Artículo Periodístico 4.144º: “Los reyes también lloran”.
Olvidamos todos los estratos
sociales que los de arriba también lloran, que también trabajan, que también
duermen, que también sueñan y que también fallecen.
En todos estos años hemos visto
como las Casas Reales de toda Europa, también lloran. Es difícil abordar un
tema como éste. Porque no me agrada que llore un niño en un lugar del mundo
pidiendo, en una puerta de una calle, ni tampoco que lloren los niños de ningún
estrato social, cultural, ideológico, religioso. No deseo que llore nadie. Pero
la realidad humana es que también existe el sufrimiento, la pena, la angustia,
el temor, el desaliento, la desesperanza…
Pienso y opino, que tantas cosas
nos enseñan y aprendemos y aprehendemos y olvidan y olvidamos a que tenemos que
saber que existen tormentas y huracanes y seísmos y volcanes y maremotos en la
realidad humana. Unos, unos son pequeños y otros son grandes y otros medianos.
Como las alegrías, unas son grandes, otras medianas y otras pequeñas. Los reyes
también lloran. Lo hemos visto en todas las Casas Reales de toda Europa, porque
en otras, de otras zonas del mundo también lloran y llorarán, cosa que no nos
alegramos y que también sentimos, pero sus sistemas informativos y de comunicación
son más cerrados, con lo cual, apenas se sabe internacionalmente cuando lloran.
Me he encontrado con un artículo
del maestro del columnismo Umbral,
que saben ya ustedes, si alguien me sigue que apenas lo cito, con una columna
titulada: El Rey llora, publicado en EL
Mundo, el 07 enero del dos mil. Y, se refiere a nuestro rey, ahora emérito,
indicando dos episodios y nos cita que lloró en el entierro de Doña María y lloró en el casamiento de su hija en Barcelona.
Me temo que el rey ha llorado muchas otras veces. No me agrada llorar yo, ni
que usted sea panadero o industrial o ejecutivo también llore.
No me agrada que llore ningún
presidente de gobierno que ha tenido este país –ni de ningún país, lo aclaro
por si alguien piensa algo que no está en mis palabras, ni en el texto, ni en
mi corazón…-. La famosa novela y telenovela y serie de telenovela: “Los
ricos también lloran”, que se ha hecho ya máxima popular. El maestro
del columnismo Umbral, uno de los
diez más grandes de estos tres siglos en esta Piel de Toro, falleció en agosto del 2007 y no ha presenciado los
lloros posteriores del rey, ahora denominado emérito, ahora exiliado, ahora
envejecido, ahora esperando que España le perdone...
Pero debo confesar, que aunque
debemos prepararnos al invierno del sufrimiento, que puede durar días o meses o
años, debemos también aprender con escudo y espada a defendernos del lloro y
del llorar. Debemos no provocarnos a nosotros el lloro y el sufrimiento y la
pena y la angustia, con inteligencia racional y con inteligencia moral. Y, no
debemos provocar a los otros lloros. Debemos defendernos del mal y de la maldad
de nosotros mismos contra nosotros mismos, pero también del mal y de la maldad
de otros, contra nosotros mismos. Hacerlo con inteligencia correcta, buenos
conocimientos correctos, actos correctos, moral correcta, palabras correctas,
-frases casi copiadas del maestro Buda…-.
No sé, si no nos preparamos para
reír, ni tampoco para llorar, y, la vida es una ensalada con algo de vinagre y
con algo de miel. Y, se mezclan. Puedes decir, con razón, que a unos seres les
toca más la acidez y a otros más el azúcar. Quizás, a unos, en unas épocas les
toca más lo negativo y el lloro, y a otros, más la risa y la alegría. Es un
mandato, casi evangélico, reír y alegrarse del bien del otro, cuándo ríe, si es
legal y si es moral; y, también, llorar, entristecerse con el otro, cuándo
llora y se enmudece su corazón.
Creo que Europa está sufriendo
una enorme crisis moral, y una enorme crisis espiritual. De continuar así, dentro
de unas décadas, algunas diócesis no tendrá suficientes curas o presbíteros o
sacerdotes que puedan ser faros y luces para enseñarnos una moral y una
religiosidad más elevada. Porque como se decía en la película de Espartaco,
la primera, de hace décadas, el protagonista refiriéndose al segundo personaje
masculino, parafraseo: “los hombres también necesitan poesía”. Los hombres y
mujeres necesitan elevar su espíritu y su alma, no ensabanarse y enzaganarse y
embarrarse en el barro de la no-moralidad correcta. Podemos ser tolerantes y
debemos serlo, pero no podemos llamar al bien que es mal, y, al mal que es
bien.
No entiendo el mundo, sé que
estas palabras no tendrán apenas eco, ni deseo que tengan demasiado –así ningún
foco de ningún poder se fijará en mis labios-, pero no sé si en demasiados
medios de comunicación y culturales y sociales y de diverso tipo, se esfuerzan
adrede a hacer a los humanos más peores moralmente de lo que son, que caigan y
caigamos en algunos de los siete errores morales graves: lujuria, gula,
pereza-acidia, envidia, soberbia-vanidad, ira-cólera, avaricia-codicia… Y, así
los humanos, una gran parte, estamos entrelazados por esas pasiones desbocadas
e irracionales y desarmonizadas que nos descontrolan y descoyuntan y
desmiembran.
Los reyes también lloran como
usted y como yo, solo tiene que mirar las portadas de los periódicos cada
semana…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (28 marzo-08 abril 2024 cr).
Fin artículo 4.144º:
“Los reyes también lloran”.
E.
08 abril