Artículo Periodístico 457º: “Morales y éticas hedonistas”[1].
0. Se dice que estamos
en una época, al menos en Occidente que hemos caído en una moral o ética
hedonista o epicureísta o materialistas, ¿pero sabemos un mínimo de lo que es
una moral o ética de ese cuño? ¿Aunque no sepamos en qué clase o tipo de moral
o ética estamos, estamos situados en una de ellas, en una de las siete u ocho
grandes sistemas éticos y morales existentes en el mundo…? ¿Por tanto, al
menos, no sería conveniente saber un poco de moral o ética en general, y en
particular de la moral hedonista, que es la que nos fijamos en este artículo…?
1. Hay distintas morales
o sistemas éticos, que se han ido desarrollando a lo largo de los siglos y
milenios, entre otros están los sistemas hedonistas, los eudemonistas, las
morales del sentimiento, las éticas utilitaristas, las morales de la virtud o
eudemonistas o de la felicidad, concepciones deterministas de la moralidad,
morales formalistas, etc.
En este artículo nos
fijaremos un poco en las que se denominan morales utilitaristas o epicureístas,
que en mayor o menor grado gran parte de la población occidental está en ella.
Es decir, lo sepa o no lo sepa, defiende posturas teóricas o prácticas que
podríamos denominar neohedonistas o neoepicureistas…
Las características
serían las siguientes:
Indica que las
elecciones moralmente buenas son aquellas que proporcionan el mayor bien del
hombre: el placer.
a) Hedonismo “craso”.
Calicles en el diálogo Gorgias de Platón.
Que considera que en
toda situación debe optarse por lo que nos produzca el placer más intenso, sin
más consideraciones: ¿para qué ser prudentes si la fragilidad de la vida no
puede garantizarnos que el mañana será mejor y ni siquiera si habrá un mañana?
b) Aristipo de Cirene
(435-355 A .C.).
Escuela cirenaica o
hedonismo.
Desde la perspectiva
moral, perseguían la consecución de la autarquía, que es la autosuficiencia o
lo que es lo mismo, conformarse con poco y no dejarse arrastrar por los bienes
materiales: el autentico camino hacia la felicidad consiste en ser dueño de sí
mismo, en necesitar lo menos posible.
El bien humano consiste
en el placer, éste es originado por una experiencia o sentimiento positivo
producido por las sensaciones. Si la sensación es violenta sentimos dolor, pero
si es suave experimentamos placer. El objetivo de la vida ha de consistir en
huir del dolor y en buscar el placer. Ahora bien, hay que saber dominar el
placer, sin permitir que él nos domine a nosotros, pues, en el primer caso,
seremos autárquicos y felices, mientras que en el segundo, esclavos y
desgraciados.
c) Epicuro (342-270 A . C.).
La Ética para los
epicúreos nos muestra el auténtico camino que conduce a la felicidad. Intenta
procurar y librar al alma de todos los temores y de todas las preocupaciones
para que pueda arribar a una situación de tranquila indiferencia o ataraxia.
Epicuro predicaba la
renuncia a toda actividad pública, la huida de la turba social y la retirada al
Jardín de los sabios. Según él, la verdadera moral debe conducir a la
inactividad, a la imperturbabilidad, a la soledad, o si acaso a la tranquila
charla amistosa entre los pocos sabios que son capaces de retirarse del
mundanal ruido.
El placer es bueno y el dolor
es malo. Todos los seres humanos buscan el placer y huyen del dolor.
Las desgracias de los
seres humanos se deben a los deseos desordenados.
El tetrafármacos:
- No temer a los dioses.
- No temer a la muerte.
- Los males y los
dolores son breves, pues el dolor agudo o se acaba pronto o pronto acaba con
nosotros.
- El bien es fácil de
lograr, consiste en no prestar atención al dolor y en alejarse de él mediante
el recuerdo de los pasados placeres.
Formula sus famosas
cuatro reglas:
- tomar el placer que no
puede ser seguido de ningún dolor.
- Huir de la pena que no
puede conducir a ningún placer.
- Huir del goce que
arriesga privarnos de un gozo mayor u ocasiones más pena que placer.
- Aceptar la pena que
nos libra de otra pena mayor o que debe ser seguida de un gran placer.
Que considera que, si
bien el placer es el único fin moralmente bueno, en toda situación debe optarse
por aquel placer que nos recomiende el llamado "cálculo hedonista",
esto es, la evaluación del pacer y el dolor que se derivan de un acto y sus
consecuencias. Así es posible que debamos escoger un dolor porque a la larga
nos reporte placer (ejemplo una operación quirúrgica), o que hayamos de
prescindir de un placer, por intenso y deseoso que sea, porque a la larga nos
reporte dolor -por ejemplo las derogas, que pueden esclavizarnos y nos llevan a
la enfermedad y la muerte-. De este modo prefiere:
- Los placeres naturales
y sencillos a los artificiales y sofisticados.
- Los placeres del
espíritu a los del cuerpo, pues los primeros son más asequibles, y por eso más
difíciles de perder, y duraderos que los segundos.
¿Con estas simples y
sencillas ideas quizás usted pueda clarificar si se sitúa más dentro de esta
corriente de pensamiento ético y moral, o se sitúa en otros tipos de
pensamiento y moralidad, los que se consideran de la bondad, de la virtud, de
la verdad, etc., que habría que desarrollar en otros artículos en el futuro…?
¿Usted tiene el guante
si quiere autoexaminarse o evaluarse en esta cuestión, o analizarse
mínimamente…?
©
jmm caminero (25 enero-02 febrero 2016 cr).
Fin artículo 457º:
“Morales y éticas hedonistas”.
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