Artículo Periodístico 2.972º: “Proceso/Juicio del Nazareno”.
Dentro de unos años, hará o se
cumplirá dos mil años del proceso y juicio y muerte del Nazareno. Para muchos
también la Resurrección del Jesús de Nazaret.
Podríamos indicar, que en
dieciséis hora, el tiempo que duró diríamos el juicio-condena cambió el mundo.
Podríamos indicar, sintéticamente una serie de hechos: Cenáculo, Getsemaní,
Anás, Caifás, Pilatos, Herodes, Pilatos, Gólgota. Pongamos una hora desde las
seis o siete de la tarde/noche del jueves, hasta las tres de la tarde del
viernes. Veinte horas que cambiaron el mundo. Para muchos, después, resucitó.
Llevamos dos mil años, la
humanidad, especialmente Occidente, intentando entender y comprender dicho
proceso-juicios-acontecimientos-hechos-interpretaciones-realidades-causalidades-finalidades.
Reitero, que yo apenas sé nada de estos acontecimientos…
Yo, parto del hecho, que si yo
hubiese sido judío de su misma época, de la clase alta (saduceo, fariseo,
escriba), y, desde luego, hubiese pertenecido al Sanedrín, posiblemente, yo lo
habría también condenado a muerte.
Yo, parto del hecho, que si yo
hubiese sido judío de la misma época de la clase media o baja, lo habría tenido
como un profeta, no me habría metido en esas cuestiones de si era o no era Hijo
de Dios, sino como un gran Profeta, una gran tradición en Israel, y, yo como
persona del pueblo, ese Profeta me podría hacer bien, me podría curar
potencialmente de una enfermedad, por tanto, habría sido partidario suyo, en un
grado mayor o menor, posiblemente menor, solo como profeta.
Yo, parte del hecho, que si
hubiese sido del Círculo Máximo de la Autoridad Romana en Jerusalén, hubiese
tenido una postura, difícil y ambivalente, algo semejante a la de Pilatos, por
un lado, no quería una revuelta y revolución, entre otras cosas, no tenía
suficientes soldados para erradicarla, sin un baño de sangre importante; por
otro lado, son cuestiones judaicas de religión, que los romanos no entraban;
pero también en otra vertiente, nunca puedo oponerme al Emperador, por lo cual,
quién sabe, si terminaría enterándose de las realidades que sucediesen, por lo
cual, podría haber intentado que se hubiese salvado, pero al final, verme en la
obligación-dilema de condenarlo.
Siempre se ha indicado que hubo
dos Juicios, uno el que podríamos denominar, si es que es cierto, que siguió
esos pasos-palacios-casas, Anás-Caifás, otro el de Pilatos, en dos fases, y, en
medio el de Herodes. Yo, modestamente, pienso que hubo tres juicios o tres
procesos, o un Proceso con tres juicios. Cada uno con sus fases. (Y, si el
testimonio o idea de Emmerich, es verdad, en casa de Caifás, hubo dos, uno de noche,
y otro de día, según la ley judía).
Cuando Pilatos envía al Nazareno
a que lo valore Herodes, lo envía con todas las consecuencias, que lo juzgue y
lo sentencie. Si Herodes, lo hubiese dejado libre, Pilatos habría admitido
dicha sentencia, si Herodes, lo hubiese mandado condenar, lo habría admitido
esa sentencia. Si Herodes lo hubiese enviado a Galilea esposado o lo hubiese
dejado libre en Galilea, pienso que Pilatos, lo hubiese aceptado. Lo cual, me
lleva a pensar, que en el palacio de Herodes, el Nazareno sufrió otro juicio.
Él, no contestó nada, y, Herodes, lo sentenció como una persona loca.
Posiblemente, ya aprendió que no debía asesinar a otro Profeta, ya lo había
hecho con Juan. Dijo que estaba loco, pero sabía que no lo estaba. Por tanto
pienso que hubo tres juicios y tres sentencias –evidentemente, afirmación que
los expertos deberían analizar e investigar, ya que yo soy un lego en estas
materias-.
Denomino Juicio de
Anás-Caifás-Cárcel-Caifás, porque, existen indicios, que pudo pasar esos tres
pasos o niveles. Primero, fue a la Casa de Anás, hubo un primer interrogatorio.
Segundo, fue a la casa de Caifás, y, ya
definitivamente, sucedió el segundo interrogatorio. En ese intermedio según
Emmerich, fue llevado a la cárcel de Caifás, abajo del palacio. Y, hubo un
tercer interrogatorio-juicio de día, al amanecer –según la ley judía-, que fue
el definitivo. Interrogatorios, que fueron juicios asistemáticos, porque cada
parte, tomaba una posición. Ninguno, lo dejaba en libertad, sino que proseguía el
proceso, y el proceso hacia la muerte. (Aunque yo, me he preguntado muchas
veces, quizás, cuestión sin sentido, si antes de ir a la Casa de Anás, no pasó
por la de Caifás, aunque sea brevemente…).
En caso de Pilatos, a mi modo de
ver, hubo también dos interrogatorios, si no hubo tres,
interrogatorios-juicios. El primero, que dedujo e indujo, que era una persona
inocente, que eran cuestiones religiosas, y, que una sentencia de muerte, solo
le causaría, nada más que problemas, además de ser injusta. Diríamos que llegó
a la conclusión que era inocente.
En ese intermedio, lo envió a
Herodes, pensando que él lo juzgaría, tomaría una decisión. Pero volvió otra
vez, a Pilatos. Y, lo volvió a interrogar-juzgar, y, dedujo, la misma
sentencia, pensó que era inocente, pero “lo flageló”, castigo o sentencia,
grave, pero, para muchos, si se empleaba
esta sentencia-castigo, ya no se le podría realizar más sufrimiento. Debería
dejarlo libre.
Tomó la decisión, de presentarlo
al pueblo, parte del pueblo, que estaba en el atrio del Palacio de Pilatos, del
Palacio romano. Entonces, se produjo, el tercer juicio de Pilatos, buscó la
solución de que el pueblo tomase la decisión, en este caso, parte de ese
pueblo, expresó, que se soltara a Barrabás, y se sentenciará a muerte de crucifixión
al Nazareno.
Aquí hay que indicar, pienso que
siempre hubo un error de perspectiva histórica, en el patio-atrio de los
Cuarteles Romanos de Jerusalén, al lado del Templo Judío de Jerusalén, solo
pudieron estar entre trescientas o quinientas personas, por indicar un número,
y me parece mucho. Por tanto, una parte de ellas, estaría por la liberación del
Nazareno, otra parte, por la de Barrabás –suponemos que hubo una conjura
popular, se llamó a los partidarios en contra de Jesús, que se acercaran al
Pórtico del Palacio Romano de Pilatos-.
En ningún momento, hay que pensar
que fue condenado por la mayoría del pueblo judío, ni siquiera por la mitad.
Yo, pienso y opino y percibo y siento, que si el Domingo de Ramos, fue alabado
por el pueblo, sin entrar en los significados de esas realidades, la mayoría
del pueblo judío, jamás, iba a sentenciar a muerte a un Profeta que había
alabado y vituperado y aleluyado unos días antes, -sin entrar en el problema de
Hijo de Dios, etc.-.
Porque el pueblo, yo, yo soy
parte del pueblo, no conocemos demasiadas especulaciones teológicas, y,
preferimos mil veces, un profeta que nos da buenos consejos, aunque no los
cumplamos, y, sobretodo nos cura, hace milagros, signos portentosos, nos da
esperanza. Por tanto, la inmensa parte del pueblo judío, aunque no pensase que
era Hijo de Dios, pensaban que era un Profeta, un Gran Profeta, un regalo de
Dios, a su época. Por tanto, no lo condenarían a muerte. Fuese Mesías o no lo
fuese… Por tanto, el pueblo judío no condenó a muerte al Nazareno, solo unas
docenas o cientos que se agruparon en el atrio del Cuartel Romano de Jerusalén…
-Ya, conocemos suficiente, como en la historia se producen los cambios
políticos, por una minoría, que se apalanca en determinadas situaciones…-.
Ya, hemos agotado las mil
palabras. Pienso que Jesús de Nazareth, desde que mostró e indicó que era Hijo
de Dios, cosa imposible de admitir para un monoteísta de esa época. Desde ese
momento estaba condenado-sentenciado a muerte. Lo demás, pienso que es añadidura,
que hiciese grandes milagros, que resucitase muertos, que diese de comer a
cinco mil, que hablara mal de los sacerdotes o fariseos, que tirase cuatro
mesas de cambistas en el templo, etc. Todo eso, no digo que no tiene
importancia. Porque si no hubiese hecho grandes milagros, habría sido tomado
como un asceta-profeta loco, que andaba por el desierto.
Pero desde que expresó que era
Hijo de Dios, igual al Padre en su divinidad, que estaba a la derecha del
Padre, esto es imposible de admitir y entender y comprender, para la teología
judía de la época. Desde ese momento estaba condenado a muerte. Y, desde ese
tiempo, un año o dos años antes de la muerte real, ya estaba condenado a
muerte, sentenciado a muerte, solo estaban buscando la ocasión. Y, la ocasión llegó
un Jueves Santo por la noche, entre el Jueves Santo y el Viernes Santo.
Y, reitero, dejemos de echar la
culpa a los judíos de todo esto –y, yo no soy judío-. Yo, yo mismo digo y lo
digo, si hubiese sido del Sanedrín, posiblemente, yo, yo también lo había
condenado, si hubiese sido del pueblo judío, lo habría tomado como Profeta, y
no lo habría condenado, si hubiese sido del Círculo de Poder de Roma en
Jerusalén, habría tenido una postura semejante a Pilatos y su entorno. No somos
mejores que aquellas personas, no somos peores. Somos pecadores como esas
personas, quizás, igual o más que ellos. Porque nosotros, al menos, ya se ha
aclarado en mucho, toda la tormenta de aquella época en estos dos milenios...
Paz y bien.
http://youtube.com/jmmcaminero ©
jmm caminero (15-20 abril 2022 cr).
Fin artículo
2.972º: “Proceso/Juicio
del Nazareno”.
El
Dia Digital.es CLM. MiCiudadReal.es. Revista Lugar de Encuentro.com.