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Artículo Periodístico 3.365º: “Lo pequeño y que digo de mi mismo”.

                         Artículo Periodístico 3.365º: “Lo pequeño y que digo de mi mismo”.

Nosotros los columnistas, yo, yo también que no cobro dividendos, nos planteamos el tema eterno, qué tratamos y cómo, pero qué decimos de nosotros en esas temáticas.

Cuánto de nosotros, de nuestra intimidad/privacidad, estamos dispuestos a indicar, llaman los entendidos el ethos, el ethos concepto que parece ser ya indicó Aristóteles, es decir, la personalidad psicológica y moral del que realiza el discurso. Porque convence más dicha realidad, que incluso las palabras y los conceptos y los contenidos.

Pero alguien, y, me temo que muchos columnistas, hombres y mujeres, entran en esa categoría, no deseamos exponer, ni exponernos demasiado en las palabras. No lo hemos hecho nunca, en la vida rutinaria y normal, quizás, por un enorme desarrollo del concepto de privacidad e intimidad. Pero la columna de opinión es una mezcla de realidad externa e interna, de subjetividad y de objetividad, de lo singular y lo general, de lo conceptual y del caso particular…

La gran columnista Rosa Palo, maestra del articulismo literario y de opinión, en Colpisa del 23 del 12 del 22, en una columna titulada Calamares rellenos. En esa mezcla de literatura, actualidad y actual que no tiene porqué ser novedad, nos habla de los temas eternos que están dentro de las realidades pequeñas. Da lo mismo, estemos hablando de los calamares y la cocina, o de realizar y hacer una cama, o de visitar el médico porque te duele la espalda, o de la caída de un ministro por una escalera. Son los temas pequeños que son los grandes. Los grandes se convierten en decenas de pequeños…

La lectura y escritura es la magia de la inducción/deducción de convertir lo pequeño en eterno, lo eterno en pequeño. Eso solo lo pueden hacer los grandes maestros de la literatura y del columnismo. En definitiva, aunque usted no se entere, estamos intentando hablar de usted, estimado lector/a, ustedes tiene que cambiar el tema de los calamares, por la preocupación y ocupación que tenga en su alma y corazón y carne y sangre ese día. Es fácil, cambia una equis de calamares, por una zeta de lo que sea…

Pero para que usted, estimado lector/a pueda entender el envase y género de estas palabras tiene que saber algo del vehículo en el que se va a montar. No es lo mismo un avión que un burro o una bicicleta. El subgénero del columnismo de opinión, tiene sus reglas y sus normas, por muy amplias que sean. A mi entender, es un enorme laberinto de metáforas y espejos, podemos estar hablando del último desfile de moda, pero en el fondo, estamos hablando de su corazón, que llegará a su casa u hogar o familia o vivienda, y, puede estar rodeado de diez miembros de su familia, o estar sola en un diván esperando otro día.

Tenemos que cantar y contar el corazón de muchas almas, que con piedad, han intentado vivir la vida. Tenemos que distinguir entre el bien y el mal, que hace/realiza usted y yo, y, la intención y la conciencia de cada uno. Tenemos que salvar al hombre y mujer concreto. Tenemos que darle esperanzas. Que al mayor pecador, quiera convertirse a una vida normal, y el más santo se haga más santo… Que sienta, que no ha perdido cinco minutos de su vida, al leer estas ochocientas palabras…

Pero esto de la privacidad y de la intimidad, es el eterno problema, no es solo de los articulistas. Cuántos, dicen, cuántos después de cincuenta años con su conyugue al punto de morir, o unas semanas antes, el paterfamilias le cuenta y narra a su esposa, un secreto de juventud o de media adolescencia o de media edad adulta. Y, la mujer y esposa, en esos momentos, no sabe a dónde mirar y qué pensar. Pero también podría ser al revés…

Por eso algunos añoran, siguiendo a Kant, que es necesario que exista Dios, que exista Juicio Particular, y que exista un verdadero Autoconocimiento de cada uno de si mismo y en si mismo. Entonces nos llevaremos enormes sorpresas, de nosotros frente a nosotros mismos, de nosotros mismos frente a los otros…  Cuánto veamos de verdad, sin engaños, nuestro corazón, cuándo conozcamos de verdad, sin engaños, el corazón de los otros. Quizás, nos llevaremos muchas sorpresas…

El escritor es el inventor de máscaras y es el quitador de máscaras. Nos inventamos unas y quitamos otras. A nosotros mismos y a los demás. Por eso, los escritores y pensadores y filósofos y artistas han sido amados y odiados durante siglos y milenios, en todas las culturas y en todas las civilizaciones. Porque el verdadero escritor es verdadero observador. Y, por tanto, tiene que decir, “que el rey está desnudo”. Pero el rey, el rey es el mismo, pero puede ser aquella persona que va todas las mañanas a por los churros. Aquella que a los ojos, de todos, es una persona sin importancia, sin brillo social, sin poder de ninguna clase. Pues aquella persona, es el sujeto que ha podido realizar actos abominables y, o, actos perfectos y heroicos y excelsos, actos del pecador mayor y, o, actos del santo más grande. Como aquel carbonero cristiano que era el más santo de la ciudad, y, nadie lo valoraba, y, que lo hicieron obispo, y, después santo…

Si, esa persona que está a su lado, durmiendo en la cama, y usted no sabe, o que se cruza todos los días, cuándo va a comprar el pan, o, le indica ideas y conceptos en su empresa, para hacer una entidad más eficiente. Ese que parece que no sabe nada, que no ha roto ningún plato nunca, ese y esa, puede esconder secretos confesables e inconfesables. El articulista, al hablar en concreto y en abstracto, es el que saca algo de los icebergs de todos. Sin poner nombres. Ese es el misterio… No hablamos de calamares, hablamos de usted y del yo, de todos, los calamares es la equis incógnita… usted la materializa y cristaliza y visualiza…

http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm  © jmm caminero (26 dic. 2022-04 en.23  cr).

Fin artículo 3.365º: “Lo pequeño y que digo de mi mismo”.

E. 04 enero 2023 a Alicante Hoy.es. El Tambor Revista de la Gomera.es.

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