Artículo Periodístico 239º: “Racionalización de la industria cultural nacional y regional: Directorios y diccionarios virtuales por especialidades”[1].
0.
Es evidente que hoy la industria cultural, en todas sus modalidades y
especialidades es un integrante esencial en el PIB de cualquier Estado y de
cualquier sociedad, y también de España y de sus diversas regiones. Por lo
tanto hay que buscar una mayor racionalización y cientificidad en el
aprovechamiento de los recursos culturales. Especialmente los autores.
1.
Si un ecólogo quiere estudiar un nicho biológico, lo primero que tendrá que
hacer es realizar un trabajo de campo y estudiar y saber cuántas especies de
animales existen en ese nicho ecológico, y cuánta cantidad de ellos. Y las
relaciones entre naturaleza y animales y hábitats.
Por
tanto, lo primero para una racionalización de la industria cultural es que
cualquier entidad, sea museo o fundación u organismo de la administración
cultural o departamento universitario recoja y sepa según su especialidad
cuántas personas en la nación o en la región se dedican a la investigación
matemática o filosófica o literaria o musical o de cualquier especialidad
cultural.
Que
yo sepa existen uno o dos centros documentales en el país de teatro y de
música. En los cuales se recogen obras a fotocopias o editadas de autores de su
especialidad. Y suponemos tendrán directorios y diccionarios de personas
dedicadas a los oficios del teatro y a los oficios de la música.
2.
Existen los organismos pertinentes que sabrán cuántos artesanos de la cerámica
existen por regiones y por tanto en la nación. Pero nadie supongo que sabe
cuántos poetas o novelistas o matemáticos o geógrafos o historiadores o
filósofos o diseñadores o periodistas o… existen en cada región y en el país.
Por
tanto es necesario saber cuánta riqueza hay en cada una de las especialidades.
Es decir, voluntariamente si se quieren inscribir en esos directorios y
diccionarios virtuales. Indicando su nombre, y las obras o artículos
especializados que han publicado. Para eso hay que saber cuántas personas y qué
obras han realizado, que libros o artículos han escrito, publicado o no, en cada
especialidad. Por tanto sería una recogida de datos y nombres sin selección
previa por calidad. Porque lo que se busca es conocer cuánta riqueza en cada
especialidad existe, de nombres, de autores, de obras. Sin preestablecer la
calidad del trabajo realizado.
Quizás
en una segunda fase de este hipotético proyecto se podría publicar, por ejemplo
en ediciones virtuales, si es que los autores quieren o desean, parte de sus
obras o artículos de su especialidad.
3.
De este modo se podría en poco tiempo, y de forma virtual, y por tanto, no
tendría un gasto excesivo cuántas personas se dedican en el país, a nivel
nacional o por regiones las que se dedican a la investigación o creación de la
teoría económica, de la ciencia social, del derecho, de la filosofía, de la
matemáticas, del arte plástico, de la literatura, etc., en todos sus oficios de
cada especialidad, sean autores, estudiosos, investigadores, críticos, etc. Es
decir, de todas y cada una de las especialidades artísticas, de diseño,
científicas, filosóficas, teológicas-religiosas, etc.
4.
Para realizar dicho diccionario y directorio tendría que existir una pequeña
comisión que recogería los datos que les fueran enviando y ellos recogiendo por
su especialidad. Por una vez sabríamos aproximadamente cuántos matemáticos
existen en España o por regiones, cuántos filósofos, cuántos artistas
plásticos, cuántos economistas, etc.
Esas
comisiones como es obvio incluirían unas normas para que los datos fuesen
ciertos y verdaderos… pero no seleccionarían por valor o calificación de las
obras. Es decir, que este directorio y diccionario solo tendrá sentido si se
recoge todas las personas que se dedican a una actividad, aunque su producción
sea tenida como de alta calidad o de baja calidad.
5.
Habiendo dado este paso se puede ya racionalizar la industria cultural. Al
saber si en el país existen mil economistas que han escritos trabajos de
producción cultural y de investigación en sus campos. Los investigadores y
otros interesados en esos niveles pueden ir a las fuentes. Pueden saber lo que
se ha producido en estos últimos años. Nombres y obras. Y por consecuencia se
facilitaría enormemente el trabajo de difusión, de investigación, de creación
de nuevas ideas, etc.
Esto
aplicable a la fotografía, a la moda, a la pintura, a la escultura, a la
geografía, a la historia, al periodismo, etc. A todos los oficios y profesiones
culturales o de la cultura.
6.
Siempre se habla de que si se puede perder una obra genial. Y desde que yo era
adolescente se trata este tema. Pero según Google existen y han existido en el
mundo ciento treinta millones de libros o títulos que son diferentes y
originales. No entran aquí las ediciones que se hayan hecho a lo largo de la
historia del mismo título. Y posiblemente existirán y existen o habrán existido
en el mundo, al menos, uno o dos millones de artistas plásticos, uno o dos
millones de escritores. No sé cuántos poetas o matemáticos o filósofos o
geógrafos o…, habrá habido en el mundo a lo largo de siglos, incluyendo hasta
hoy…
Pero
se dice que hoy no se perdería un Quijote. No sé que contestar a eso, pero si
sé que nadie sabe cómo sería hoy un Quijote. Y desde luego con tanta vorágine
de producciones y tanto que habrá en los cajones. No estoy seguro si no se
perdería. Lo que si sé es que si no existe un directorio o diccionario virtual
de la forma que indico, desde luego hay más posibilidades de que se pierda…
7.
Cuando se vaya realizando cada directorio y diccionario por especialidades
entonces ya la industria especializada. Por ejemplo, las editoriales o revistas
de poesía, podrían ir a beber en sus fuentes cuándo quisiesen hacer una
antología, un número especial sobre poetas de tal o cual periodo. Porque al
menos sabrían que hay cien o mil poetas de esa época o en esa región. Y de
ellos harían la selección. Entonces tendríamos una selección más racional. Y al
ser más racional más científica y más empírica. Y al tener estos datos, puede
ser que haya más posibilidades no se pierda nombres y obras. Y por consecuencia
más competitiva, y al ser más exacta y más justa y más equitativa, más
competitiva. Y por lo tanto, obtener como posibilidad, “lo mejor”, lo pongo
entre comillas. O al menos, lo “no mejor” no se pierda definitivamente, por si
la siguiente generación considera que lo “mejor” son otros. Es decir, en
definitiva, al utilizar un criterio más justo y más equitativo de selección de
autores y de obras, ser más competitivo a nivel nacional e internacional. Es
decir, una racionalización más eficiente de la industria cultural. Y esto en
todas las especialidades.
Me
pregunto entre tantos economistas licenciados en España, que trabajan en la
investigación o trabajan en las distintas profesiones de economistas. No habría
habido unos cuantos que habrían previsto la crisis. Y quizás habrían escrito
algo en artículos que nadie o casi nadie ha visto. Me pregunto si de esta
manera o forma quizás habría sido más fácil que esas voces se hubiesen oído y
no se hubiesen silenciado…
8.
Que nuestro país no tenga, que yo sepa, ningún Premio Nobel, actualmente vivo,
nacido en España, es una muestra clara y evidente, que algo falla en la
industria cultural del país y de la sociedad y en la gestión cultural. Nos
guste o no. Quizás esta solución o propuesta no sea la definitiva, ni la única,
pero creo que podría ayudar enormemente a la racionalización y por tanto, a una
mejor industrialización y selección. Y por tanto, a una mayor competitividad de
ese sector de la industria y por tanto, producir más PIB.
Ciertamente
existe una duda, que todo intelectual y artista y escritor y pensador teme, que
en una democracia este sistema es bueno y óptimo, pero en una no democracia se
sabrían las madrigueras de todos los conejos…
9.
Quizás hoy un museo de arte, por poner un ejemplo, puede tener una sección
virtual donde incluyan a cientos o miles de artistas, sin selección previa, que
son autores que están trabajando. Y que al menos merecen tener un pequeño lugar
bajo el sol. Aunque ese museo no tenga obras en depósito o de su propiedad o no
les expongan. De ese modo diríamos existiría un museo virtual de artistas de
esa región o país, cientos o miles en los archivos virtuales de ese museo, y
que todo el mundo puede visitar, y además, los cientos de artistas con obra
real y material y en sus salas que disponen…
La
cultura y el saber, en todas sus especialidades no es un capricho, ni es un
adorno, es un elemento esencial que el hombre tiene para vivir y sobrevivir,
como individuo y como especie. Por tanto, se exige la máxima racionalización de
todas las actividades productivas y de creación y culturales existentes. Así de
sencillo.
10.
Solo queda que los órganos e instituciones o fundaciones o departamentos
universitarios o personas individuales pertinentes recojan el guante…
©
jmm caminero (20 mayo-12 junio 15 cr).
Fin
Artículo 239º: “Racionalización de la industria cultural nacional y regional:
Directorios y diccionarios virtuales por especialidades”.
*
[1] Enviado al per. dig. el
Diariocrítico.com, el día 12 de junio del 2015. Publicado el 14 de junio 2015.