Artículo Periodístico 3.905º: “Echo en falta, que alguien escriba de las golondrinas”.
Si,
hecho en falta, que alguien hable en la calle, se escriba en los periódicos, de
las golondrinas, casteñeteras, del día de los santos, de los mil temas de la
vida diaria y rutinaria.
Por
si usted, no lo sabe, en la tradición del articulismo de nuestro terruño, era
lógico y normal, durante décadas, quizás, desde Alarcón y Larra y Mesoneros y Fernán Caballero, y, quizás, quizás
antes, cuándo no existían temas del actual presente importante, o, cuándo
existían pero no se podrían o podían tocar. Pues hablar de los temas típicos y
tópicos. Y, siempre que se dice, “eso de la castañas en el otoño de Madrid”. Ya
sabe el interlocutor de qué se está narrando…
Pero
mi modesta pluma de plumífero con tinta de colores, no deseo que sea negra, ni
solo de un tono, sino de muchos. Si deseo que volvamos a hablar, de temas, que
parecen intrascendentales. Y, estos son miles, pero miles son las realidades de
cada día, de cada silencio, de cada gorgoteo del mundo. Todos los días nacen
niños y niñas, todos los días fallecen ancianos y ancianas, y, también, de la
media vida. Todo ese tapiz y alfombra conforman el mundo presente. Todos los
mundos… ese cocido que unas manos cariñosas hace cada día, y, que nadie quiere
hablar de ellos. Pero eso es y forma parte de la vida. No solo los grandes
movimientos geopolíticos –que por cierto, casi tampoco se habla, se narran
presentes de cosas del presente, pero no los hilos que mueven el teatro del
mundo, no los guiones del teatro del mundo, no las grandes ideas del teatro del
mundo…-.
La
vida es paradójica, siempre me he preocupado y ocupado de los grandes temas y
cuestiones, de esas realidades que están en la esencia y en el fundamento de
multitud de cuestiones y preguntas. Siempre buscando la esencia y, creyendo,
que de ella, como árbol nace multitud de aspectos de la realidad… se bifurca y
trifurca y tetrafurca y pentafurca, como ríos y arbustos y enormes árboles.
Aquel trauma que una niña o niño sufre, y, que después, con el transcurrir de
los años, se convierte, en otro trauma mayor. El trauma de la infancia se
aquilata en otro mayor. Nadie se acuerda del original, quizás, ni siquiera el
que lo sufre y padece, pero es el nacimiento de todo y del todo… ¡Esas heridas
que van sangrando, a gotas o borbotones en casi todos los ojos…! ¡De eso hablo,
de eso escribo, aunque usted, no sea consciente de ello, no sea capaz de
valorarlo, no le parezca importante…!
Pues
de todo eso, deseo hablar, de las castañas que vende esa mujer o ese hombre, en
una acera, en el principio del frío del invierno, de esos traslados masivos de
corazones por las geografías, hacia sus pueblos o hacia las aguas saladas, de
esas comidas en silencio o en grupo, de esos amores y desamores, que tantos
millones de seres humanos sufren. De esa falta de una correcta ética y moral,
que estamos aprendiendo, y, estamos practicando, y que será, la fuente y la base
y la sementera de enormes cantidades de sufrimientos y penas y angustias y
temores y dolores… de esas personas que son pisadas por otras, en multitud de
ámbitos, y, nadie se acuerda de ellas.
De
todo eso hablo y escribo, aunque usted crea que no… Porque se puede indicar, no
beba usted tanto, que no es su estómago una bodega de conservación de alcohol,
que es usted algo más que eso, que no le hagan ser un ser más animal de lo que
ya somos, que somos racionales y con libertad y posiblemente, con alma inmortal.
No convierta usted su esófago en acumulación de alcohol. Se puede decir esto o
eso, o, se le puede indicar, con una frase corta y moderada y mesurada: “debe
usted autocontrolar sus pasiones y deseos”. Y, con esta oración le estoy
anunciando y expresando mil temas, usted lo aplica después al que quiera…
Con
esta última frase y enunciado y concepto e idea y proposición, le estoy
insertando en siete palabras, todo un mundo de autoconocimiento y autocontrol y
automoral y autodignidad y autolibertad y autoamor hacia si mismo… le estoy
insertando un deseo de paz y bien y verdad y bondad y belleza y racionalidad y
prudencia…
Puede
que usted no sea consciente de lo que le estoy indicando, pero le estoy
ofreciendo una modesta fórmula de siete o diez palabras, que usted puede
aplicar a mil cosas… le estoy hablando de los garbanzos madrileños o del
tojunto manchego o, quién sabe, si de una obra de arte, o de un recuerdo, o de
una idea o de un concepto… le estoy hablando de las golondrinas que están
viniendo esta primavera o de las cigüeñas que ya no se marchan, porque el frío
se está alejando de esta Piel de Toro…
¡Pero
créame le estoy hablando de mucho más, al hablar de cosas pequeñas, le estoy
hablando de cosas grandes, al hablar de cosas de fuera, le estoy hablando de
cosas de su interior…! ¡Ahora, espero y supongo que sea capaz de entender y
comprender, entenderse y comprenderse, porque de eso es este género, el del
articulismo, darle palabras para que usted se vea en ese espejo, y se entienda
y comprenda mejor, por ejemplo, de las golondrinas y de las cigüeñas y de las
vendedoras de castañas…!
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (09-20 nov. 2023 cr).
Fin artículo 3.905º:
“Echo en falta, que alguien escriba de las golondrinas”.
E.
20 noviembre