielo de la Trascendencia y de Dios, y de la Gracia de Dios, gracia santificante y gracia cooperante ese beso entre ambos amores y amares...

Los humanos rellenan los vacíos de la interioridad, pueden hacerlo de formas correctas e incorrectas, pueden llenar sus botellas de ebriedad o de lujuria o de gula o de soberbia o de vanidad o de sensualidades, pero también pueden buscar el equilibrio interior con el exterior, la razón con la irrazón adecuada, la carne con el alma. Un convento o un monasterio es una fábrica y una industria de intentar que los humanos asciendan hacia lo bueno y lo mejor y lo verídico y lo verdadero y la belleza y la Suma Belleza, es la aspiración de que la carne triunfe sobre la carne, sin matar la carne, pero si elevarla, si trascenderla en la Trascendencia de Lo Otro-Eterno, el Buen Dios Personal.

Monasterio de Santa María de Jesús o Jerónimas, al lado del Parador de Turismo de Cáceres capital. Lugar que fue enfermería de los Franciscanos de San Antonio, y fue pasando como las ruedas y las bolas por distintos aconteceres históricos, con distintos sujetos y entes colectivos, con distintos fines hasta que ha arribado la Orden de Jerónimas, personas buscadoras de Dios, buscadoras de lo Infinito en lo finito de cada ser humano, aquel Jerónimo de los tiempos romanos que todavía nos ha ido dejando huellas. No solo existen los acueductos y los puentes romanos y la legislación romana, y, mil otras cosas de Roma en el hoy, también existen los Agustinos de aquel Agustín de Hipona, los Jerónimos y Jerónimas de Aquel san Jerónimo que durmió con sus textos bíblicos en Belén. Ambos romanos o tardoromanos…

Aquí desde 1977 estas mujeres, dejan su huella en esta ciudad, ciudad tan larga en recuerdos, tan larga en luces que se convierten en sombras por los recovecos de las piedras de tierra e hierro y sal, pero existen las piedras del alma, las piedras del espíritu, las piedras de la ascética y las piedras de la mística. Las piedras de aquellas personas que quieren volar, que andan por nuestras calles, pero que saben, que son pájaros que también pueden volar…

Este monasterio-convento de clausura, con corazones que nacieron en lejanas tierras, a miles de kilómetros, los ojos y los labios y los oídos de esas personas han recabado en este lugar, en estos cientos de metros cuadrados, dónde buscan al Ser del Ser, a la Luz de la Luz, al Agua del Agua, al Infinito Dios.

Todavía estas personas, son sin estudios oficiales de filosofía, al menos la mayoría, son los verdaderas filósofas del hoy, los que buscan en el silencio, el recodo y pozo y hondón del silencio sus almas, y sus almas que trascienden al y con el Buen Dios. Son las filósofas que no dan clases oficiales en ninguna escuela, ni universidad, ni instituto, pero son las que buscan y desean el ser del Ser, al verdadero Ente.

Aquí en esta paella de voces de distinto origen, indias, africanas de Kenia, españolas de Iberia, todas juntas buscando la esencia del hombre, en las pequeñas inmanencias de la existencia y del vivir. Lo que es en el corazón de lo humano. Más adentro de uno mismo, dirían los cartujos, vivir consigo mismo, dirían los benedictinos en su fundador, Benito de Nursia. Todo ese viaje interior, no hay que irse a lejanos países para buscar la transcendencia y la Trascendencia y la espiritualidad, como tantos recorrieron los años sesenta, y muchos se perdieron. A pocos metros o cientos de metros o miles de metros, de tu tierra, todavía encontrarás un remanso de paz y de la lucha del ser humano por la hondura en la Hondura. Y, eso que cada mes se cierra un convento o un monasterio en este pentágono de Celtiberia.

Producen dulces de la tierra para vivir y sobrevivir, porque somos tiempo y somos espacio y somos carne y somos estómago, pero no solo somos carne. Esta es la enseñanza profunda de estas personas, que en el silencio van buscando el Silencio que habla y que es atronador del Buen Dios.

Las campanas suenan en los pies con frío, pero las campanas doblan y redoblan al corazón y desde el corazón humano lleno de piedras y de piedras que vuelan…

https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (03 marzo-01 abr 24 cr).

Fin artículo 4.136º: “Orando y rezando en los muros de Cáceres, I”.

E. 01 abril 2024 a Infoprovincia.net. Tarancon Digital.es.

HUMOR 1822 AL 1825.

                            HUMOR 1822 AL 1825.                       22. Humor 1.822 [1] .                       23. Humor 1.823 [2] . ...