Artículo Periodístico 4.468º: “¿Está apareciendo otra disfunción: la cosmeticorexia?”.
Debo confesar que existen datos o
noticias o informaciones que no soy capaz de valorar. Y, no sé muy bien, si
debo comentarlas o dar pábulo a dichas supuestas realidades…
No sé, cuándo un fenómeno equis,
sea el que sea, entra dentro de la normalidad estadística y de costumbres o de
iniciación o de aprendizaje, y, cuándo se convierte, o puede serlo o puede
estar en el límite, o dicho de otra manera, en una situación que ya puede rayar
algo de síndrome psicológico.
Debo confesar, que no soy capaz
de distinguir dichas realidades, por lo tanto, no soy capaz de valorar, pero es
obvio y evidente, que los humanos enseguida que ponemos una palabra o un
término o un vocablo a una realidad, empieza a funcionar, empieza a dar
vueltas, empieza a veces, a crearse una bola de nieve que se va agrandando,
demasiadas veces, otras se queda en casi nada… Los humanos, podemos definirlos,
una más de las múltiples formas, como seres que ponen nombres a las cosas, no
lo he inventado yo, ya está en el Génesis…
Me estoy encontrando en la prensa
digital, el concepto de cosmeticorexia,
es decir, como una especie de adicción a los cosméticos, sean cremas,
fragancias y demás realidades. No sé, no tengo la capacidad intelectual, ni de
conocimientos, ni de datos, si este concepto se ha extralimitado, porque desde
siglos, se dice, las niñas especialmente han copiado a las madres en todos los
mejunjes que se han ido poniendo, han ido aprendiendo y aprehendiendo. Pero
ahora, se dice, tantos periódicos y Webs, cientos que tienen que buscar
noticias nuevas, y, por otro lado, tantas redes sociales, que personas
independientes, digamos fuera del mundo del periodismo, pueden crear corrientes
de opinión, pueden estar incentivando formas nuevas de conductas, y, una de
ellas, es ésta, encontrar nuevas costumbres, nuevos usos, nuevas palabras… ¡Y,
algo muy excepcional de excepcional, bueno o malo, lo ascendemos a noticia de
nuevo hecho, a copiar o a no copiar, a imitar o a no imitar…!
Para ser una anorexia o una filia
o una fobia, deberían decirnos los especialistas y expertos, si es verdad, que
están recibiendo en sus centros de terapia o en sus consultas de sus centros de
salud, adolescentes que sufran este síndrome, adolescentes que se les aconseje
o que se indique que tienen que sufrir una curación o corrección o una terapia,
sea mayor o menor con este hecho. Yo, desconozco si esta realidad está
sucediendo o no lo está, en los centros de consulta de salud, especialmente, de
adolescentes y centros psicológicos.
Puede que existan, pero que no
llegue a ese grado de realidad o de síndrome o de adicción o de conducta. Puede
que existan pero los adolescentes no tienen medios económicos, para que esta
conducta se convierta en un problema. Puede que de alguna manera, se tape o
camufle porque estos utensilios o recipientes o cremas o abalorios o perfumes
los utilicen los de madres y hermanas/os mayores –no sé, si de darse también se
está produciendo en los varones adolescentes-.
Es cierto que el culto al cuerpo,
está llegando a niveles muy altos, algunos piensan que estamos en una situación
muy cercana al paganismo griego, de esa casi adoración al cuerpo bello. Nadie
niega, las ingentes cantidades de dinero en el mundo que se gasta en este
sector económico, en este caso, no ya solo adolescentes sino adultos y adultas…
Pero poner nombre a conductas puede ser muy controvertido y peligroso. Puede
ser y servir para tener cuidado con algunas conductas, y, eso es bueno, pero
puede poner en el mapa una realidad, que todavía no es un problema y agrandarse
e imitarse e incentivarse…
Se define en Internet, no vamos a
citar nombres, porque existen múltiples la cosmeticorexia, como una nueva
obsesión de los adolescentes por los cosméticos y la piel –de existir también
se producirá en los adultos-. Supongo que los/las dermatólogos/as tendrán
cifras y tendrán datos que nos indiquen, si es cierto que exista esta realidad,
si en sus consultas se está produciendo este fenómeno, y, si está aumentando el
número de adolescentes y de personas adultas, que están visitando sus
diagnósticos, por exageraciones…
Es cierto, nadie puede negar que
el sector industrial de la belleza en todas sus formas, desde la moda, dietas,
alimentación, deporte, gimnasios, etc., se ha convertido en una parte
fundamental del sistema de consumo y de la economía. Si unimos todos esos
vectores. Porque se interrelacionan, incluso el turismo incentiva estos
aspectos, especialmente, en las campañas de verano, para estar en forma para
los bikinis y el calor del sol, para ser bien vistos por los demás y por uno.
No es mi papel juzgar las
costumbres de la sociedad, aunque uno de los fines del articulismo de opinión
en nuestro país, siempre ha sido éste, que se denomina dentro de la jerga del
periodismo y de la literatura, el costumbrismo. La literatura del costumbrismo,
como una tendencia, que era a su vez, bifronte, contar y narrar lo que sucede,
las costumbres populares, y, por otro lado, también criticar las costumbres y
los usos habituales. Ambas cosas a la vez, y, esto lo han hecho, desde hace dos
siglos y medio, todos los columnistas de opinión, siempre se cita a Larra, pero también Fernán Caballero, Bretón de los Herreros,
Mesonero Romanos, Bécquer, Alarcón, Clarín, Estébanez Calderón en el siglo
XIX, y en el veinte cientos, entre otros Ruano,
Umbral, Alcántara… pero son todos y todas. Esta es la realidad…
¡Este es el género…!
Aquí, indico una cifra, según Internet, el sector de la belleza, en
2022, entendiendo como el mercado del cuidado de la piel, las fragancias, el
maquillaje y el cuidado del cabello, generó aproximadamente 430 mil millones de
dólares en ingresos… ¿…?
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (30 septiembre-06 oct. 2024 cr).
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“¿Está apareciendo otra disfunción:
la cosmeticorexia?”.
E.
06 octubre
