Artículo Periodístico 4.652º: “Se puede hablar y escribir de todo menos de…”.
Se puede decir, hablar, contar,
escribir de todo menos decirle a alguien que tal idea o dato o argumento que
tiene, bajo tu modesto entender está equivocado y das razones y argumentos.
Si
haces esto, te has buscado un adversario para toda la vida. Nos cansamos de
predicar libertad y libertades en todos los sentidos, libertad de pensamiento,
libertad de conciencia, libertad de expresión. Y, mil variedades de lo mismo.
Y, sucede, como lo que se suele decir, muchas personas dicen o decimos que
tenemos poca memoria, pocas que no tenemos suficiente entendimiento,
inteligencia, raciocino…
Porque
decir, que se tiene poca memoria, es una especie de justificación, pero decir,
que se tiene poca inteligencia o raciocinio o pensamiento o algo semejante, va
contra la esencia de uno mismo, contra la autoestima de cada uno, en su ser más
profundo. Por tanto, esto nadie lo dice, o apenas lo dice. A lo sumo, es que de
ese tema no tengo conocimientos suficientes, no lo he estudiado lo suficiente,
no lo he valorado lo suficiente, no he leído lo suficiente…
Pero
si usted o tu o vos o vuecencia le demuestra a alguien que su dato o argumento
o razón dialéctica está equivocada, es o siente que le has atravesado el alma,
la carne y la mente. Se sentirá humillado, aunque no hayas buscado jamás ese
fin. Se sentirá herido en sus sentimientos, pensará que desde ese momento lo
infravalorarás, y, mil otras razones, es como si redujese su talla física en
treinta centímetros en unos diez minutos. Pero no, el interlocutor solo ha
mostrado un hecho o un dato o una razón…
Pero,
si en vez de solo una idea o dato o argumento, le muestras y le demuestras que
su comportamiento es negativo y pernicioso y malo e inmoral en un tema o
cuestión, ya si se lo demuestras, o muestras con razones, ya te has echado un
enemigo para este mundo y para el Otro. Porque ya, no solo le has enseñado que
una idea está equivocada, sino que un comportamiento también lo está. Y, si
además, esa persona o entidad colectiva, va siempre hablando de solidaridad y
moralidad, y, les muestra algo tan negativo, que su comportamiento no está
acorde con la predicación o el sermón o el discurso o la arenga o el mitin. Ya,
te ponen en una lista negra con ribetes de rojo…
¿Pero
qué tiene que hacer la persona escritor o la escritora persona…? ¡Pues, en la
vida normal y rutinaria, cada vez, nota y siente va hablando menos, cada vez
habla menos! Cada vez se va metiendo más y más en el silencio del silencio,
cada vez, no desea ofender a nadie, pero tampoco mentir. Y, todo ese complejo
mundo, le va llevando al silencio, a decir, a lo sumo pequeñas frases
generales. O, en alguna ocasión algo abstracto, pero no demasiado alto, para
que nadie se ofenda. No se puede ofender tampoco si dices algo, que no
comprenden. Tienes que ir reduciendo el lenguaje más y más…
¿Pero
si esa persona escribe, qué tiene que hacer…? Pues seguir la fórmula del queso
en el supermercado. Muestras tu queso, de forma tan abstracta y tan general,
que el que desee toma un trozo o un trocito. Y, esperas que el lector/a entre
en la bebida o en el manjar o solo lo mire o lo perciba. Nada más, ni nada
menos. Es como en una ciudad de Galicia, no recuerdo ya, si Santiago de
Compostela o La Coruña –A Coruña-, en una calle, de las tiendas que vendían no
sé que artilugio de comida, salían y te ofrecían en una bandeja, y, si habías
probado te invitaban a que pasases a su tienda. Si no recogías un trocito te
ofrecían una vez y otra-.
Pues
algo así, algo así, le queda como solución al escribiente, redactar textos que
considere que sean verdad y eficientes y útiles, y, al mismo tiempo, mostrar y
demostrar, que otras posturas pueden estar equivocadas, pero al mismo tiempo,
hacerlas tan abstractas y tan generales, que el ojo que las lea o vea o perciba
o sienta, sienta que no le estás ofendiendo… Es eso, que se suele indicar de
algunos escritores y periodistas, tienen una lengua tan dura y tan hiriente,
pero después ellos tienen una piel tan fina. Realizan críticas tan mordaces y
agrias e hirientes, que da miedo, pero ellos tienen una piel tan suave, que
cualquier palabra les hiere como si fuese un volcán que se han tragado por la
boca…
Por
tanto, estamos en una etapa de libertad casi total en casi todos los campos. No
hay censura del Estado. Pero vivimos en una etapa que la sociedad se ha
organizado en cientos de grupos y de ideologías sobre mil temas. Y, si escribes
algo, que un grupo de diez o mil personas, consideran les está hiriendo en su
sensibilidad, al día siguiente, mejor al mes siguiente, tendrás la inquisitiva
legal, el juicio de faltas o administrativo o por honor o por identidad o por
cualquier cosa…
¡Esta
es la realidad! ¡Qué sucede, qué cada vez, se tratan menos temas, para que
nadie se ofenda…! ¡Sólo, todo el mundo se mete con los políticos, que ya son
los únicos, que no se sienten heridos, y, no meten a juicio a ningún escritor o
escribiente, por ninguna cosa…! ¡Un día, se valorará, el mérito de la clase
política, que está soportando lo que durante siglos se decía contra los curas
en privado o en público, pues ahora, esa función de chivos expiatorios ha
pasado a los políticos y a la política…! ¡Levanto una bandera en defensa de los
políticos…! ¡No tienen que machacarme por esta última frase o idea o concepto…!
¡Paz y paz y paz y bien…!
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jmm caminero (04-12 enero 2025 cr).
Fin artículo 4.652º:
“Se puede hablar y escribir de todo
menos de…”.
E.
12 enero