Artículo 4.799º: “¿Existen psicópatas en la cultura y Bárbara Blasco”.
No deseaba entrar en este tema,
menos en la actualidad del tema, pero siempre me he planteado el problema del
mal, por tanto, siempre he acabado en el tema de la psicopatía.
Hace unas décadas se hablaba de
esta realidad entre psicópata o sociópata. Y, según algunos autores, la
psiquiatría mostraba algunas diferencias entre estas dos clasificaciones.
Actualmente, desconozco que situación está ésta realidad práctica y teórica.
También es cierto que para explicar las realidades del bien y del mal,
sucedidas en la Historia e historia, especialmente, el estudio del siglo
veinte, cuándo se produjo un “mal radical organizado industrialmente”, pues los
humanos llevamos décadas de siglos planteándonos el problema del bien y del
mal.
El mal y la maldad es esas
hecatombes negativas del siglo veinte, pero existe y existió mucho bien y
bondad en el siglo veinte, encarnadas en personas, por ejemplo, Pío de Pietrelcina, y, también en
multitud de normas: Sanidad Universal, Derechos Humanos Universales, Democracia
como sistema universal de entendernos en el mundo, la Dignidad de la Mujer
igual a la del Hombre, etc.
Estos días, supongo que
continuará durante varias semanas, a raíz de un acontecimiento de un libro,
pues los periódicos están llenos de artículos y noticias sobre este tema, e,
incluso las tertulias de radio y televisión. Y, debo confesar que he intentado
no tocar el tema, porque existe un capítulo, duro y grave, que se habla con
taxonomía de los “psicópatas incardinados en la sociedad”.
En definitiva, esos que pueden
estar al lado nuestro, y, no darnos cuenta de ello. Que siempre tienen una
excusa o motivo para hacer un mal, y, demasiadas veces, encima son tomados como
buenos, las victimas son los malos, y, los verdugos son los buenos. Antes, hace
unas décadas se hablaba que la población psicópata en mayor o menor grado, era
el uno por ciento, ahora se habla de un poco más. Pueden que esos psicópatas no
hagan crímenes de sangre nunca. Pero si hacen y destrozan a otras personas, o
lo intentan, cercanas o lejanas. Esta es la realidad. Es más, demasiadas veces,
son más estimados y estimadas que las personas de buena voluntad, más incluso,
que los que sufren sus psicopatías… Se buscan una razón que guste al grupo y
destrozan a otros individuos –en los trabajos, en las familias en sentido
amplio y restringido, en las entidades sociales, y, en multitud de lugares y
tiempos-.
Me he encontrado, por este viaje
que voy haciendo por el articulismo de hoy y de estos tres siglos, con un
artículo, que ya el título me ha llamado la atención: Psicópatas culturales,
firmada por la notable escritora y periodista Bárbara Blasco, publicado en El Mundo, el día 25 de marzo del
2025. Debo confesar que el título del artículo me ha llamado la atención, cosa
que es real. Las personas que nos dedicamos a la cultura, hayamos tenido éxito
o hayamos fracasado, somos conscientes que nos hemos encontrado personas, de
una alta moral en estos terrenos, pero otros, tienen una baja moral. Es la
realidad, pueden llegar a ser genios o genias en sus artes, pero su corazón
tienen heridas enormes…
Voy a citar una frase que me
parece genial de esta escritora y de este artículo, la pondré textualmente: “En
esta vida he conocido a algunos ´psicópatas culturales, gente con una gran
sensibilidad para un libro, para una película, capaces de conmoverse hasta las
lágrimas con un personaje, con una estética, pero incapaces de cualquier
empatía hacia el ser humano que tienen al lado”. Creo que esta frase es genial
y es una obra maestra en sí. Es aquello, salvando las distancias, que llevamos
décadas rompiéndonos la cabeza. Aquellas personas que por la mañana gestionaban
un campo de concentración en Europa central hace ocho décadas, y, por la tarde,
jugaba con sus hijos, y, por la noche asistía a un concierto de Mozart y Bach y Wagner y Beethoven…
Este es el misterio de la vida, uno del misterio de la vida…
Llevo toda la vida, en mis
posibilidades conceptuales e intelectuales, intentando descifrar el misterio y el enigma del bien y
del mal. Debo confesarlo. Hay escritos y textos personales repartidos por
diversos lugares. Pero debo confesar que estas frases de esta autora, toca la
esencia de este problema. Yo, yo podría indicar algo semejante, pero no citar a
esta escritora y articulista, -que por otro lado, nadie piense mal, no conozco,
ni supongo, jamás conoceré-. Pero creo que hay que dar al César lo que es del
César…
Personalmente, yo siempre me he
preguntado que para descubrir el misterio del mal, hay que escuchar y oír a las
personas que hacen el mal. Creo que hay que escucharlas, y, quizás así
entenderíamos mejor el mal y la maldad, y, quizás así podríamos curarlas de
alguna manera, o que no fuese tan extenso el mal que se hace, igual que el
médico estudia y analiza e intenta curar la enfermedad de la persona enferma.
Creo que desde todas las ciencias
sociales, la filosofía, las artes, las teologías tenemos que estudiar el
problema del mal. Es más, algunas veces, he pensado que con todo el respeto y
dignidad del mundo, cuando alguien que ha sido condenado y sentenciado como que
ha hecho un mal enorme. Se debe cuándo fallezca estudiar su cerebro, quizás
para entender mejor el mal, quizás para intentar preverlo y prevenirlo y
curarlo, en la medida de lo posible...
Debemos terminar este artículo.
Uno mismo que lleva décadas en la cultura, uno se hace la misma pregunta que el
artículo que mencionamos, cómo también en la cultura, existen tantos “psicópatas
incardinados en la sociedad”. Alaban a los maestros y profetas muertos, pero
pisan a los vivos. Solo quieren ser ellos o ellas los protagonistas. Un día se
debería escribir sobre el navajeo en la Cultura. Un día o una tarde… Paz y bien
y bondad…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (26 marzo-06 abril 2025 cr).
Fin artículo 4.799º:
“¿Existen psicópatas en la
cultura y Bárbara Blasco”.
E.
06 abril