Artículo Periodístico 3.683º: “Lo más pequeño y Pedro G. Cuartango”.
Elucubro
e imagino e hipotetizo y hago preguntas que no sé contestar, que no sé si
alguien sabe o sabría contestar. Existe un límite en lo pequeño, o, siempre hay
algo más pequeño.
Creíamos que lo más pequeño era
el átomo, después, se llegó a la conclusión que éste estaba formado por
partículas subatómicas. Ahora, hace unos lustros ha surgido una miríada de
estas partículas con nombres, que no es necesario recordar aquí. Después,
vienen las teorías de las cuerdas y supercuerdas y de las membranas, y, mil
otras cosas, que no sé ni siquiera lo que significan, no tengo los
conocimientos de Física, ni de Matemáticas, ni de fisicomatemáticas para poder
comprender. No tengo las ideas, ni los conceptos, ni las relaciones entre
ideas-conceptos con supuestos modelos de realidad o explicaciones...
Pero la pregunta siempre está
ahí, antes, durante siglos, llamábamos substancia, y los filósofos fueron dando
distintas hipótesis de solución. Repetirlos y reiterarlos, supongo que no
tendrá importancia. Está Mendeleiev
y su tabla periódica. Que siempre, desde joven me decía a mi mismo, bueno,
están los ciento y pico elementos, me decía y me digo, no sé si tiene sentido.
Si un elemento equis, que todavía no existe, dispone de más protones o
electrones, etc., supongo sería distinto. Por tanto, volvemos al tema de
siempre, podrían existir, al menos teóricamente, no ciento y pico, sino
doscientos o trescientos o mil “elementos”… Tiene sentido imaginar un mundo
real o hipotético o imaginario con un sistema periódico de trescientos
elementos. Y, que la humanidad haya sido capaces de pasarlos a realidad y de
hacerlos realidad.
Esto, me pregunto y repregunto,
para llegar a esta hipótesis, habría que tener otra Física y otra Matemáticas
que todavía no tenemos. Habría que tener otra mente, recordando a lo que dijo
una vez Einstein. Que para resolver
determinados problemas del universo se necesita otra mente. Y, yo, siempre le diría
a Einstein, si es que yo puedo
hablar con él, que quizás, necesitamos otra enorme acumulación de datos y
conceptos y percepciones y experiencias y experimentos y teorías, para que
surja otro Einstein, y los unifique.
Y, quizás, ahora con los programas de informática, Inteligencia Artificial,
seamos capaces de tener otra mente, de crear otra mente, o esos sistemas
informáticos acaben siendo otra mente…
Pero la pregunta sigue vigente,
hemos llegado al límite del conocimiento de lo más pequeño, o todavía existe
algo más pequeño, y, así, quizás hasta un límite sin límite, o, existirá un
límite en lo pequeño. Pero también en lo grande, puede existir límite en el
universo o macrouniverso o macromundo. O, tampoco tendría un límite.
A veces, me surge del interior,
una pregunta, como tantas otras, que parecen se van incubando dentro de uno
mismo, que están dentro, y, llevan años y décadas, y, me digo a mi mismo,
imaginemos una civilizaciones extraterrestre, que haya ido evolucionando al
mismo ritmo de progreso y de conocimiento que nosotros, pero que en vez de
surgir hace dos millones y medio, que es lo que se indica, que el homo tiene de
tiempo, homo habilis. Exista desde hace cinco millones de años…
Ahora estaría y tendría dos
millones de años más que nosotros. Habría ido evolucionando al mismo tiempo.
¿La cuestión es qué conocimientos tendrá, qué saber tendrá, habrá superado las
ciencias y tendrá otros saberes, existirán como seres abstractos o
inteligencias energéticas extendidas por toda una galaxia, no serán individuos
biológicos sea la base material o substancial en el elemento que sea, sino en
energía, serían, diríamos unos complejos enormes de energía, energía que se
piensa y…? ¡En fin, preguntas imposibles de responder, imposibles de hacer,
imposibles de plantear, imposibles de imaginar… pero preguntas…!
Todas estas preguntas y algunas
más, me las ha recordado, porque las tengo dentro, desde hace muchos lustros,
me han vuelto venir a la consciencia, resurgen de vez en cuando, pero esta vez,
leyendo un artículo del notable columnista Pedro
G. Cuartango, publicada en elmundo.es, el día uno de julio del
2009, hace ahora catorce años, titulada: El elefante sobre la tortuga. Mucho
ha cambiado nuestra sociedad, a nivel sociopolítico, o político o económico, en
estos casi tres lustros…
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Fin artículo 3.683º:
“Lo más pequeño y Pedro G. Cuartango”.
E. 19 julio
