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Artículo Periodístico 493º: “Solitarios: Marina Tsvetáyeva”[1


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                        Artículo Periodístico 493º: “Solitarios: Marina Tsvetáyeva”[1].   
                        0. ¿Cómo influyen las circunstancias en una persona, en cada persona, en las personas? ¿Cómo influyen su tiempo y el espacio donde habita? ¿Cómo influye la ideología o subcultura en la que está inscrita? ¿Cómo sus aciertos y sus errores existenciales o vivenciales? ¿Cómo le influye a una poeta? ¿Marina Tsvetáyeva estuvo atrapada entre su mundo interior, de una enorme sensibilidad y un mundo exterior, que por decirlo suavemente, le complicó y complejificó su existencia y su existir…? ¿Qué nos puede enseñar a nosotros mismos de nosotros mismos y de los demás esta gran poeta, qué sus circunstancias y su tiempo y su historia al nuestro?
                        1. Marina Tsvetáyeva, 1892, Moscú, 1941, Yelábuga.
                        ¿Cuántos purgatorios o infiernos o traumas arrastraba la poetisa desde su infancia-juventud-adolescencia-primera madurez? ¿No vamos a entrar a describirlos, ni siquiera a señalarlos todos, pero cómo les influyeron esos traumas, algunos traumas que se repitieron a lo largo del tiempo…? ¿Creemos que existen diferentes capacidades de la memoria o de la inteligencia en los seres humanos, pero nunca pensamos que quizás también sucederán diferencias en la sensibilidad y en la afectividad y en la empatía…? ¿Debemos considerar que nuestra autora, era una mujer de una enorme sensibilidad afectiva y una enorme necesidad de ser querida-amada…? ¿Quizás, lo que le sucede a una poeta, como en este caso, le sucede a todo ser humano, lo único que cambian las heridas o traumas, o cambian la sensibilidad, o cambian las circunstancias o cambian los tiempos…? ¿Pero casi toda generación ha pasado y sufrido una guerra…, en el caso de Marina Tsvetáyeva, que yo sepa tres, la primera y parte de la segunda guerra mundial, la guerra civil rusa…?
                        2. Intentaremos analizar algunos aspectos de su existencia, que nos puedan servir para aclarar su vida-existir, vida y poesía y madre y esposa y circunstancia, su interioridad-exterioridad, y de alguna manera, nos sirva al resto de los seres humanos. Aquello de Ortega de “soy yo y mis circunstancias…”:
                        - ¿Los infiernos-purgatorios nos los creamos nosotros, nos lo crean los demás, nos vienen de las circunstancias históricas, es una combinación de todos a la vez? ¿Y este es el caso de Marina Tsvetáyeva? ¿La muerte del padre, el rechazo de sus hermanastras, su pasión por la poesía, su ambición de la madre porque fuese pianista, y las circunstancias de su casamiento con una persona concreta, sus hijos, su exilio, las detenciones, las hambrunas, la peste de sarna, no encontrar al amor definitivo, las tres guerras en su patria y el final su solución final para ella misma? ¿Todo mezclado, cada cosa en un tiempo, pero lo del pasado queda para el futuro y el presente es hijo del pasado y del posible futuro…? ¿Etc.?
                        - ¿No saber lo que se es, o sabiendo lo que se es, no se es lo que se quiere ser o se cree que se es o se debió creer que debería ser…? ¿Los espejos en un laberinto del minotauro del mismo yo, complicado con variables de la propia existencialidad-afectividad-conocimiento y con las variables del tiempo-historia-circunstancias…?
                        - Una poeta que pensaba “a ti que nacerás dentro de un siglo”. Que pensaba no solo en la humanidad del pasado, ni solo la de su presente, sino también la del futuro. Que cantaba al ser humano del futuro a ella, a ti y a mí, y a todos los que todavía no han nacido…
                        En un mundo que tantos se ocupan o nos ocupamos, para incluirnos todos, de cada uno de nosotros y de nuestra única sombra, que alguien se ocupe y preocupe de alguien que nacerá, o muchos nacerán un siglo después…
                        - Se cumplió en esta poetisa y en millones de hombres, la frase del gran Goya, “Los sueños de la razón crea monstruos”, quizás podríamos pensar y adaptar la frase, “los sueños de las ideologías muchas veces crean monstruos…”. ¿Podríamos pensar que nuestra autora tuvo que padecer esos sueños puestos en funcionamiento, puestos en evolución, puestos en progreso, puestos en la materialización…?
                        - “En algún lugar del mundo un árbol espera…”, canta uno de sus versos.
                        - ¿Cómo puede vivir un ser humano, cómo una mujer dejar a su hija en un orfanato, cuánto dolor sufriría Marina Tsvetáyeva, por tener que hacer ese acto, porque no tenía para comer, porque nadie le daba trabajo, y al final, su hija morir de hambre…?
                        ¿Por qué el ser humano y la humanidad sufre tanto dolor y por qué sufre tanta alegría, por qué esa mezcla de ambas realidades, ciertamente unos más que otros, de una cosa o de otra…?
                        ¿Por qué esta mujer volvió del exilio, volvió de Alemania, por qué no se quedó en Europa, por qué no se fue a Estados Unidos…? ¿Y desde entonces empezaron todos los problemas o mejor dicho se agravaron todos? ¿Quizás los traumas-heridas-sufrimientos del pasado se le juntaron y no fue capaz de decidir de forma satisfactoria en el presente, en su presente…? ¿Quizás toda persona tiene ideas equivocadas sobre sí misma y sobre su misma época, quizás estaba con tanta soledad que nadie le aconsejó bien o le aconsejaron bien…?
                        - ¿Tanto sufrimiento acumulado le fue dirigiendo a rozar la enfermedad mental, o quizás pasados trastornos psicológicos, en mayor o menor grave le llevaron a tomar decisiones existenciales erróneas, y que ambos se juntaron para llevar al límite el soporte de equilibrio de una psique-cuerpo-carne-mente-biología…? ¿Y al final la cuerda…?
                        3. Para terminar, además de mi homenaje, además de desear que usted y yo reflexionemos en cabeza ajena, pensemos y repensemos la historia, la microhistoria de otros seres humanos, poetas o no poetas que vivieron antes que usted y antes que yo, y que seguro de alguna manera o forma se están repitiendo, similares patrones en otros seres humanos, hoy, quizás a su lado, aunque sea a cinco mil o diez mil o tres mil kilómetros… para terminar recordemos unos versos de Marina Tsvetáyeva: “Es sencilla mi ropa,/ pobre mi hogar […]”.
                        Para terminar que se puede decir de una mujer que cuando sus dos hijas se habían dormido, apenas sin comida, apenas sin vestido, apenas sin luz, con una vela se ponía a escribir… Qué se puede decir de una persona que hubo épocas que así escribía… sea buena o mala o mediocre o genial su poesía o su prosa, qué puedes hacer, sino “quitarte el sombrero y los zapatos para mostrar un profundo y esencial respeto a su legado y a su memoria”. Solo pedir que no se vuelva a repetir estas historias, a nadie, se sea poeta o no lo sea. ¿Pero a quién se lo tengo que pedir, a quién le tengo que enviar esta pequeña carta-artículo para que no se repita esta historia…?
                                                                       twitter.com/jmmcaminero
                              © jmm caminero (29 febr.-07 marzo 2016 cr).
Fin artículo 493º: “Solitarios: Marina Tsvetáyeva”.       


[1] Env. 07 marzo 2016 a Extremadura Progresista.com. Publ. 08 marzo 2016.
Env. 07 marzo 16 a Noticanarias.com. Publ. 08 marzo 2016.

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