Artículo Periodístico 2.986º: “Borges y el Nobel”.
Todo
escritor/a de joven añora el Nobel. Piensa que empieza una carrera que
terminará potencialmente en el Nobel, aunque, sabe que es una imaginación.
Dicen
que en una feria o encuentro de libros, Borges se encontró con Videla,
y, como es obvio les retrataron para la historia, y, para los medios de
comunicación del día siguiente, a nivel nacional e internacional. Dicen que
cuándo se marchó de ese encuentro fortuito e instantáneo, en mitad de la
exposición, dijo Borges: “Sabrá este hombre que me ha quitado el Nobel o que he
perdido el Nobel otra vez”. –Existen distas versiones-.
David
Gistau en un
artículo titulado: El Canon Nobel, de El Mundo, 10 0ctubre del 2008 trata de
estas cuestiones y algunas más. Decía, o dicen que decía Cela, que cuando era joven,
“prefería que le otorgasen el Nobel, aunque tuviese que estar en la calle
paralítico pidiendo”. Después, ya adulto, pensó, y, más cuándo lo había
recibido, “que aquello era una exageración” –aunque señalamos con comillas, no
es un texto exacto, sino solo parafraseado., suponemos que verdad o con cierta
certeza cierta-.
El problema de los
métodos humanísticos de los saberes humanísticos –artes, literatura, filosofía,
teología, ciencias sociales en cierta medida…-, comparados con los métodos científicos, que las proposiciones o
enunciados, según Popper, no se pueden
falsar o falsear, ni verificar o verdadificar, dicho de otro modo, no
podemos saber y conocer y entender, con total grado de certeza, o con mucho
grado de verdad, si un enunciado o cien son verdaderos o son falsos, si una
obra de creación humanística es notable o excelente o genial o no lo es. Y, por
tanto, en la valoración de las obras culturales, intervienen multitud de
factores y variables, entre otros, la aceptación sociopolítica, por corrientes
fácticas de influencia y de valoración y de entendimiento y de comprensión…
Se
dice, que existen, actualmente, cerca de
un millón de escritores en activo. Como en todo, la inmensa mayoría
seremos/estaremos, en una escala del cero al diez, entre el uno y el cinco, e,
irán disminuyendo su valor y calidad y creatividad e ingenio y profundidad y
esencialidad en cantidad, cuándo vayan ascendiendo del y en el panorama del
saber y de la calidad y de la genialidad. Pero el grave problema es. Primero,
como conservar, lo que realizan esas personas, porque puede suceder, que hoy,
sea valorado de forma y en forma, mediocre, pero quién sabe, si dentro de cien
años, se analizaría de otro modo. Segundo, cómo valorar hoy, el valor de la
realidad, entre tantos, que sistemas o redes de selección existen, y, si estas
son racionales y ponderadas y maduras…
¡¿Esto
aplicado al género del articulismo literario o de opinión o cultural o personal,
cómo quieran denominarlo…!? Cada día se
publican, quizás, en el mundo, cien mil artículos de esta clase. ¿Cómo
valorarlos o analizarlos? ¿Cómo en medios periodísticos de todo tipo y
audiencia, desde locales a comarcales o provinciales o regionales o nacionales
o internacionales, quién puede asegurar, que cada día, una columna, pasa sin
pena, ni gloria, y, se perderá en la enorme galaxia de la producción cultural
periodística, y, es un texto que abre caminos buenos y nuevos de interpretación
en una temática, o dispone de una belleza que abre autovías, o…?
Esto
que estamos aplicando aquí y ahora, a la literatura, o, como ejemplo o símil al
articulismo, podríamos aplicarlo a la pintura, a la música, y, a todos los
saberes humanísticos y artes. Véase y léase al ensayo o a la filosofía o a la
teología o… La racionalidad en el mundo de la creación cultural no científica,
diríamos que es, a granes líneas, irracional y arracional y antinacional, es
alógica, antilógica e ilógica, combinado con amoral y antimoral e inmoral.
Dirán que exagero, pero piénsenlo bien, que alguien, lleve construyendo una
producción cultural en las humanidades, treinta o cincuenta años, que haya
dedicado docenas de miles de horas, además del estudio, búsqueda, análisis, y,
la realización en sí.
Que
haya formado o conformado un corpus en una temática y en un género, sea poesía
o novela o ensayo o pintura o música o, el tema/género/arte/saber que sea, y,
después, en su provincia o en su región, realicen
diccionarios-directorios-archivos de autores/as de esa temática y género, y, a
esa persona y obra, no le mencionen, y, si lo hagan con cien autores/as o, aún
con más. Es la demostración que la gestión de la cultura y de la industria
cultural, no ha llegado a una racionalidad moral suficiente. Porque al final,
quién sabe lo que estamos perdiendo y olvidando y, estamos dejando que se
deteriore, incluso admitiendo que no sea excelente, sino solo mediano, pero
incluso entre lo mediano, pueden existir de mil
poemas/pinturas/dibujos/música/moda/diseño…, tres que son/sean excelentes.
Dicen
que a Kafka,
no le otorgaron el Nobel. Pero este juicio no es cierto, ni verdadero, porque
cuando falleció no se conocía nada de su trabajo. Pero si la producción de
Borges. El mundo cambiaría
ostensiblemente, y, sería más justo y equitativo, si se buscasen dos objetivos:
que la producción cultural, de toda persona, en cualquier terreno del saber, no
se perdiese. Hoy, la informática lo permite. Segundo, que se busquen sistemas racionales y morales de selección de obras y de
valoración de ellas, a y, en todos los terrenos, géneros, especialidades y
saberes. Paz y bien.
http://soliloquios.blogia.com © jmm caminero (10-27 abril 2022 cr).
Fin artículo
2.986º: “Borges y el Nobel”.
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