Artículo Periodístico 2.862º: “Poetas y poetisas”.
En
el misterio del corazón humano, por intentar atrapar el mismo corazón y el
corazón de los corazones de los otros, inventamos-descubrimos lo que llamamos
poesía.
Hemos
ido rodeando-adornando-aderezando el mundo de palabras, palabras-imágenes,
palabras-conceptos, palabras-ideas, palabras-enunciados,
palabras-representaciones de todo. Que son
mezclas-hibridaciones-combinaciones-cocidos entre mundos interiores-exteriores,
exteriores-interiores.
Manuel Fernández Fernández en el diario Córdoba,
del 14 noviembre del 2021 redacta-construye-edifica un artículo con el título ¿Quién
no ha sido poeta al menos una vez?
La realidad-verdad es que no sabemos qué es la poesía, se autotitula,
a veces, como metapoesía, pero tampoco sabemos lo que es la metapoesía.
Viven muchas personas de ello, algunos en la enseñanza, otros, muchos,
interpretando el mundo, en parte, con este instrumento-parámetro-telescopio de
la realidad-real-ente-entidad, interna y externa, otros, otros muchos y muchas, también, construyendo versos, en prosa o
endecasílabos. Pero todos intentando descubrir el misterio-enigma de la
poesía, y, he llegado a una conclusión, nadie
lo descubrirá, porque es o será como el universo, hoy llegamos a un límite,
y, detrás hay más galaxias, detrás del verso-poema está la mente-conciencia,
cada vez más profunda-esencial-dentro-fuera. El hombre es inagotable, y la poesía espejo del hombre también.
Hoy,
desearía recordar, a todos cientos, miles, quizás docenas de miles de poetas, que
cada generación, quizás, pongamos la clasificación, no en quince años, como
diría Ortega,
sino de veinticinco. Cientos o miles de poetas, con sus versos, acumulados,
durante siegas de lustros y décadas, están perdidos-olvidados-hundidos en los
desiertos de los cajones de Internet o de madera entre carpetas. Versos de
poesía, que puede que sea de baja-alta-mediana calidad, de personas, que
ejercen, cientos de oficios, que muchas horadan el sentimiento-conciencia del
ser-estar, pero no sabiendo-conociendo qué límites les están indicando esas
palabras-vocablos-términos-oraciones-frases. Pero que tienen en común que sus
cerámicas de palabras, nadie o casi nadie las valoran. Ya, llegan a la
conclusión-epílogo, de dejar de fabricar-cosechar artilugios de estos colores,
llegando a la tristeza del escepticismo, o, rellenando hojas, que se van
perdiendo en el tiempo.
Hoy,
desearía recordar, a todos esos cientos, miles, docenas de miles de poetas, de
cada generación, que les sucede esto. Hoy,
desearía recordar, y, preguntar, si no habría alguna solución o respuesta,
pequeña o mediana o grande. Ya, dirán, todas las voces, jamás ha existido
tanta infraestructura cultural como en estos soles de vientos que nos han
tocado respirar. Cierto y verdad y enunciado afirmativo. Pero, también, es que
cada uno, intenta lanzar su voz-grito-tristeza a los huracanes de la realidad,
unos con autoediciones, otros, llevando sus manuscritos a cientos de
productores de copias, aquellos, en tertulias para que los inserten en
conferencias de poesía, o encuentros Festivales de Poesía, como aquellos
antiguos, en el tiempos, de las Primaveras Poéticas, que florecieron por todos
estos salados vientos de estas mesetas-montañas…
Hoy,
desearía recordar, a todos esos cientos, miles, docenas de miles de poetas, que
serán de primera división o de décima, pero que han intentado construir un
edificio de significación-significante en la realidad humana. Es un sueño
despierto, pensar-sentir-desear, que alguien podría vivir-existir con los
maravedíes de esta actividad. Alguno habrá-existirá en estas nubes de
ser-estar-existir-vivir-existencia. Alguno, quizás cada generación
mezclando-combinando sus huesos-nervios-carnes-mente-alma con otros menesteres.
Pero la inmensa mayoría de los de la inmensa mayoría, duermen en el silencio de
sus versos, con mayor o menos conocimiento de todo y de todos. Condenados, la
inmensa mayoría y minoría y medianía, sabiendo que las palabras rimadas o de
verso blanco se perderán, en la siguiente generación –qué vamos a hacer con
estos papeles del abuelo o de la abuela…-.
Hoy,
desearía recordar, a todos esos cientos, miles, docenas de miles de poetas, que
están y han estado en esta situación, y, hoy, como siempre ofreceré el mismo
whisky con agua e hielo dulce y amargo y
ácido y carrasposo, en esta tarde de frío o calor. La solución, sea por el
respeto de la humanidad, sea por el respeto de la dignidad humana, sea por el
respeto de los humanos, sea por el respeto de los poetas y poetisas, hoy,
indicaré la misma solución, que tantas veces he indicado, por territorios, creen Centros Documentales Virtuales de
Poesía, y en ellas, acepten, todos los nombres, que puedan demostrar que
han escrito un libro de poesía, sea quién sea, joven o viejo, de gran calidad o
de poca, sea editado por una empresa o autoedición, o solo pueda mostrar el
registro de la propiedad intelectual. Solo con esta medida, irían entrando en
esa bodega de directorio, cientos, miles, docenas de miles, según la geografía
que hayan limitado. Pero digamos que sea solo una provincia. La cuestión será
unos cientos de nombres de todos los colores y formas y estéticas y lenguajes y
temáticas y calidades.
Al
menos, esos directorios-archivos-diccionarios-repositorios, será la campana,
que le dirá a los poetas-poetisas, que quizás, algo de su trabajo pueda
perdurar dentro de cuatro generaciones, que no está condenado todo a la
extinción.
Que sus palabras-versos, quizás perduren. Y, quizás, dentro de cuatro u ocho o
doce generaciones, algunos de esos versos, ayuden a alguien, a seguir
respirando y sonriendo y creyendo en la humanidad.
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© jmm caminero (07 dic. 21-19 en. 22 cr).
Fin artículo
2.862º: “Poetas y poetisas”.
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