Artículo 5.086º: “Besando Zaragoza, VI”.
Una ciudad es como un feto en el
vientre sagrado de su madre, va creciendo por capas. Una ciudad es la suma del
feto de una urbe que va creciendo durante siglos o milenios.
Zaragoza es el nacimiento de siglos y
milenios. Roma la puso en el mapa,
pero antes de Roma, por estos
andurriales ya existieron poblaciones. No debemos olvidar el principio, “antes
de la muerte hay vida, antes de Roma hubo vida en esta Península”. Frase que es
un Perogrullo de perogrullada. Pero toda ciudad son muchas ciudades, no solo en
el tiempo y en el espacio, sino cada persona que la habita o que nace en ella,
o que la habita, para cada persona la misma ciudad es distinta ciudad. En cada
ciudad existen tragedias y existe comedia y existe tragicomedia.
Siempre
sentimos y percibimos, no sé porqué y por qué, las alegrías de las ciudades y
sus rincones y sus rostros que mueven y se conmueven, pero también captamos el
dolor de la ciudad, en sus rincones y en algunos rostros que se mueven y
conmueven. Es la doble realidad, es aquello “que siempre habrá pobres entre
vosotros”, refrán semítico que El Nuevo Testamento recuerda y cita.
Pero toda la historia de la humanidad, uno de sus fines y motores, es que no
existan pobres, no exista sufrimiento, no exista angustia, no exista pena, o
exista menos. En parte lo hemos conseguido, en muchos factores, hoy, hay menos
dolor que hace cien años, menos que hace tres siglos…
Ciudad
vieja o casco viejo de Zaragoza, que
casi sigue teniendo la forma de los campamentos de las legiones romanas. Los
romanos pueblo práctico, ese pueblo que despreciaba las pirámides egipcias
porque no servían para nada, pero alababan las construcciones para el pueblo,
porque La República Romana siempre
escuchó al pueblo, en mayor o menor medida. Cuántas veces hemos ido desde la Plaza de España hasta la Plaza del Pilar, y, siempre hemos
intentado bucear en La Basílica, observar y ser observado por las piedras, esperar
de la Trascendencia, siempre algo, acercarse a ese Algo Infinito Personal, eso
es la definición del monoteísmo.
El
tejido antiguo de la ciudad, en el que hay que ser prudentes, la prudencia es
la virtud del viajero. Porque hemos indicado que en lo antiguo está la belleza,
pero también existen dolores. Sea prudente viajando en la ciudad, si puede ser,
vaya acompañado, aunque sea muy romántico e idealista ir solo y en soledad. Si
es posible acompañado por algún autóctono, si es posible en grupo, si es la
primera o la quinta vez. Tenga cuidado. No deseo que mis palabras y artículos
equivoquen a las personas. Toda ciudad tiene sus colores brillantes pero tiene
sus colores grises y negros y sus peligros.
Que
recuerdes a esa ciudad, que has visitado, una o diez o cincuenta veces, ya de
mayor, sin ninguna sombra negra y dolorosa. Esto hay que contarlo… Toda ciudad
está llena de plazas, plazas que se comunican, en este caso: Plaza de Santa Marta, Plaza de Santa Cruz,
Plaza de Justicia, Plaza de San Pedro Nolasco, Plaza de San Felipe. Y, en
cada plaza, raro es que no exista una iglesia. La Península Ibérica está llena
y rellena y trufada de plazas, plazas casi todas, con nombres populares y con
nombres religiosos. Se dice que España es el territorio de las mil vírgenes,
pero desde luego de las cientos de miles de plazas… ¿Cuántas plazas existen en
Zaragoza, cuántas en España? Dejo la pregunta a los sesudos investigadores…
La
Calle Alfonso
tiene algo especial. Al fondo la Basílica, su medio huevo ovoide. Leí
una vez que la arquitectura es la copia del huevo puesto sobre edificaciones
rectangulares o cuadradas o exagonales o circulares. Si nos fijamos bien,
quizás este aserto es verdad. Siempre una planta rectangular o similar, y, casi
siempre medio ovoide encima, que denominamos cúpula. Y, casi siempre lapiceros
de piedra o ladrillo apunando al cielo –sean minaretes o torres de iglesias, es
como ese deseo humano de entrar en el cielo y en el Cielo, son los obeliscos
del monoteísmo-.
Hemos
viajado por esta calle, muchas veces, de arriba hacia abajo, de abajo hacia
arriba. Al final los hombres hacen a las piedras, las piedras hacen a los hombres.
Como en todo y en casi todo… La Naturaleza nos hace, nosotros de alguna manera,
transformamos la Naturaleza, y, en ese viaje en el tiempo somos. Desde Lucy, que se considera el primer ser
humano de la primera especie humana, por cierto una hembra, hemos ido haciendo
de las piedras otras cosas, de la Naturaleza otra cosa. Somos en el cambio de
la Naturaleza –dejemos esta frase enigmática, por eso de las mezclas de
lenguajes en el lenguaje-. Al final, una ciudad es cambiar la Naturaleza y la
Naturaleza: hacernos y cambiarnos a nosotros mismos. Una calle, como la Calle
Alfonso, es un resumen y síntesis de todo ello. Es tomar la Naturaleza
y cambiarla, pero al mismo tiempo, la Naturaleza y la Naturaleza de la calle
nos cambian a nosotros. Caminamos por las calles, pero quizás no nos fijamos en
la calle, no nos fijamos en los que andan por ella, no nos fijamos en nosotros
mismos. Quizás, quizás no seamos conscientes de la calle… ¿pero la calle será
consciente de nosotros…?
Me
gustan los Mercados, también Zaragoza tiene Mercado y Mercado Central, todavía
abierto a la venta. Quizás abierto en una zona compleja, por lo cual la
prudencia debe ser una medalla a situarse/ponerse, como antes hemos indicado,
no puede ir solo y en soledad y en solitariedad, vaya con autóctonos, y, en
grupo, si es posible. Este Mercado denominado de Lanuza, con ya casi un
siglo y cuarto. Quizás, las Autoridades por distintos fines, recuperar zonas
entre otras, podrían celebrar y conmemorar en siglo y cuarto de su existencia,
inaugurado el actual mercado en 1903. Supongo como en otras ciudades, edificado
sobre mercados anteriores, incluso de puntos de ventas que pueden tener un
origen medieval o mas. Porque los mercados se situaban casi siempre, en las
entradas de las ciudades, en explanadas que después fueron plazas… Es difícil
narrar y contar, no solo lo blanco y dulce, sino también lo gris y ácido. Nunca
he entrado en el Mercado de Lanuza, en esté Mercado es cierto que lo he rodeado,
creo que estaba en obras las veces que visité esa plaza, alguna buscando una
librería, que supongo seguirá estando. Ahora, según mis noticias abrió/reabrió
su historia de siglos, al menos el lugar, hacia el 2020.
Dejemos
el artículo este conjunto de palabras, reduzcamos el número de términos y
vocablos. Al final, toda palabra es una imagen y un símbolo y un signo y una
metáfora. Zaragoza es una frase, una frase que debe usted visitar y percibir y
meditar…
http://twitter.com/jmmcaminero © jmm caminero (20 julio 2025 cr).
Fin artículo 5.086º:
“Besando Zaragoza,
VI”.
E.
14 septiembre