Artículo Periodístico 337º: “Tristeza”[1].
0.
Podríamos denominar tristeza como desaliento, desesperanza, entristecimiento
que puede ir acompañada de distintos estados psicomentales como de angustia,
depresión, melancolía.
1.
En un artículo con mil palabras y pico, no se puede decir todo lo que un
individuo piensa o siente sobre una cuestión, y tampoco son estos artículos,
artículos que perforen desde la perspectiva de la psicología, psiquiatría,
psicoterapia, sino más bien toma desde distintas perspectivas algunos aspectos
y desde ellos, pasando por lenguajes rutinarios, algunos matices o definiciones
o descripciones de esta realidad.
2.
Lo primero que hay que decir, es que todo ser vivo, no solo humano, al menos
parece ser que todos los mamíferos, desde luego los primates, y desde luego los
humanos, sufren, no una, sino cientos o miles o docenas de miles de veces en su
existencia pequeños o grandes o medianos episodios de tristeza con todos los
matices o adjetivos añadidos que quieran. Igual que lo sufren de alegría…
En
cierto modo, por las razones internas o externas que sean, todo ser humano se
tiene que enfrentar a esta realidad, interior o exterior. En sí mismo y en y
por otros.
3.
Las razones de los artículos que redacto, son muchas, pero esencialmente
intentan aportar algo de luz, algo de verdad, algo de bondad, algo de sosiego a
toda persona que quisiese dedicar un tiempo a leer o meditar o pensar o sentir
alguna de estas palabras… Por tanto, no es la finalidad, la vanidad y la
petulancia y el engreimiento y la soberbia de quién ha escrito estas palabras,
sino si es posible, con palabras sencillas, pero esenciales y algunas
accidentales, explicar algo de un fenómeno o dato, y que le sirva a otros seres
humanos, si es posible en algo, si es posible hoy, si es posible, mañana.
4.
Como en todo o en casi todo, hay que intentar salir de la tristeza con mesura y
con racionalidad. Como en casi todo, un poco de tristeza puede ser bueno,
porque quizás el organismo se está autoadaptando a alguna realidad, sea
interior o exterior, en demasía, es negativa, y puede llegarse a la necesidad
de consultar con especialistas, psicólogos, médicos, psiquiatras…
A
veces, el cerebro con un poco de tristeza te está previniendo de algún peligro,
de algún posible mal. Siguiendo la hipótesis que expresa que el cerebro capta
más que la persona consciente que tiene ese cerebro es consciente. Pero esto,
como tantas afirmaciones está por demostrar total y científicamente, que yo
sepa. Pero desde luego hay que escuchar al propio cerebro, siempre con
comedimiento y con razones y con veracidad y con racionalidad y con sentido
común.
Como
cuándo te sorprende una enorme tormenta y hay que sobrellevarla con sosiego y
con parsimonia y con racionalidad y con sentido común, pues cuando viene el
huracán de la tristeza hay que intentar sobrellevarlo con paciencia combinada
con prudencia, intentando salir de esta nube, pero con razones y si es posible
con datos. El refrán popular “saca tu cruz a la calle y…”.
Lo
más desconocido que tenemos es el cerebro, y por tanto, no conocemos totalmente
sus vaivenes, y también lo más desconocido son los otros seres humanos, que en
cierto modo nos producen mucha tristeza y mucha alegría, y desde luego la
naturaleza y la cultura y la sociedad-cultura que vivimos como un pez en ella,
en muchos sentidos nos es misteriosa y enigmática.
5.
Unas veces se llora a solas y en soledad y en silencio, otras veces, con otros,
unas veces, por uno mismo, otras veces, por los otros, unas veces nace la
tristeza de nuestro ser más profundo, otras del ambiente y de la sociedad y de
los otros…
La
tristeza es mayor cuando se ha producido por otros, y te la han creado, y tú
eres el malo encima, siendo la persona más bondadosa en ese supuesto o real
conflicto.
La
vida está lleno de árboles caídos y pozos pequeños y grandes por tanto,
sabiéndolo, siempre que sea necesario realizar algo, que sea bueno y verdadero
y bondadoso, pues no puedes caer o intentar no caer en el desánimo, desaliento,
entristecimiento, angustia, pena, desesperanza…
Los
que no pueden llorar con lágrimas, sino solo con ideas o sentimientos o
percepciones, para ellos la tristeza son dobles.
Perdonarse
a sí mismo, y rectificar si es necesario es bueno para que la tristeza no se
apodere demasiado tiempo de nuestra mente, de nuestro cuerpo, de nuestra alma.
El
trabajo es bueno para alejar la tristeza o al menos dejarla en suspenso durante
un tiempo y sobrellevarla mejor.
La
tristeza, a veces, es una señal de un problema interno o externo, que no sabes
como resolver de forma adecuada…
Que
la tristeza no se haya producido por que has hecho o dicho o sentido o caído en
algún tipo de mal o de males, o que otros te hayan llevado a algunas variedades
de mal o de males.
Mucha
tristeza deviene y nace y surge porque miras hacia atrás y te das cuenta que no
has llegado a cumplir y tener las metas que deseabas, y miras hacia delante y
ya sientes y te das cuenta que te resta poco tiempo para conseguir esa
finalidad…
Todo
ser viviente tiene dolores, penas, sufrimientos, angustias, melancolías,
tristezas. Todo ser humano, en mayor o menor grado, en una época o en otra, o
en todas. Pero no nos enseñan a como superarlas, no aprendemos a tener paraguas
para limitar la tristeza y la pena…
Los
humanes religiosos ofrecen las penas y las tristezas como una especie de
sacrificio involuntario a su Ser Supremo, y durante siglos ha sido un método
que ha hecho disminuir el sufrimiento. Sin negar por ello, intentar salir y
solucionar los problemas de la tristeza y sus razones y causas.
La
tristeza es aún mayor cuando eres consciente que ese fardo tan pesado, en gran
parte te lo has buscado tú a ti mismo, por comisión o por omisión. Más duele y
te duele, cuándo crees que te la han producido personas cercanas, que amabas y
que creías te amaban…
Prevé
el futuro, pero no olvides que vives en el presente, no en el futuro, aunque e
presente se proyecta, en cierto modo en el futuro.
No
olvides que hoy te toca a ti reír, y mañana llorar, no olvides que el que hoy
ríe, mañana le tocará llorar.
No
produzcas tristeza y sufrimiento en los otros, ni en ti mismo, a no ser que sea
por una justa y racional defensa ante un mal, y para defenderte tengas que
producir un mínimo de tristeza…
Para
nosotros, nosotros mismos, somos en gran parte un enigma y un misterio, y de
ese volcán y magma nacen muchas alegrías, pero también muchos desalientos y
desánimos y desesperanzas y tristezas y angustias… Conocer y conocerse a sí
mismo, con datos y con conceptos adecuados y verdaderos, es el instrumento más
preciso y lógico para no caer en tantas tristezas, y en salir pronto de ellas.
6.
Conociendo el ciclo de la vida, las alegrías se toman con más templanza y
prudencia, y las penas, se toman con más mesura y más racionalidad y más
sentido común…
Ya
sé que todo lo que te he dicho ya lo sabías, pero quizás es bueno recordar
algunos aspectos… y ahora tú aplícalo a tu tristeza de hoy o la que arrastras
ya tres o diez meses y no sabes como salir de ella…
Para terminar estimado
lector, no olvides que después de la noche viene el alba y el día, y también
después del día vendrá otra noche…
©
jmm caminero (12-18 octubre 2015 cr).
Fin artículo 337º: “Tristeza”.
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