Artículo Periodístico 4.318º: “¿Cómo curarse del dolor y del sufrimiento y…?”.
No le voy a dar la solución,
porque no la tengo, tendrá que consultar a la ciencia ortodoxa y oficial y al
saber ortodoxo, pero como modesto articulista hay que abordar este tema.
Más
bien, es como incentivo para que usted piense y perciba esta realidad que
sufre. Que quizás se detenga un momento o unos minutos y reflexione. No es solo
que lo sufra, que ya sufre realidades que le producen alegría y felicidad, y,
realidades que le producen angustia, temor, pena, dolor. Y, otras realidades,
que todavía no han surgido pero que temen que sucedan, posibles o potenciales
futuros a determinados cuestiones, y se alegra de alguna manera, antes que
sucedan, y, se entristece antes que sucedan. Es como si tuviésemos un radar,
para evitar males para el futuro. Si usted camina ebrio por una autovía, puede
ser alcanzado por un vehículo, así evitando esa conducta, puede evitar un dolor
más grande…
Los
antiguos epicúreos hablaban de tetrafarmacos,
que venía a indicar, qué hacer para conseguir el mayor placer y el menor dolor.
Pero no vamos a explicar ahora esa fórmula o ecuación o argumentación. La
realidad es que sufrimos dolores y angustias y penas y tristezas. Si observamos
a las cinco familias de primates, una es la nuestra, nuestro tronco de especies
humanas, que ha ido evolucionando de una especie en otra, si nos fijamos somos
conscientes que en los grupos o manadas de chimpancés, bonobos, orangutanes,
gorilas y nosotros, todos sufrimos acciones y reacciones que se parecen mucho a
las alegrías y a las tristezas, al dolor y al contento…
No
abordamos esta cuestión, ni como psicólogos, ni como antropólogos, ni como
filósofos, ni como moralistas o éticos, o cómo teólogos o como algunas de las
ciencias sociales. Sino como alguien que está a su lado, como si fuese un
vecino de asiento del autobús y se pusiesen a dialogar sobre este tema. Es una
conversación de alguien del pueblo a otro alguien receptor, que puede ser del
pueblo o de la elite. Da lo mismo, la situación social o cultural o económica o
política o ideológica o de género o de edad, todo ser humano sufre dolores y
sufre alegrías, sufre penas y sufre tristezas, sufre angustias y sufre
felicidades…
Supongo
que la neurobiología de este siglo, que dicen, que será la del descubrimiento
del cerebro, nos aportarán enormes ideas y conceptos que abrirán como un velo a
la montaña de estas realidades, porqué sufrimos dolores y sufrimos alegrías.
Por lo general, si usted va a su boda, irá contento, por lo general, si usted
va al entierro de su padre, sufrirá tristeza. Es la vida y es la realidad de la
vida, esta es la existencia. Sufrimos realidades, que surgen de dentro o que
vienen de fuera, que nos traen alegría y otras nos traen tristezas.
En
general, contaba un profesor de filosofía, hace tiempo, a sus alumnos, en
dilucidar si existe el bien o el mal moral. En general, tenemos un sentimiento
de bien y un sentimiento de mal. Si alguien sale del instituto y percibe que un
hijo le está restregando un calcetín sudado a su anciano padre, nos parece una
acción deleznable e inmoral y nos produce malestar, angustia, pena,
sufrimiento. Pero si salimos del IES, y vemos como un niño juega con su perro,
lo acaricia, le da una galleta, le envía pelotas para que juegue, sentimos
alegría y gozo por percibir esa acción.
Toda
la vida no las pasamos buscando cosas que nos produzcan alegría y felicidad,
siempre que sean legales y morales, y, toda la vida no las pasamos huyendo de
cosas que nos produzcan tristezas, angustias y penas… Pero la realidad, es que
buscando o no, nos llegan ambos tipos de cosas y de entes o de realidades: que
pueden ser hechos, que pueden ser noticias, qué pueden ser argumentos, que
pueden ser realidades, que pueden ser de dentro o que pueden ser de fuera.
Vivimos en este mundo, con tristezas y angustias. En una oración cristiana muy
antigua, se decía, en uno de sus frases: “En este valle de lágrimas…”.
Debemos
confesar aunque usted no lo sepa, que en cien años, pongamos esa cifra, el
mundo ha aumentado en realidades buenas y positivas y alegrías y felicidades,
como jamás un ser humano de hace dos siglos podría haber soñado. Usted, aunque
no lo crea, sea del estrato social que sea, vive mucho mejor que hace
doscientos años, ha vivido sus tatarabuelos. La vida de usted sería un sueño o
casi un paraíso para una persona normal de hace dos o tres siglos…
Usted,
si usted mismamente, si no hubiese sido por los adelantos técnicos científicos,
posiblemente, en alguna de sus enfermedades que ha pasado, pequeñas o grandes,
habría terminado en el recinto civil sagrado del cementerio. Si usted. Es más,
posiblemente, usted no habría nacido, porque posiblemente, su padre o su madre
o su abuelo, habría fallecido si no hubiese sido por todos los conocimientos
técnicos que se han producido en estos últimos setenta años…
Como
verá, quizás, no le puedo resolver esa tristeza y angustia y pena y sufrimiento
que lleva de camino al trabajo o de vuelta del trabajo, o de camino a la compra
o de vuelta del mercado. Quizás, no le he resuelto esa pena, pero quizás, si se
la pueda disminuir un poco, si piensa, porque además es verdad, que después de
cada noche, viene el día con el sol. Que puede tardar mucho en salir el sol,
pueden tardar semanas, meses, años, pero saldrá el sol. Tenga esa esperanza,
que tardará mucho o poco en salir el sol.
Si
no es posible que salga el sol, tendrá que hacer como las ostras, rodear el
dolor de capas de espera y esperanza, y surgirá quién sabe una enorme perla de
esperanza, esperanza con dolor…
Piense
también, que ha sido la condición humana, hemos dicho de todas las especies de
primates, de las cinco, nosotros somos una de esas cinco, que durante milenios
y cientos de milenios, todo individuo tiene que ser surtido de una dosis de dolor
y de una dosis de alegría… intente sobrellevar ambas realidades, las alegrías y
los dolores… ¡Cada día trae su afán, cada día trae sus alegrías y sus penas,
sus ocupaciones y sus preocupaciones, es la condición humana! (¡Quién sabe si
en otro artículo estaré más lúcido y sabio y pueda recomendarle ideas o
palabras más sosegadoras y verdaderas y que le quiten algo de ese dolor que
lleva…! ¡De todas formas si el dolor es tan grande, consulte a los expertos
psicólogos, médicos, sacerdotes, psiquiatras ortodoxos…!).
http://filosliterarte.blogspot.com.es ©
jmm caminero (09-14 julio 2024 cr).
Fin artículo 4.318º:
“¿Cómo curarse del dolor y del
sufrimiento y…?”.
E.
14 julio