Artículo 4.969º: “Sobre el futuro y Javier Sádaba”.
La historia humana, no sabemos
desde cuándo, bien haríamos en pensar y sentir la historia desde el Neolítico,
al menos, desde la prehistoria, al menos, ha intentado averiguarlo.
Creo que los humanos han
inventado multitud de formas y maneras, para intentar sentir y presentir e
intuir y percibir el futuro. Creo que los humanos desean saber lo que les va a
suceder a ellos, dentro de diez años, al grupo dentro de diez años, a la
sociedad-humanidad dentro de diez años.
Pero hasta ahora el sistema, que
ha sido más eficiente de calcular el futuro ha sido la ciencia. Hoy, con las
fórmulas matemáticas de Newton
podemos calcular tal meteorito/asteroide
equis, puede estar muy cerca de la tierra dentro de cincuenta años. Y,
lo mismo el resto de ciencias. Las ciencias con sus métodos son invenciones y
descubrimientos que nos permiten ver y prever, algo del futuro. Algunas
ventanas del futuro. Sabe la ciencia, que si alguien tiene una enfermedad zeta,
sabe con cierta probabilidad, las posibilidades de curación que dispone
–probable, en este caso, sería probable, o tanto por ciento, pero ese tanto por
ciento ya es un saber del futuro muy acertado…-.
De alguna manera, los humanos
realizan cosas para que queden en el futuro. La inmensa mayoría dejando hijos y
nietos para el futuro, la inmortalidad de los hijos, de la que hablaría el
viejo maestro Unamuno. Pero otros
intentan dejar producciones culturales, sean de ciencia o de filosofía o de
arquitectura o de diseño. Otros desean dejar improntas y huellas en la sociedad
y en el Estado, en definitiva, en la historia, “el imperio que durará mil años”
–no les recuerda voces del pasado-. Han existido personas que han tenido ese
deseo. Si miran la historia e Historia, no hasta Roma o Grecia, sino más antigua, se darán cuenta… algunos dejan
monumentos de piedra que creen durará milenios. Eso del refrán egipcio: “el
hombre teme al tiempo, el tiempo teme las pirámides…”. Bueno, las pirámides,
posiblemente también se desharán en arena pequeña mirando al sol –a no ser que
los humanos del futuro sigan cuidándolas…-.
¿Pero qué es el futuro, cuánto
futuro personal e individual y colectivo y de la sociedad y del Estado y
Estados podemos calcular… o saber, o al menos estadísticamente…? Creo que la
informática y todos los sistemas informáticos que se irán inventando y
descubriendo en las próximas décadas, posiblemente, los sistemas cuánticos y de
Inteligencia Artificial, ambas realidades más los metadatos y Big Datos,
permitirán calcular mucho del futuro en el futuro a medio plazo. Pero un mundo
en el que sepamos mucho del futuro, será un mundo completamente diferente al
actual. Totalmente diferente. No podemos imaginarlo.
Ahora, no sabemos cómo será el
futuro de dentro tres o cinco décadas. Solo, solo quizás en algunos parámetros
y dimensiones, no en otras. Por la sencilla razón, existen, por solo citar una
cifra y dimensión, varios millones de científicos que están buscando nuevos
conceptos y nuevas aplicaciones de los conceptos. La suma de todo ello, no
sabemos lo que producirá. Miles o decenas de miles de pequeños cambios, unos
cientos de medianos cambios, quizás una docena de grandes cambios. Todos
juntos. Todos los cambios juntos harán otro mundo mental y conceptual y real,
dentro de setenta y cinco años, para el 2.100. Cierto es, si no somos tan
imbéciles e ignorantes e inmorales que nos hagamos desaparecer a nosotros
mismos…
Si alguien, lee mis textos, sabe
que de vez en cuando, cito a otros articulistas, existen cientos y miles, que
han respirado nuestro aire. De alguna manera, al recordarlos y recordarlas, voy
haciendo una pequeña historia del columnismo y articulismo de opinión, de
nuestro terruño, de estos dos siglos y medio. En la medida que puedo. Hoy, me
ha tocado en suerte y azar Javier Sádaba
Garay, insigne filósofo y pensador y escritor, que como en la tradición
hispánica, todos los pensadores y filósofos, en la medida que pueden, llevan la
filosofía, algo de su filosofar a la plazuela del pueblo, imitando a Ortega, llevan el pensar esencial y
trascendente, al foro romano-actual de la prensa en papel, ahora prensa
virtual-digital, como estrellas electrónicas que se mueven y remueven por el
espacio sideral de los unos y ceros…
Pues Javier Sádaba nos envió una carta de palabras en forma de columna
periodística, titulada: El futuro del futuro, publicada en Magazine
El Mundo, el día 26-27 de mayo de 1990. Ya hace treinta y cinco años,
me pregunto que este maestro de la filosofía, maestro actual del filosofar, fue
capaz de prever todos los cambios que se han producido en Europa y en España y
en el mundo en estos cuatro décadas… Leer articulismo y columnismo de opinión,
llamado también personal y literario, nos enfrenta y confronta a multitud de
temas, que quizás, en otros medios y modos nadie nos lo presenta. Será difícil
que usted asista a una o varias conferencias sobre el futuro, o que lea uno o
varios libros sobre el futuro. Pero puede hallar en un texto de ochocientas
palabras, alguien que plantea este tema. Y, quizás, quién sabe dentro de diez
años, lo vuelva a hacer con otra columna de palabras…
De todas formas, el tiempo me ha
enseñado, que siempre estamos hablando y pensando, cualquier ser humano,
quizás, esta podría ser una definición, que siempre estamos hablando sin darnos
cuenta, pensando, en el presente-presente, presente-pasado y presente-futuro. Mientras
tanto, si tiene ocasión, vaya a la biblioteca de su pueblo o de su barrio o de
su ciudad, y, posiblemente encontrará artículos publicados en libro de Javier Sádaba, creo que es necesario
para que usted entienda su ser y su estar mejor en el mundo, en su mundo. Eso
hacen los filósofos, antes se iban al foro y hablaban, en el tiempo de los
griegos, ahora, muchos lo hacen en la prensa, también en la prensa digital. No
pierda usted esta ocasión, porque el hombre no solo vive de pan, ni de agua, ni
de películas… sino también del filosofar…
http://articulosperiodisticosjmm.blogspot.com.es © jmm caminero (26 junio 2025 cr).
Fin artículo 4.969º:
“Sobre el futuro y Javier Sádaba”.
E.
06 julio