Artículo Periodístico 3.282º: “Nieva, llueve, hace enorme calor”.
No
somos conscientes lo suficiente que somos Naturaleza, Naturaleza Humana, pero
naturaleza que vive/existe en una Naturaleza-Orbe-Cosmos.
En ciertas zonas de la
manta-meseta de Castilla, ya, nos vamos acostumbrando que solo exista una
estación, el calor, el calor más o menos, pero siempre el calor, cuándo sueña
la sinfonía de la lluvia, incluso agrada, salir a la calle, y con prudencia,
dejarse mojar, un tiempo o un rato. Me temo que las empresas de paraguas, cada
vez, van a vender menos utensilios tan útiles en estos lugares. Cuando ocurre
la nieve, es un acontecimiento para los ojos y las manos y el paladar y el
olfato, como en tiempo de guerras, dicen, que son los pasteles ofrecidos a los
niños/as.
No voy a entrar en el tema del
cambio/descambio climático, no porque no tenga conciencia de la gravedad de la
realidad, más si sucede rápido, más que se pronostican que nos tocará,
enormemente a estas mesetas del centro de la Península Ibérica, por tanto, los
horizontes son preocupantes, no lejos, sino cerca, no mañana, sino ya/hoy/ayer.
Sino que narraré, diríamos algo de lo que el corazón humano siente y presiente.
Quizás, los que están en el Norte de Europa, temen el deshielo del permafrost
con consecuencias impredecibles e imprevisibles, el deshielo de los glaciares,
los cambios de temperaturas de mares y de océanos, y el cambio de las
corrientes climáticas. La tierra es un enorme frigorífico/desierto que todo
está interrelacionado…
Miramos al cielo azul o gris o
nublado, y, hoy estaba pronosticado que iba a caer lágrimas de agua para
rellenar y acariciar y besar la tierra y crezcan frutos, y, también las
mejillas se alegrasen, rellenen los
pantanos, porque necesitamos cubitos de hielo para el café en el gran agosto
que es una sauna en la calle y, sin tener que pagar precio. Pero miramos por la
ventana y respiramos el aire, a ver, si huele a la alegría y sinfonía de la
lluvia. Pero la esperanza, porque por la tele, los vates del tiempo, hombres y
mujeres, de rostros alegres, nos habían pronosticado el agua. Nos damos cuenta,
al atardecer de ese día, que solo han tirado unas botellas de agua para toda la
ciudad, y se ha dispersado en algunas gotas que solo han rozado la nariz.
Esperamos y esperemos la siguiente tormenta o DANA o como quieran denominarla,
que nos regale agua, pero no daños a vehículos y fincas y casas y personas.
Solo necesitamos y deseamos agua. Ahora, ya no salen las procesiones pidiendo
agua, los santos y santas por los pueblos. Otro cambio en/del siglo.
El premiado columnista y escritor
literario, Alberto
Olmos, publicó una columna titulada Cuando hasta la nieve nos la
tomamos personalmente, publicado en el Confidencial, el 13 de
enero del 2021, finalista del Premio Julio Camba 2022, en la que trata con
sabiduría/conocimiento/entendimiento, de la diversidad de perspectivas del
tiempo y la nieve y los seres humanos…
Pienso que un columnista
literario de opinión, es el que intenta realizar un pequeño poema de palabras,
unas cientos, y, desea, que perdure en el tiempo, que dentro de cuatro
generaciones o un siglo, alguien la pueda leer y pensar y meditar y razonar, y
le sirva, en algo y para algo en su existencia. Además, desea, pienso que desea
que el lector/a no dedique mucho tiempo a leer, ya que la vida tiene muchas
obligaciones. Y, en mi caso, que también, sirva no para convencer a nadie de
nada, sino convencer a todos/as a que piensen, que miren en su corazón, en el
viaje al trabajo, si es que en ese tiempo dedican a leer esas hormigas de
palabras que son las frases…
Hemos olvidado que somos
naturaleza en la Naturaleza. No entiendo y no comprendo del todo, a tantas
personas, que se quejan del tiempo constantemente –a no ser que estén enfermas
o sean niños muy pequeños o ancianos con demasiados achaques-, si hace frío
porque hace frío, si llueve porque llueve, si hace calor porque hace calor, si
y si… Cierto que no siempre te agrada esa atmósfera que reviste tu cuerpo. Pero
siento y pienso, que hay que vivirla con sosiego y tranquilidad, si llueve te
enfundas el paraguas, si hace calor, pues bebes más agua, si y si… Así,
diríamos te vas acostumbrando a las olas de la naturaleza.
Porque, olvidamos, que somos unos
privilegiados, estamos existiendo en burbujas climáticas, apenas el tiempo nos
afecta, existimos y vivimos, la inmensa mayoría en casas/pisos/viviendas que
disponen de un mínimo de bienestar. Dormimos por la noche en paz, nadie vendrá
a llevarnos a un campo de trabajo. No somos conscientes de la alegría y suerte,
que disponemos, que nos dejan dormir desde los diversos poderes de la sociedad,
tampoco estamos en la sabana y nos puede/a comer un tigre o un león de dientes
de sable, como en el caso de nuestros antecesores…
Como hay que terminar, y, como
indican que en un artículo, hay que situar el ethos, o la personalidad moral y
psicológica, y, que hay que contar algo de si mismo. Debo indicar que yo
también me he presentado a este Premio Julio Camba, creo que llevo
unos años, no muchos, enviando la carta. Espero que quizás, alguna vez, toque
la campana para mí, también para publicaciones en medios digitales modestos o
de menor audiencia…
De todas formas, doy la
enhorabuena a los finalistas de este año, 2022, y, reivindico al lector/a que
sigan leyendo sus columnas, y a los concursos que les sigan otorgando premios en
esta modalidad. Y, si es posible, que también, para que no suene a hipocresía,
a este modesto escribiente y escriba y escritor, también le toque, de vez en
cuando, alguna campana de laurel. Paz y bien…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (15-16 nov. 2022 cr).
Fin artículo 3.282º:
“Nieva, llueve, hace enorme calor”.
E. 16 noviembre