Artículo Periodístico 290º: “Ahorros o, y
recortes”[1].
0.
¿Son lo mismo unas palabras que otras? ¿Tienen el mismo significante y el mismo
significado? ¿Existe una guerra dialéctica utilizando las palabras y los conceptos?
¿Un grupo ideológico, perdió el asentimiento y sentimiento del pueblo, cuando
aceptaron la palabra recorte, y no impusieron la suya, el ahorro o el ahorro
necesario inevitable?
1.
En la película Las sandalias del
pescador, el protagonista le indica al interlocutor, más o menos, que los
grandes imperios se han hecho con palabras, que al final las grandes ideologías
se han fabricado con palabras.
En
definitiva las palabras y las ideas y conceptos que llevan consigo son
esenciales para interpretar la realidad, incluso en el orden de los
sociopolítico.
No
es lo mismo el concepto de recorte, que viene a decir, que una ideología equis
está haciendo todos esos sacrificios, más o menos, porque quiere, o debe de
hacerlo en otros campos y no en esos. Que utilizar la palabra y concepto ahorro
y ahorro necesario, que significa, algo así que si una familia tiene mil euros
de ingresos, solo puede gastar esto, porque además debe otros mil euros, que
debe pagar intereses, etc.
2.
Me temo o parece que viendo el horizonte estamos entrando en una dinámica, que
las palabras y las palabras-conceptos, sean más o menos reales, van a tener o
ya están teniendo una enorme importancia. Estamos asistiendo a una especie de
feria y carrusel de palabras, palabras llenas de eufemismos, metáforas,
analogías…, pero que muchas veces, tapan o esconden el mensaje real… ¿palabras
publicidad o propaganda sociopolíticas?
De
alguna manera, hay peligro, no pongamos nombres que las palabras y
palabras-conceptos, palabras-máximas, palabras-mitin se utilicen para defender
las propias posturas, y atacar a las ideologías presuntamente contrarias.
Las
palabras-eufemismos, las palabras-analogías, las palabras-metáforas… decir lo
que se quiere decir, pero parece que oye una cosa distinta…
Después
si se toma el poder, el poder que ha producido, entre otros motivos dichas
palabras, y no se pueden aplicar, se pondrán mil excusas o ninguna, se dirá que
no son viables y ya queda todo zanjado.
Por
tanto estamos enfrentados a un mundo de palabras.
Quién
las utilice mejor, ese puede llevar una enorme ventaja.
3.
Lo ideal y lo real, para no engañar y no manipular a nadie, es utilizar las
palabras que sean correctas, que estén acordes con la realidad que representan.
Por tanto, volviendo al ejemplo, es evidente, que el vocablo-concepto-idea
ahorro o ahorro necesario es más realista, que la palabra-idea-concepto
recorte.
Pero
como el sistema de las palabras ha funcionado, me temo que se seguirán creando
palabras-conceptos, que no representen totalmente la realidad, aunque algo sí,
no serán totalmente inventadas o imaginarias, pero no serán reales. Se podrán
decir propuestas, que parte del pueblo quiere o necesita, porque estamos
pasando una etapa de grave crisis, crisis en muchos sentidos. Y cuando te estás
ahogando te atas a la cuerda que te echen, sea del color que sea.
4.
Es obvio que existen “instrumentos de creación de esas palabras”, utilicemos
esta terminología, para ser lo más aséptico posible, y después existen
“instrumentos de difusión de esas palabras, ya podrían ser palabras-discursos”,
para ser también lo más imparciales posibles, y en tercer lugar existe “el
receptor-pueblo que escucha o asiente a esas palabras-discursos”, en mayor o
menor grado, para utilizar una terminología lo más aséptica e imparcial
posible.
La
cuestión que se ha planteado es si “algunos sistemas de difusión de esas ideas
o palabras o discursos” han sido no totalmente, imparciales, o al menos tener
un grado mayor de imparcialidad… o dicho de otra forma, que casi siempre han
estado “al lado de una ideología equis, o al lado de otra ideología zeta”.
5.
Ante el anterior problema, o diríamos la acumulación de los argumentos
anteriores, la solución es fácil, ya lo dijo el pensador y filósofo de origen
español, pero holandés judío hace varios siglos, Baruch Spìnoza, “ante un
problema utilicen la matemáticas”.
Aplicado
a la cuestión que nos compete, si los tirios, utilizan unas palabras para
representar equis realidad, los troyanos utilicen otras que sean más correctas,
más adecuadas a la realidad.
Si
la ideología equis utiliza un discurso determinado para representar una
realidad y lo difunden por tales y tales medios, pues la ideología zeta, hago
lo mismo, haga otros discursos y lo difundan por los medios que tengan a su
disposición. Y la ideología que explique mejor la realidad esa será, suponemos
creída por el público y el pueblo que está asistiendo a la gran representación
teatral.
Y
en tercer lugar, si un grupo sociopolítico A, cree que determinados “medios de
expresión de ideas o de difusión de noticias o comunicación”, le está siendo en
contra, no está siendo imparcial, sino claramente parcial, pues utilicen el
consejo de Spinoza, pongan “números o matemáticas al problema”. Es fácil la solución
encarguen a empresas independientes, que analicen, el tiempo, las noticias, la
orientación de los diez o quince medios más importantes de información. Y que
cada mes, den sus resultados, tal medio equis dedica diez horas cada semana a
informar de tal y cual, a favor o en contra o…
Se
dice en filosofía de la ciencia, no es lo mismo en metodología científica,
decir que el liquido A está más caliente que el B, y el C está menos que el B.
Que decir, el líquido A, está a 35º C, el líquido B, está a 42º C, y el líquido C, está a setenta grados
centígrados.
6.
Quizás en el fondo sea lo mismo utilizar la palabra ahorro o el vocablo
recorte. El problema grave es que una palabra u otra, convenza a una parte
importante del pueblo, y lleve al poder, a una ideología o a otra, y al final
ocupe el poder, no quién esté representando más fielmente la realidad social,
sino la que utiliza mejor las palabras, las difunde mejor, las enmascara mejor,
las manipula mejor. Y no las ideologías que utilizan palabras más verdaderas,
más bondadosas, más bellas y más útiles… Porque no es lo mismo predicar que dar
dátiles.
Al
final, el diagnóstico y pronóstico del médico licenciado, aunque sea más duro y
más difícil y en principio no te guste, te puede curar la enfermedad; y el
diagnóstico del curandero, quizás te gusten más sus palabras y su pronóstico,
pero posiblemente te acabarán llevando antes flores a una lápida de mármol.
Es
su obligación encontrar quién es el médico y quién es el curandero en cada
momento y en cada situación histórica. No se lo voy a decir yo. Bastante tengo
con escribir este artículo y quizás ayudarle a pensar…
©
jmm caminero (17 junio-20 agosto 2015 cr).
Fin
artículo 290º: “Ahorros o, y recortes”.
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