Artículo Periodístico 382º: “Morir,
morirse”[1].
0.
Todo el mundo es consciente, llega un momento que existe la muerte, de los
familiares próximos de si mismo. Pero existen tres realidades, una cuándo sabes
que te vas a morir, pero todavía te queda mucho tiempo o así lo crees, cuándo
sabes que ya estás en la recta final, es decir, ya eres conscientes que vas a
morir, en los próximos años o lustros, y en tercer lugar, cuándo sabes que tu
muerte es inminente, sea unos días o unas semanas o unos meses.
1.
Los humanes temen la vida, pero también temen la muerte. Temen la muerte si
después no existe nada, temen la muerte si después existe la Inmortalidad.
Unos,
unos seres humanos temen una cosa, otros, otros temen otra. En unas épocas se
temen más una cosa que otra, en otras, es diferente.
El
ser humano no sabe lo que es la existencia, dicho de forma suave y en muchos
modos y grados. No sabe totalmente como funciona esta vida, pero tiene, en
general, una enorme duda de si después de esta vida, él o ella, como ser
individual, seguirá existiendo, si tendrá inmortalidad.
Desea
ser inmortal, Unamuno, todas las ideologías religiosas, desde al menos miles y
miles de años, creen de alguna manera en una especie de inmortalidad, diríamos
que hasta ahora de dos tipos, la inmortalidad o nirvana oriental, la
inmortalidad occidental de tipo alma-espíritu individual.
2.
Hay distintas posturas existenciales ante la muerte que se han dado a lo largo
de los siglos:
-
Unos temen más la enfermedad y el sufrimiento que la misma muerte o el mismo
morir.
-
La mayoría temen dejar a los seres queridos, o, y dejar al mismo tiempo esta
existencia, con sus felicidades y sus sufrimientos.
-
Existen posturas con distintos grados que creen que la muerte es el
acontecimiento más trágico de la existencia, y por tanto, el fracaso del ser
humano (filosofías de la existencia, existencialismos en distintos grados,
Heidegger, Sartre…).
-
Hay quienes piensan que están o estamos dentro de un gran sistema biológico y
ecológico, y que hay que vivir honestamente, pero que también hay que ser conscientes,
que hay que dejar paso a otros individuos de la misma especie, y para eso hay
que fallecer, porque el sistema natural, no permite más de una cantidad de
especies y de individuos de cada especie.
-
Existen personas que viven con una enorme angustia la muerte y lo que haya
después o no haya, han existido a lo largo de la historia, de la incertidumbre
de si se van a salvar o no. Creen que existe inmortalidad, pero también Dios,
también Juicio Particular, y también Cielo y No Cielo. Y temen acabar en el
Lado Obscuro de la Eternidad. Ejemplo, se dice de Lutero, su grave problema
metafísico y personal y experiencial de su propia salvación.
-
Todos los individuos, que sepamos de todas las especies mueren o se terminan o
se acaban, pero no todos los individuos afrontan lo mismo esa muerte, su propia
muerte, igual que no todos los individuos humanos afrontan del mismo modo la
vida o la existencia.
-
Lleva una vida honrada y honesta y moral y activa, cumple con tus deberes
legales y morales, intenta no dejar mal en esta vida, ni mal a ti mismo, ni mal
a los próximos, ni mal a los lejanos, y llegará la muerte y la sufrirás con
tranquilidad y sosiego. Porque tus buenas acciones y actos en esta vida
perdurarán muy lejos en el tiempo.
-
En los momentos de desesperación y angustia enorme se desea la muerte. Pero
generalmente, cuando se supera esas situaciones, el ser humano desea y quiere
vivir.
-
Es normal, bueno nos quedaremos otro día más, deseamos estar otro día más, a
ver que sucede mañana en el mundo. Y más ahora que cada año nos trae la vida
nuevas cosas, en especial en la forma de tecnología y acontecimientos en el
mundo.
-
Si fuésemos conscientes, nos daríamos cuenta que hoy una persona normal, una
persona del pueblo vive mejor que un noble de hace tres siglos. Por
consecuencia la vida hoy, es en general, mucho mejor que hace unos siglos para
cualquier persona, al menos en Occidente.
-
Según los ascetas y según los hombres y mujeres de una alta espiritualidad, en
el momento de la muerte, días y horas antes, se sufren enormes tentaciones de
desesperación. Se puede caer en la desesperación. Si esto fuese cierto, quizás
habría que prepararse para la muerte, al menos, para no caer en la
desesperación final. Cómo prepararse para no caer en la desesperación, quizás
esto es fácil, es vivir en dignidad y honestidad y moralidad, y si se cree en
Dios, buscar a Dios, al final, qué exige Dios, sino cumplir cuatro mandatos,
que son de corte natural, y no solo sobrenatural…
-
No temer la vida, aunque si respetar la vida, no temer la muerte, pero si
respetar a la muerte. Así de ese modo intentarás vivir decentemente la vida y
la muerte.
-
Si existe Dios, muchos desean que después de la muerte puedan encontrarse
eternamente con Él, en un abrazo de amor y de amar.
-
Dicen que un día podrán los individuos humanos vivir y existir cientos de años
y no como ahora, lo máximo cien, la media setenta u ochenta.
-
Entre el nacimiento y su muerte, muchos individuos cometen enormes males, a sí
mismos y a parte de los demás individuos. No es extraño que teman la muerte,
porque no saben si existirá Algo después que les juzgará su existencia. Y ya no
habrá engaños, ni endogamias, ni relaciones de poder, ni mentiras…
-
Hay que prepararse durante toda la vida y existencia a no caer en la
desesperación, al desaliento, a la depresión grave, que puede llevarte a un
autosuicidio. El suicidio es un enorme problema que está en la sociedad mundial
que se tapa o se enmascara de una manera o de otra, pero es un enorme mal que
el individuo se hace así mismo, a su familia, a la sociedad, al Estado…
-
Cuando alcanzas la etapa adulta de la existencia, y fallecen tus progenitores,
ya eres consciente que la siguiente generación es la tuya, aunque no sepas si
te queda un año o veinte o diez o treinta…
3.
Se dice que un rey francés en la Edad Media, que temía enormemente a la muerte
exigió al papado que le enviasen al franciscano Francisco de Paula, para que
estuviese a su lado, y le alargase la vida, porque se contaban de él enormes
milagros, con una enorme fama de taumaturgo. El franciscano por obediencia tuvo
que trasladarse a la corte francesa. Se cuenta que como es evidente no pudo
evitarle la muerte, pero al menos, se dice murió con sosiego y con
tranquilidad.
Quizás
esta sea la lección, hay que vivir con dignidad y honestidad y moralidad, y así
de ese modo, se morirá, con sosiego y tranquilidad. Si existe Eternidad
después, esperaremos la infinita misericordia del Ser Supremo, si no existe
nada después, al menos, dejaremos mucho bien, cada uno según su oficio y
profesión y circunstancias y obligaciones y deberes, en esta existencia, que no
olvidemos este mundo continuará siguiendo y existiendo después de nosotros… O
si no existe nada después, al menos habremos dejado el menor mal posible en
este mundo según nuestros actos, palabras, deseos, gestos, emociones…
©
jmm caminero (11-25 noviembre 2015 cr).
Fin artículo 382º: “Morir, morirse”.
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