Artículo Periodístico 4.739º: “Luis María Anson y Francisco Umbral”.
Debo
confesar que me agrada que dos personas de diferente percepción y sensibilidad
ante la vida, o al menos así me lo parece, se llevasen bien en vida, se
elogiaban.
Es
cierto, que hasta dónde sé y conozco, Anson,
casi siempre habla y escribe bien de casi todo el mundo. Cosa que todos debemos
aprender y aprehender. Creo que mi modesta pluma y boca también está en esa
sinfonía –eso no quita, que alguna vez, pero se pueden contar con los dedos de
la mano, hayas roto ese pacto-, pero Umbral,
no podemos negarle su genialidad en el articulismo –no juzgo su otra prosa, sus
más de cien libros, porque entre otras cosas, no me he leído todo, ni la
inmensa mayoría-, pero Umbral tenía
una pluma y una lengua más acerada y avinagrada y envenenada. No podemos negar
esta realidad. Quizás, quizás sus traumas y sus heridas de la infancia, le
llevaron a esa situación, estoy intentando buscar una razón justificación con
conmiseración. Pero también, quién no tiene algún trauma de la infancia y de la
adolescencia y varios de la etapa adulta…
Siempre
en este país ha existido algo que se ha ido reproduciendo entre los siglos y
desde los siglos, también ahora, también en el veinte, o eres de Quevedo o de Góngora o de Lope de Vega o de
Cervantes o de Calderón o de… Y, entre ellos, entre algunos de ellos,
ofrecieron a la historia un espectáculo triste y entristecido y negro y
ennegrecido. En esto, no fueron los chicos
buenos del siglo de oro, sino más bien los chicos de la negrura del
siglo de oro. Uno, siente y espera, que las grandes genialidades de grandes
sensibilidades literarias, que es el caso, también la tengan en sus corazones y
sus afectividades. Quizás, quizás sea porque vivir de la literatura ha sido en
todos los siglos casi una operación casi imposible, quizás se necesitan Bond
literarios. Quizás porque miran mucho su yo y su egotismo y su egoísmo y su
narcisismo y su vanidad y su soberbia y su valía. Y, no se dan cuenta, que en
la Naturaleza existen muchas especies vivas, y, cada una ocupa su lugar…
Pero
debo aceptar la realidad, esta forma de ser y de estar, siempre en lucha y
siempre dialéctica, se da mucho entre la clase literaria y cultural y plástica
y artística y… Es lamentable. Y, por otro lado, nadie acepta una crítica. Todos
debemos agradecer las críticas, porque nos pueden enseñar algo de nuestros
escritos y actividades culturales. No tenemos que aceptar las críticas a nuestras
personas, pero si a nuestras producciones, si se hacen con respeto, prudencia,
razonabilidad, mesura, con argumentos. Si se hace así, te están haciendo un
gran favor…
Cierto
que también existen grandes amistades entre colegas literarios. No habría páginas
para mencionarlas, pero también grandes cuchillos entre compañeros del mismo
siglo a nivel literario y plástico. Todos quieren estar arriba, para continuar
estando en el corazón de los hombres dentro de un siglo. Y, yo, yo que vivo en
un rincón de este imperio occidental, metido en un sillón dando a las palabras
y a las ideas, ya décadas, y, que a nadie interesan ni mis imágenes, ni mis
conceptos, ni mis ideas, ni mis argumentos –que por otro lado, son tomados de
todos, de todos los corazones y de todos los siglos-.
Yo,
soy consciente, que solo la verdad que arrastren las palabras, solo los bienes
de todo tipo que ofrezcan, solo los bienes morales y espirituales y metafísicos
que lleven en sus aguas… eso es lo que hará, que tus escritos queden para siglos
subsiguientes y siguientes y futuros. No quedarán porque riñas o discutas con
unos, o hagas pactos con unos o con otros. Sino perdurarán si esas palabras y
frases y escritos llevan suficiente verdad, bondad, bienes, belleza… Así, así
de simple y sencillo. Nada más. Esta es la fórmula. Por eso, no he entrado en
ninguna escuela y ningún bando literario. De todos he aprendido y aprehendido,
o he procurado, a todos les debo pleitesía. Pero he intentado siempre ir un
poco más lejos…
Pero
me agrada, agrada mucho, que dos escritores se alaben y se muestren respeto,
como es el caso de Anson, todavía
existente y respirando el aire del mundo, y, dure muchos lustros más, y, Umbral, que ya va casi la veintena de
años que dejó la pluma-máquina de escribir de este mundo. Todo esto me lo ha
recordado, un artículo que FU, Francisco
Umbral publicó en El Mundo, el 09 febrero de 1998,
titulado Anson. A raíz que el día anterior leyó el discurso de la
entrada del mismo Anson en la RAE.
Estimado
lector o lectora, por si usted no lo sabe, uno de los tres grandes sueños de
todos los escritores de hoy, de toda esta España en varias lenguas, es entrar
en la RAE, te otorguen el Premio
Cervantes, y, ser candidato, al menos finalista al Nobel de Literatura de
Estocolmo. No lo dicen, pero todos sueñan con eso. No es raro, los empresarios
sueñan con que su entidad sea una megaempresa. Son cosa de los sueños de los
hombres… Como alguien decía, al final, ni a Cervantes, ni a Quevedo, ni a Lope de Vega, ni a Calderón, ni a Tirso
de Molina… le otorgaron ni el Cervantes, ni el Nobel. Claro
entonces no existían ninguno de los dos premios… Paz y bien.
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (17 febrero-02 marzo 2025 cr).
Fin artículo 4.739º:
“Luis María Anson y Francisco Umbral”.
E.
02 marzo