Artículo Periodístico 4.196º: “Las cosas pequeñas y Carmen Rigalt”.
La inmensa mayoría de seres
humanos hacemos y solo hacemos cosas pequeñas, palabras y actos pequeños y
rutinarios y habituales, pero sin ellos el mundo no funcionaría.
No
digo que no sean importantes, esos grandes actos que los grandes poderes
deciden e influyen a/en millones de personas. Ni tampoco voy a negar, que
algunos de esos actos pequeños que realizamos los humanos, afectan o nos
afectan durante toda la vida y toda la existencia. Por lo cual, uno, siente por
un lado que hacemos muchos actos pequeños, tomar un café, pongamos por caso, y,
otros actos que pueden ser más o menos pequeños, medianos, que afectan o nos
afectan a otras personas, durante toda la vida, incluso después a otras
generaciones de descendientes, aunque no sean conscientes…
En
este recorrido por el columnismo que hemos tenido y en el que somos y en el que
estamos me he encontrado con un artículo que ya he besado varias veces, a lo
largo del tiempo. Una columna de Carmen
Rigalt, El misterio de los calcetines desparejados, que vio la luz de
la tinta negra sobre papel, en El Mundo, del 06 del 09 del 2005.
Este
artículo entra en el concepto del nuevo periodismo, que unos dicen que viene de
América del Norte, otros, indican que ya estaba aquí situado en nuestro terruño
desde hace generaciones, pero que en definitiva, en el columnismo del que nos
ocupamos es tratar de temas cualquiera, desde un botijo o unos calcetines o una
frase de un vendedor de tomares o de un ministro, y, desde ahí, o desde allí
por inducción o deducción o el método circular del que hablan, terminar
haciendo retórica de temas metafísicos o de esenciales filosofías culturales o
sociales o políticas o económicas.
Podría
perfectamente redactar este mismo artículo, quitando el párrafo en que cito a
esta escritora y columnista, Carmen
Rigalt, y, el artículo en sí, quedaría esencialmente igual o a semejanza
igual. Pero tengo un doble motivo, uno, es homenajear, a los articulistas que
están a mi lado, o antes que yo, porque creo que tenemos que aprender y
aprehender el oficio del agradecimiento, todos hemos aprendido de todos.
Segundo, que se perciba que el columnismo como subgénero literario y
periodístico tiene una tradición de siglos, en España, al menos tres siglos.
Somos unos herederos de otros…
Tenemos
que ser conscientes, cada día, cuántas cosas, realidades creadas por los seres
humanos o cosas naturales, utilizamos, desde los tomates que degustamos hasta
los garbanzos, hasta el billete del autobús, hasta un vaso con agua, y, mil
cosas más. Todas esas realidades pequeñas nos hacen como somos en mucha medida, nos hacen como desearíamos ser.
Ya
sé, dirán algunos, que habría que tener una veta en cuenta de que existen
diferencias de utilización de cosas en nuestra sociedad. Unos se van de turismo
a Tokio un mes, y, otros, no han salido de la Península Ibérica. Pero si sirve
de consejo, nadie es el hombre o la mujer cien. Cada ser humano tiene o está
formado por decenas de factores, variables, vectores, funciones. En unos estás
en la media, en otros por debajo de la media, en algunos por encima de la
media. Recuerdo a Picasso que dicen
que decía, que le daba envidia su peluquero porque sus hijos iban a comer a la
casa del peluquero, y, los hijos de Picasso
pues no… -supongo que será una cita real-.
Todo
el mundo, siguiendo el refrán castellano de siglos, lleva su cruz, y si sale a
la calle encontrará que otros la arrastran más grande y otros más pequeña. Pero
el axioma refrán de siglos de Castilla se olvida de algo, que no llevamos todos
y todas, una cruz o su cruz, sino que llevamos varias. Algunas duran solo días
o semanas o meses, otras años, algunas se transmiten a generaciones futuras
incluso, y, las llevan también descendientes, sin saber cómo y porqué les ha
tocado ese peso y ese gólgota. Pero así es la realidad.
De
ahí, que las cosas pequeñas sean tan importantes, de ahí que las cosas pequeñas
sean grandes muchas veces. De ahí que de las cosas pequeñas hemos hecho grandes
cosas, y, con el tiempo grandes cosas parecen cosas pequeñas y cosas pequeñas
se transforman en cosas grandes. Dicen que estamos cambiando una etapa
histórica que está apareciendo una nueva etapa histórica a y en todos los
sentidos. Con cambios que no podemos imaginar, creemos que vendrá la
informática cuántica que cambiará todo, que habitaremos el sistema solar, que
quizás, exista una Autoridad Política Mundial, que y que… pero no sabemos como
será el mundo dentro de cincuenta años. Al menos, este modesto articulista no
lo sabe…
Pero
si sabe que los calcetines desparejados de Carmen
Rigalt tienen mucha importancia, si sabe este modesto articulista que deben
ser los españoles, más generosos con miles de columnistas que a lo largo de
estos tres siglos, nos han ido ofreciendo opiniones de casi todo, aunque en
casi todo se hayan equivocado, porque han intentado abrirnos nuevos horizontes.
Por ejemplo, que usted, que va en metro o en coche a su trabajo esta mañana, se
dé cuenta que el cenicero es importante. Que es una cosa pequeña pero
importante. Paz y bien.
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (20 abril-05 mayo 2024 cr).
Fin artículo 4.196º:
“Las cosas pequeñas y Carmen
Rigalt”.
E.
05 mayo