Artículo Periodístico 4.660º: “El puto folio en blanco del columnista y David Gistau”.
En
este texto deseo homenajear a todos los columnistas de opinión que han existido
en este país y sociedad, al menos desde hace tres siglos, y, también a David Gistau.
Ustedes,
con razón o sin ella, pueden pensar que escribir un folio es fácil, pero puede
que tengan sus dudas, si ese folio lo tienen que rellenar cuatro o cinco veces
a la semana, es decir, tiene que escribir cuatro o cinco veces cada siete días
cuatro o cinco artículos de temas diversos y diferentes. Los temas son inmensos
y son casi infinitos, pero la mente y conciencia de quién lo hace, un día o
semana está de un modo o un grado y, en otra ocasión de otro. Y, desde luego
hay que expresar algo que pueda tener un mínimo interés…
En
este oficio, a la mayoría no les pagan con dineros, solo con las gracias, al
menos actualmente, porque estamos en otra etapa histórica del periodismo que es
la digital. Dicen que existen cerca de ochocientos medios en nuestro terruño,
de todas las calidades y formas y maneras… Usted debe saber, que dentro de un
periódico, existen diversas secciones, y, por tanto, diversos tipos de
informaciones… noticias, entrevistas, editoriales, humor gráfico, fotografías
periodísticas, deportes, nacional, internacional, opinión... La opinión suele
dividirse en dos grupos: opinión de análisis y datos, y, opinión literaria y
personal –usted en este texto, está en este segundo caso, está basada sobre una
realidad, datos, hecho, concepto, idea, realidad pequeña o grande, y, deducir e
inducir consecuencias-.
El
folio en blanco, es el concepto de generaciones de todos los escritores en
todos los géneros y grados de literaturización de esas palabras. El puto folio
o el puto folio en blanco, es una variedad, que el articulista notable,
desgraciadamente malogrado David Gistau,
puso en notoriedad por y para estos sistemas de información, que es el artículo
de opinión. Ahora, en este folio electrónico, aunque usted no sea consciente,
estamos hablando sobre la esencia y la accidentalidad de la escritura, del
articulismo, del periodismo, y, de la relación de lector y emisor, en este caso
de ideas y palabras. (Idea en sentido original, es la representación mental de
algo).
Pero
esto es también una metáfora y un símbolo, a usted supongo, no le interesa los
misterios y las heridas y dificultades de escribir una columna de opinión. Por
eso, creo y quiero que lo aplique usted todo lo escrito a su oficio sea
panadero o sea ejecutivo, ahora se denomina CEO. Creo que debe usted intentar
entender, que lo mismo que estoy diciendo de este género, lo puede usted
aplicar a los trece o catorce mil oficios y profesiones que existen, según una
Agencia Nacional del Empleo o del Trabajo en USA, o, al menos eso decían hace
unos lustros…
Además,
ya que usted dedica cinco minutos a leer este articulo, creo que debo, le debo
a usted, no hacerle perder su tiempo. Le estoy enseñando un entresijo de este
misterio, igual que si va a percibir y pensar y meditar una ópera no puede
llevar las mismas ideas, que si entra por la puerta del coso de la tauromaquia.
Cada cosa también tiene sus reglas. Aquí, en un artículo, debe conocer, que
cada columna periodística es distinta, no hay dos panes de palabras iguales, ni
idéntico, a lo sumo parecidos. Y, cada día hay que tocar un tema diverso, con
ideas diferentes. Y, créanme, es fácil y es difícil. Para los que
comentan/analizan/cronican la realidad y rex pública y política, no tienen
ningún problema, cada semana suceden dos o tres cosas, grandes o pequeñas solo
tienen que comentarlas…
Pero
los que están siguiendo la estela de los primeros, Fernán Caballero, Bretón de los Herreros, Mesonero Romanos, Larra,
Bécquer, Alarcón, Clarín, White, Cavía, y docenas y docenas del siglo
diecinueve y docenas y docenas del siglo veinte, y, docenas y docenas que
surgirán en el siglo actual. Quién, quiere hacer textos para que exista una
posibilidad, o una probabilidad, aunque sea pequeña de que perduren. Y,
perdurar aquí, es enormemente difícil. Debemos reconocer y conocer que es una
realidad muy compleja. Porque todo puede ser un posible y potencial artículo de
opinión, pero todo es todo, y, al ser un campo inmenso la mente y la conciencia
se pierde, patina, se debilita –no creo que no exista un tema de la realidad,
de lo real, tanto mental o natural o social o colectivo o individual, que un
articulista no haya tocado alguna vez-.
Recuerdo
que una vez redacté un artículo de ochocientas palabras sobre la punta de un
lápiz, recuerdo que por los misterios del ordenador se me borró, a los pocos
minutos, recuerdo que volví a hacer otro artículo sobre el mismo tema. Y,
habían pasado unas decenas de minutos, entre el empiece de uno y el termino de
segundo, debo recordar y expresar, cual fue mi sorpresa que el segundo artículo
no era lo mismo que el primero. Lo que me llevó a pensar, que el momento, el
momento de redacción del artículo es esencial, influye en el contenido y en la
forma.
Aquí,
termino esta columna, quizás, desde ahora, quizás tenga usted más respeto a
estos textos modestos y humildes, de quinientas o mil palabras, que llamamos
columna de opinión. Aquí, vuelvo mi homenaje a los miles de columnistas de
opinión, que han existido en nuestra sociedad, en estos tres siglos, en varios
idiomas. Aquí, mi homenaje a David
Gistau, como notable columnista de
opinión, quizás uno de los cincuenta más importantes de estos tres siglos –pero
el lugar que ocupe, se lo darán las próximas décadas, no yo…-. Paz y bien.
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (06-19 enero 2025 cr).
Fin artículo 4.660º:
“El puto folio en blanco del
columnista y David Gistau”.
E.
19 enero