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Artículo Periodístico 336º: “Humildad o modestia”.


                        Artículo Periodístico 336º: “Humildad o modestia”[1].      
                        0. Se podría definir la humildad como verdadero valor de uno mismo consigo mismo, ni caer en el exceso de valor que sería rozar la vanagloria, petulancia, soberbia, o por defecto, caer en la bajo autoestima.
                        1. ¿Hay actitudes, aptitudes, virtudes que hoy son muy difícil de definir? ¿Incluso si nos situamos en la óptica aristotélica definiendo virtud como estar en una situación media o en medio o prudente entre dos extremos, uno por exceso y otro por defecto?
                        ¿Hoy que la competitividad se considera un valor enorme en las sociedades actuales, y el propio valor también, sin ponerle límites como situaríamos la virtud de la humildad o la aptitud o actitud de la humildad o, y modestia, no solo de algunos actos, sino de una forma de carácter unido a la personalidad normal…?
                        ¿Cómo definirla y realizarla, cómo ser humilde, pero al mismo tiempo desarrollar los propios talentos hasta el máximo o la excelencia, y hacerlo con mesura y modestia y humildad, y al mismo tiempo ser humilde pero no dejarse avasallar por el mal y la maldad y los malos o menos buenos que te irás encontrando en el camino…?
                        2. ¿Porque la persona más buena o de mejor voluntad, no puede dejarse avasallar por la persona de menor buena voluntad…? ¿Porque entonces dejaríamos que el mal triunfase en la tierra? ¿Pero la vida trae consigo multitud de circunstancias, situaciones, realidades, problemáticas, dilemas y trilemas? ¿Cómo la persona de buena voluntad, aunque no sea perfecta, sin dejar de ser comedida, mesurada, humilde, modesta no se deja avasallar por las personas de peor o de menor buena voluntad…?
                        El problema de las virtudes y aptitudes y carácter y actitudes buenas, buenas en los diversos campos, pero también en el de la moralidad y ética correcta estriba en como desarrollar y potenciar todos los talentos que cada uno disponga y al mismo tiempo, ser prudente y esa prudencia lleva a ser humilde…? ¿No avasallar al que “aparentemente” es menor que tú, y no dejarse avasallar “al que aparentemente o sin apariencia es mayor que tú”? ¿Saber estar en tu centro de ti mismo, sin avasallar a nadie, sin ser vasallo de nadie, evidentemente según el estado de vida, no es lo mismo, la situación de un monje, de un joven, de un padre de familia, de un anciano…? ¡Pero la dignidad humana y los derechos humanos recaen sobre todos los seres humanos…!
                        3. ¿Vivimos en una sociedad, que en muchos sentidos no tiene valores adecuados, para grandes masas de población y por tanto, la humildad, la modestia, la mesura se entiende como debilidad, falta de personalidad, no tener suficiente carácter, en definitiva que todo el mundo tiene derecho a pisarte…?
                        La baja autoestima es un problema de personalidad, y es una falsa humildad, cada ser humano debe saber que tiene un valor infinito, tenga alma inmortal o no la tenga, que cada ser humano tiene derecho y es causa y efecto y recipiente de todos los derechos humanos de 1948 y de las demás cartas internacionales de derechos, además de los derechos aprobados en su sistema jurídico…
                        ¿Por tanto, todo ser humano debe buscar el término medio entre no caer en una baja autoestima, y no caer en la soberbia, sino estar en esa mesura y medida de la equidad y de la justicia, consigo mismo y con los demás, que en algunos aspectos denominamos humildad, modestia, sentido común en cuanto a la personalidad, etc.?
                        4. Ya sabemos que no es lo mismo, diríamos la moralidad tiene dos planos, que se interrelacionan, uno, tener claro con la inteligencia y la voluntad y la libertad y la equidad, qué es el bien y qué es lo adecuado, en segundo lugar, saber llevar a la práctica, en la multitud de situaciones y actuaciones, esa virtud, en este caso cual es el bien.
                        Es decir, una cosa es saber cual es el bien teórico y práctico, y en segundo lugar, llevar a la práctica ese bien teórico y práctico.
                        Toda la vida moral está diríamos entre estos dos extremos que se interrelacionan, este feed-back, como una especie de corriente alterna, entre teoría y práctica y después práctica y teoría…
                        5. Como todas las virtudes, la humildad está siempre entre dos polos, por un lado estar atento a desarrollar los propios talentos y capacidades hasta el máximo, las capacidades positivas y buenas, y al mismo tiempo, sin dejar lo primero, no caer en el descontento profundo de uno mismo, del propio ser, estar siempre descontento, porque entre otras cosas te quita la paz, la paz interior, y no te deja prosperar, es decir, desarrollar los talentos…
                        6. ¿No caer en la exageración, ni de la modestia, ni de la humildad, porque eso significaría quizás no ser humilde, no ser modesto?
                        Toda virtud o buen carácter que no se note demasiado, que ande en un camino de tranquilidad y parsimonia, de moderación. Todo en moderación y en mesura, como dirían los clásicos…
                        Por supuesto cada persona está en una situación diferente, en distintas etapas de la vida, en distintos proyectos, en distintos estados, en distintas circunstancias, en distintas situaciones. Por eso, la moralidad y la ética correcta, puede resultar demasiado difícil…
                        7. La humildad y la modestia no van en contra, de que cada uno ocupe su lugar, y se ocupe de su deber. Y el que tiene que dirigir una empresa o una entidad que sea, tiene la obligación de cumplir su deber. El deber de dirigir esa entidad, lo hará con modestia y humildad y sentido común y racionalidad y saber especializado, pero también con autoridad. La autoridad es absolutamente necesaria en la sociedad, siempre una autoridad racional y virtuosa, tanto el que ejerce la autoridad como el que es sujeto de recibir la autoridad. En el fondo todos somos sujetos de ambas cosas, en algunas entidades ejercemos la autoridad, y en otros recibimos los efectos de la autoridad. Saber ser y saber estar en cada condición es absolutamente necesario.
                        8. Si te encuentras, difícil hoy, pero si te encuentras con una persona que es racionalmente humilde y modesta y mesurada, trátala bien, porque habrás encontrado un tesoro, un tesoro que podrás aprender y aprehender multitud de aspectos, teóricos y prácticos, ocupe el lugar que ocupe en la sociedad o en el estamento social o económico o educativo o cultural o ideológico.
                        Y habrás encontrado un tesoro, porque cuándo te tenga que decir algo, puede que se equivoque, pero no lo hará por soberbia, ni por petulancia, ni para sentirse superior a ti, sino porque considere que es bueno para ti y para la entidad en la cual os estáis moviendo o de la que estáis hablando…
                        9. Por supuesto la humildad, como carácter o virtud o aptitud o actitud y materialización o concreción práctica en multitud de actos se desarrolla dentro de una ética y una moralidad. Es decir, que se deben buscar que otras aptitudes y actitudes sean correctas, como la justicia, la equidad, la prudencia, la sexualidad, la libertad, el pensamiento, etc. Pero de éstas quizás hablaremos otro día. Todas forman entre si un equilibrio, un sistema, un edificio, una arquitectura…
                        10. Los antiguos decían que incluso los malos valoran la humildad y la modestia aunque no la sigan, aunque no valoran otras virtudes.
                        Pero nosotros debemos decir que la humildad, la verdadera humildad y modestia, hoy por hoy, está tan poco valorada, que parece que es algo impracticable, es algo imposible de conseguir, es algo negativo, algo pernicioso, algo que no vale para nada…
                        Aquí tenemos un caso de la complicación del mundo en el que nos movemos, lo bueno se percibe como negativo, lo negativo como positivo…esta es la verdadera transmutación de los valores, lo malo se considera bueno, lo bueno se considera malo o no eficiente. Aquí Nietzsche, por desgracia metió mucho la mano, y ha tenido por desgracia en esto muchos seguidores.
                        Pero el grave problema es que una sociedad, civilización, Estado, país no puede sobrevivir y progresar si la mayoría de la población no tiene una idea adecuada de la moralidad y de la ética, y la mayoría de la población no sigue las morales correctas. Porque el cemento de la sociedad es la moralidad correcta. El sistema jurídico, en el fondo, no puede funcionar si la mayor parte de la población no sigue, no acepta una moralidad y ética correcta, a nivel teórico y a nivel práctico.         
                        Nadie se rasgue las vestiduras, sino más bien piense y observe y obsérvese a si mismo… ¡Ya tiene hoy tema para pensar! ¡Buen día…!
                                                                       © jmm caminero (05-15 octubre 2015 cr).
Fin artículo 336º: “Humildad o modestia”.
                                                                                  *


[1] Enviado al periódico digital El Día Digital.es Clm, el día 15 de octubre del 2015. Publicado el 21 de octubre 2015.

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