Artículo Periodístico 2.976º: “Manuel, de Málaga”.
Dicen
que este país nuestro, no es agradecido con los hombres y mujeres que antes o
al mismo tiempo que ellos han venido a respirar este aire. Que nos falta
generosidad, en una palabra.
Dicen que Ignacio Camacho, publicó una
columna, con el título: Manuel,
de Málaga en el grupo Vocento, el 18 de abril del 2019, en
homenaje y recordando a Manuel Alcántara, eximio articulista de
nuestros aires y tierras, a mi modo de ver, uno de los que quedarán para siglos
posteriores, junto con Larra, Camba, Cavía, Ruano Carabías, Azorín, Plá, Cunqueiro, Umbral,
y, una veintena más…
Dicen que somos una sociedad no
agradecida, algunos lo interpretan porque las controversias culturales,
religiosas, ideológicas, filosóficas, políticas y económicas, han sido
demasiado duras y radicales, porque siempre estamos en alguna de esas luchas,
como una eterna reconquista de ideas y de sistemas ideológicos… Y, ese magma y
humus y vientre forma y conforma parte de nuestro modo de ser consciente e
inconsciente. Aquí, hay que hacer un esfuerzo enorme voluntario y de voluntad y
de bondad y de inteligencia y de entendimiento para ser tolerantes –en
cualquier ambiente social…-.
Dicen, que aquí, para que un
escritor alabe a otro escritor, es un casi milagro, mayor que el de los panes y
de los peces. Solo se alaba, los que a su vez, ellos te han alabado, y por
tanto, indican, que siempre los cuchillos están abiertos. Siempre habrá alguna
diferencia ideológica o cultural o filosófica o religiosa o de estrato social o
estética, para ser la razón de enfrentarse y confrontarse con algunos de los
demás.
Dicen que nos gusta la antinomia
y la dialéctica y la discusión y las querellas y las controversias y los autos
de fe, reales o imaginarios, simbólicos o materiales porque de ese modo, nos
sentimos vivos, curamos algunas heridas que arrastramos dentro de nosotros, en
lo más profundo de nuestro ser. Que no somos capaces de curar las heridas de
nuestras familias, de nuestra clase social, de nuestra historia, que los
bisabuelos no nos dejen mirar con sonrisa el presente y al futuro…
Dicen que encontrar un nido de
trébol de cuatro hojas, de alguien, que haga críticas constructivas a otras
posturas, con moderación y mesura y prudencia y afectividad positiva, es casi
una cuestión imposible. Que alguien reciba las críticas, aunque no le
favorezcan, lo piensen él o ella, como un ejercicio notable y necesario del
avance del saber y de la interpretación de la realidad. Que encontrar en estos
lares estos dos conejos de la suerte, es tan difícil, que si por causalidad y
casualidad hallarás alguien así, en toda tu vida, tenle un respeto enorme.
Porque si te ha hecho una crítica negativa, siempre con respeto a tus posiciones,
te está haciendo un favor, si tú la haces, con respeto a otra posición, debe
ser entendida, como que le estás haciendo un favor…
Dicen que en todos los sectores
de la sociedad y de la producción humana, de todos los oficios y profesiones,
y, aún más en los reinos de la cultura, de la investigación y de la creación,
existen en cada casa un arsenal de dagas y espadas y trabuquetes y corazas y
lanzas y escudos y ametralladoras, para utilizarlas cada día, o, y, para
defenderse. Que los oficios culturales, están llenos de inquinas, rencores,
maledicencias, y, que por eso en esta sociedad no se avanza. Si alguien, siente
que ha sido agredido y, realiza una crítica. El que ha recibido una crítica, la
tendrá metida en la nevera durante toda la vida, y, le estará cercenando y
censurando a esa persona, durante toda la existencia. Si es en provincias, le
habrá cerrado las puertas del futuro cultural, en muchos sentidos. Que si
existen cuatro panaderos en tu pueblo, y, ninguno te quiere vender pan,
acabarás no degustando pan, al menos, de esas cuatro panaderías…
Dicen que estos terrenos se
hablan mucho de libertad y de conciencia y de identidad y de expresión libre,
pero que en el fondo, no soportamos que otros sientan o piensen o sueñen de
otro modo. No es que tengamos que estar de acuerdo con todos, porque eso es
imposible. Pero no hemos aprendido y aprehendido, que podemos razonar y
argumentar con respeto y razones y datos, sobre posturas, en posiciones o
temas, que otros, no estén de acuerdo. Pero, que eso, no quiere decir, que
tengas inquina o rencor, sobre otras personas y otras posiciones. A unos, les
gusta el arroz con leche, a otros el pan con aceite y azúcar, aquellos,
pasteles de hojaldre… La tolerancia es una gran palabra, que demasiadas veces,
no se respeta, o, se mal entiende mal, puede existir tolerancia práctica, pero
no estar de acuerdo intelectualmente con una postura. Puedo entender y
comprender con la persona ebria que se cae por las paredes de alquitrán, pero
no estar de acuerdo intelectualmente, con la ebriedad y todas las consecuencias
que lleva consigo, y, puedo expresarlo redactándolo en un periódico digital…
Dicen,
tantas cosas en esta sociedad, pero de vez en cuando, nos encontramos artículos
como este de Ignacio Camacho, que nos llena
el corazón de sosiego y de esperanza y de moderación. Nos
encontramos a un gran articulista presente y respirante, que homenajea, a otro
gran columnista, que ya sabe y conoce, si existe Dios. Aquí, mi homenaje a
ambos, aquí mi homenaje a todas las personas de buena voluntad, que desean
tener libertad de conciencia y expresión y de creencias, pero que lo hacen con
moderación y mesura y racionalidad y prudencia, y, con palabras-frases, que la
mayoría, sean entendidas por todos…
http://twitter.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (31 marzo-20 abril 2022 cr).
Fin artículo
2.976º: “Manuel, de Málaga”.
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