Artículo Periodístico 335º: “Solitarios:
Vivian Maier”[1].
0.
Siempre se habla de que una obra maestra o genial nunca se puede perder. Y que
el mercado artístico o cultural siempre la reconocería. Otros piensan que en un
granero de millones de granos, y por tanto con tanta competitividad y tanta
oferta, quizás un grano de oro o de platino o de plata se puede perder y
olvidar en la barahúnda de tal cantidad de autores, en todas las especialidades
y de obra. Alguien que puede estar encerrado en algún lugar del mundo.
1.
Vivian Maier (1926, Nueva York, 2009, Chicago).
No
vamos a narrar todos los aspectos de su existencia, entre otros motivos porque
este artículo como todos los que escribo están pensados para la invitación que
el hipotético lector amplíe en la biblioteca internacional o mundial que es hoy
Internet. El sueño de Borges de la biblioteca universal está a punto de
materializarse en forma de bits de información.
Resumiendo
toda su existencia se la pasó cuidando niños, en familias particulares, y en su
tiempo libre su afición era la fotografía.
Hay
algunos que indican que quizás pudo haber sufrido algún pequeño trastorno de la
personalidad, quizás debido a que su madre y ella fueron abandonadas por su
padre, quizás porque era hija de padres refugiados judíos de Europa, quizás a
un conjunto de factores.
2.
Hoy es considerada una de las grandes fotógrafas de su época y de su tiempo, y
por tanto, una clásica. Que se sepa parece ser no hizo intenciones de
publicarlas, ni de mostrarlas en galerías y los circuitos comerciales o
artísticos de su época.
De
todas formas y maneras, una vida diríamos tan humilde y tan modesta y tan
silenciosa, nunca sabremos si lo intentó, una o varias veces, y le fue negada
su valía, debido a multitud de razones, porque en los mundos artísticos, quién
los conoce sabe que hay mucho silencio, por utilizar una palabra suave, sobre
determinadas personas…
Se
calcula o se han encontrado unos doscientas mil fotos, reveladas o en
negativos, o en las carcasas sin revelar.
3.
Como no tenía casa propia estuvo, parece ser durante toda su vida, alquilando
trasteros donde guardaba sus pertenencias más personales, y multitud de fotografías
y archivos de ella.
Parece
ser que un agente inmobiliario John Maloof, de veintiséis años, tenía que
realizar un trabajo sobre Chicago y se enteró que subastaban un trastero que
contenía fotografías sobre su ciudad. Y parece ser que por unos cientos de
dólares, 380, una nadería o una nada, menos que el precio de unas baratijas se
quedó con ellos.
Indico
por si alguien no lo sabe, por lo que se ve si durante unos meses, no sé
cuántos, según la legislación de cada Estado norteamericano, si no se paga el
alquiler, el propietario de dichos trasteros puede y tiene derecho quedarse con
lo que hay en su interior, y por tanto subastarlo.
Dicha
persona se percató que dichas fotografías no le servían para su trabajo, se
dice que iba a escribir un libro sobre su ciudad. Pero como los norteamericanos
tienen siempre esa personalidad de que todo puede tener una proyección
comercial, y no solo cultural. Quizás una mentalidad luterana-calvinista-judía
que deberíamos aprender nosotros en Hispania, siempre claro con justicia,
equidad, moderación. Pues empezó a poner o subir o colgar o exponer fotos en
Internet, y venderlas por un precio reducido.
Un
marchante de fotografía norteamericano se dio cuenta del valor documental y
artístico y estético que tenían esas fotografías y se puso en contacto con
Maloof, para que no las vendiese de ese modo, sino que pasase por los circuitos
artísticos y estéticos…
4.
En la Piel de Toro he oído, desde hace décadas, las expresiones, como las
siguientes: “en España hoy no se perdería un Quijote”, “hoy una obra maestra o
genial no se perdería, porque entre tantos especialistas y tantas personas del
mercado artístico y cultural y universitario alguien lo reconocería…”. Y esto
dicho públicamente por grandes gestores o propietarios o promotores del mundo
cultural, sea editorial, sea artístico, etc.
De
todas formas los que no realizan obras geniales, sino diríamos están en una
franja más modesta, también tienen derecho a que su trabajo exista. Porque de
todas formas, lo que pueda gustar dentro de un siglo, no sabemos lo que será.
¿o acaso sabe usted o su vecino lo que dentro de un siglo se necesitará o
gustará…?
Siempre
pienso a los que dan esos argumentos lo siguiente: quién sabe cómo hoy sería un
Quijote, yo desde luego no lo sé.
Evidentemente
esta fotógrafa, no se perdió su obra por casualidad, le faltó unos centímetros
para que su trabajo cultural, un trabajo de toda su existencia, hubiese quedado
en la basura de los papeles o entre miles de dossier, o en nada… Es evidente que
se recuperó por casualidad y por azar y una pequeña causalidad…
¿Todavía
continuamos diciendo que hoy un Shakespeare o un Cervantes o un Dante o un Hume
o un Platón o un Picasso o un Miguel Ángel no se pueden perder sus obras en la
vorágine de un millón de artistas plásticos activos y vivos en estos momentos,
de un millón activos y vivos de escritores…?
¿Está
usted seguro…? ¿Quizás no se perdería si hubiese centros y archivos
documentales dónde estuviesen nombres y obras de docenas de miles de autores,
de todas las especialidades…? ¿Pero por qué, esto que hoy se podría realizar
online, sin apenas gasto, no se acepta o no se hace por fundaciones o museos o
archivos o universidades o bibliotecas… por especialidades…?
5.
En esos meses de descubrimiento de esta fotógrafa por parte de Maloof y del
valor de sus obras pues buscaron a la autora… cuándo localizaron nombre y lugar
de residencia, se encontraron con la noticia, obituario, de que acababa de
morir unos meses antes…
Por
lo tanto, ni siquiera en su último aliento de existencia o de vida, en los
últimos días o semanas esta mujer, solitaria, fue capaz de morirse sabiendo que
había realizado una obra artística maestra o genial, de un alto nivel de
significado y de significante… Y que su obra no sería destruida por el tiempo o
por la dejadez o el olvido sino que gran parte de ella se conservaría…
Mi
pequeño homenaje con este artículo a Vivían Maier, y a todos y todas las Vivian
Maier, que posiblemente existan o se hayan perdido sus nombres y sus obras…
©
jmm caminero (14-15 octubre 2015 cr).
Fin artículo 335º: “Solitarios: Vivian Maier”.
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