Artículo Periodístico 4.662º: “Cada uno con su tentación, sus tentaciones”.
Algunos tratadistas de moral
indican que todo ser humano, al menos, una vez en su vida, posiblemente más,
sufre una grave tentación al mal, tiene que decidir entre el bien y el mal.
Dicho
de otro modo, cualquier persona sea cual sea su estado de vida, su situación
social, su situación económica, su situación étnica, su situación sanitaria, al
menos, alguna vez en la vida, sufre claramente una tentación, es decir, ser
tentado a hacer algo que puede llevar al mal.
Ser
tentado y tentado al mal en la concepción occidental de la moral y de la ética
y de la teología moral occidental no es malo. Lo malo es caer en esa tentación.
O, dicho de otro modo, la tentación es una invitación a un mal o a una maldad,
en lenguaje religioso teológico a un pecado mortal y grave. Por eso, sufrir
tentaciones, si mis conocimientos son ciertos, -dejo aquí a los especialistas,
que saben mil veces mas que este escribiente-, ser tentados en sí, no es malo
en sí, sino caer en la tentación.
Es
cierto, que las personas pueden prever tentaciones, ciertas situaciones, en las
cuales, no se debe poner en situación de mal y de tentación. Dicho de otro
modo, un ejemplo, siempre el mismo porque es el más fácil, si yo o usted es o
tiene una enorme tendencia al alcohol, usted debe procurar no ponerse en
situación de consumir, por tanto, no debe probarlo, ni mucho, ni poco, no debe
asistir a acontecimientos sociales dónde exista mucha posibilidad que termine
bebiendo, etc. Es decir, todo ser humano tiene que huir de las situaciones de
tentación, en definitiva, de peligro real o posible de mal o de maldad, se
entienda desde el punto de vista filosófico, o se entienda desde el punto de
vista teológico moral…
Las
tentaciones y tentaciones al mal, pueden ser múltiples, la tradición desde los
griegos y romanos han ido dilucidando un sistema teórico del bien y de la
virtud, y, un marco teórico del mal y la maldad. La tradición ha esbozado y
sintetizado el mal y la maldad en siete errores morales graves –si solo se
analizan desde el punto de vista racional y filosófico-, y, de siete pecados
capitales –si se analizan desde el pensar racional filosófico y teológico
cristiano-. Estas siete pecados capitales, capitales viene de la palabra latina
capita –cabeza-, porque dicen son las fuentes de otros males, no solo de los
propios. Esos son la avaricia-codicia, la ira-cólera, la envidia, la gula, la
vanidad-soberbia, la acidia-pereza, la lujuria.
Sé,
que son malos tiempos para hablar y escribir de estos temas. Pero esto es y
forma parte de la realidad humana, por tanto, es de actualidad, actualidad en
cada ser humano, actualidad en cada siglo, actualidad constante. Si usted se
fija en sí mismo, si tiene una cierta edad, si tiene una cierta experiencia del
vivir, si tiene una capacidad mínima de análisis. Debe saber ya, debe haber
comprobado, que “como dicen por las plazuelas de nuestras ciudades, uno, tiene
varias ocasiones en la vida, de hacerse rico, y, también, varias ocasiones en
la vida de hacerse pobre”. Pues, cada individuo, claramente, sufre varias
veces, en la vida “una tentación o la tentación” de hacer y de caer en el mal.
Hemos dicho, repito y reitero, que sufrir tentaciones en sí, no es malo, es
debido a la naturaleza humana, y, por otras explicaciones, que no vienen a
cuento en este momento –el tema del tentador, que aquí, no podemos
desarrollar-. Además, de la maldad y, no solo la bondad que llevamos dentro. Y,
también, del mal y el bien que existe en la sociedad que tienta y tientan…
Todo
ser humano, usted no lo dude, que si no lo ha sufrido ya, lo sufrirá. Tendrá
una o varias ocasiones, diríamos “que sufrirá radicalmente”, una grave
tentación al mal y a la maldad. Y, que usted tendrá que luchar contra si mismo,
porque existe algo en su interior, que le dirá, “no pasa nada porque hagas este
acto, al final todo el mundo lo hace, es una ocasión enorme de gran placer o de
grandes ganancias o de gran experiencia vital o de gran poder o de…, es quizás,
una ocasión de una gran fortuna, es o es…”. Las mil formas que los humanos
sufren y sufrimos tentación y tentaciones.
Puede,
que incluso en el último minuto de su existencia, o los últimos minutos, los
últimos minutos de su vida aquí, sufra la gran tentación de no creer en Dios,
en abdicar y negar a Dios, en desesperarse ante y con y sobre Dios –en vez de
ese último momento arrepentirse, haya hecho lo que haya hecho, y, esperar en la
Infinita Misericordia de Dios-. Y, ésta sería la última gran tentación. Con lo
cual, aviso a caminantes. Puede que este tema no le haya gustado, puede que de
las decenas de lectores de mis modestos artículos, todos ellos, no hayan
llegado hasta el final. Pero, un artículo periodístico, solo tiene como
finalidad, indicar un tema o una cuestión. Y, que usted reflexione, y, que
usted amplíe y se informe por otros derroteros. Es como un crucigrama a lo
bestia. Es decir, una equis que usted debe intentar dilucidar y desarrollar y
ampliar…
¿Por
ejemplo, cuántos escritores caerían en un grave mal, si les dijesen, escribe
esto y de este modo, y, tendrás éxito, y, quién sabe si acabarás siendo un gran
escritor, acabes recibiendo los grandes
premios de tu sociedad, incluso con el Nobel…? ¿Cuántos escritores redactarían
textos que induzcan y tienten a otros al mal, y, entonces, es caer en un mal,
el mal de la tentación de escribir, escribir algo no bueno, para tener éxito…?
¿Cuántos…?
¿Usted
caería en esa tentación si fuese escritor…? ¿Me dirá que no, porque usted no es
escritor, pero si puede caer en la lujuria, avaricia, envidia, gula, pereza,
soberbia, etc.? Aviso a caminantes… Paz y bien.
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (08-19 enero 2025 cr).
Fin artículo 4.662º:
“Cada uno con su tentación, sus
tentaciones”.
E.
19 enero