Artículo Periodístico 114º: “¿Se puede hoy plantear una reflexión sobre la ira y cólera?”.
0.
¿Puede hoy plantearse que el ser humano cae en errores morales graves, que
denominamos ira y cólera?
1.
Ira es el deseo desordenado de venganza y de inquina y de rencor y de
maledicencia por quién creemos nos ha ofendido o nos ha hecho un mal.
2.
¿Creemos que si no tenemos ira, no seremos capaces de defendernos del mal de otros?
¿Podemos defendernos del mal de los otros, defender nuestros intereses
legítimos y legales y morales y nuestros derechos sin ira, sin cólera…?
3.
No olvides que los animales, en general, casi todo el tiempo viven en paz.
Excepto cuando tienen hambre y tienen que cazar para sobrevivir.
4.
Vive con dignidad y honestidad, según tu estado de vida. ¿Pero disminuye tus
necesidades, y así esas necesidades no serán motivo de cóleras e iras?
5.
Mira y examina los males que te ha traído, y ha traído a otros la ira y la
cólera. Que una cosa es defenderse del mal de otros, según el mal que te
produzcan y con medida y según orden y ley y moralidad. Que es un deber
defenderse del mal de los otros. Y otra cosa es caer en ira y en cólera.
6.
Que la cólera e ira, sin necesidad, puede llevarte a tener odios e inquinas y
rencores toda la vida, de unos o de otros, de otros hacia ti y de ti hacia
otros. Incluso puede llevarte a cometer delitos y más faltas, que pueden
acarrear a otros males enormes, e incluso a ti, la cárcel o la perdida de la
vida humana.
7.
Cada ser humano debe defenderse, del mal de los otros, cuándo le quieran hacer
un mal. Pero tiene que hacerlo con mesura y con medida, según la ley y según la
moralidad y según la espiritualidad correctas.
8.
Aunque tengas poder, y ese poder te permita hacer males, o dejarte llevar por
la ira y la cólera. E incluso esa cólera e ira, y esos males que surgirán de
ella, nadie podrá castigarte a ti. No debes utilizar la ira y el rencor y la
inquina y la maldad para hacerle a otro un mal, aunque ese no pueda defenderse,
aunque esa persona no pueda hacerte a ti otro mal o causarte otro mal.
9.
No olvides que otros errores morales graves, como la envidia, la gula, la
ebriedad, la soberbia, la vanidad puede llevarte a la ira y a la cólera. Por lo
cual, debes intentar combatir los otros males, para que no se asocien con otros
y no te conduzcan a otros. Y así de ese modo, producirte enormes males, y
producir a otros también. Incluso aunque sean pequeños, las consecuencias de la
ira pueden ser grandes y enormes. En el tiempo.
10.
Nadie soporta la maldad y la ira de los demás. Y casi nadie las perdona, casi
nadie las olvida. Por lo cual, no debes hacerla, para así de ese modo, no tener
enemigos y adversarios, que pueden durar décadas.
11.
El que sufre los ataques de ira, es como si no se controlase a sí mismo, y
pierde el autocontrol, y se convierte en una marioneta de esa ira y cólera.
12.
Si buscas a Dios, debes renunciar a la ira y cólera. Si deseas llevarte bien
con los hombres, debes controlar y renunciar a la ira. Y defenderte del mal de
ellos, si es posible sin ira y sin cólera, con la ley en la mano y con la otra
mano llena de la ley moral.
13.
Quitar el amor desordenado que tengamos de nosotros mismos y de cualquier cosa,
para que así no sean excusas y motivos que nos lleven a caer con ellos en ira o
en otros errores morales graves.
14.
Cuando sientas que estás por dentro llenos de ira o rencor o maledicencia o
cólera, no digas nada, no pienses nada, no sientas nada. No digas nada, no
hagas nada, no sientas nada, no pienses en nada porque nada que digas lo dirás
con prudencia y con amor, porque todo lo que digas o hagas o hables o sientas o
pienses estará acompañado por la ira o el rencor y la cólera.
15.
Apártate de la persona que está en cólera o en ira. Si es posible. Aléjate de
su presencia, de sus argumentos, de sus razones, de sus deseos. Y así no te
meterá en su círculo de mal. Y así no tendrás que defenderte de su inquina,
rencor, cólera, maledicencia, ira…
Apartándote
quizás dejes tiempo para que piense y se sosiegue y se calme, y así no se
produzca un mal a él mismo o a ti mismo, o a otra persona.
16.
Cuando sientas que estás sufriendo un episodio de inquina y rencor y de ira, procura
entretenerte con otras cosas, con otros pensamientos, con otros deseos que sean
buenos, procura leer u oír cosas que sean distintas que te sosieguen…
17.
Desde la espiritualidad del cristianismo, piensa en las injurias que tú has
podido causar al Señor Dios, y que Éste está siempre esperándote que te calmes,
que te conviertas, que vuelvas a su seno.
19.
No olvides que casi siempre la ira es fuente de otros males, y juntándose con
otros males o errores morales graves o pecados capitales forman una unidad, que
crea mucho mal a otros, y a ti mismo.
©
jmm caminero (18 nov.13- 21 mayo 14cr).
Fin
Artículo 114º: “¿Se puede hoy plantear una reflexión sobre la ira y cólera?”.
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