Artículo Periodístico 4.390º: “El articulismo bronco y duro y venenoso…”.
Existen grados como en toda
actividad humana, pero existe demasiado columnismo de opinión que es demasiado
ácido para mis carnes y mis luces y mi corazón y mi cerebro.
No
me sitúo en esa trinchera. Es cierto, que existen análisis y hay que analizar,
y, analizar es trocear en partes, y trocear en partes es evaluar y autoevaluar.
Uno, no es perfecto, no es perfecto, pero no desea caer, cree que no ha caído,
ni en la vida normal y rutinaria, salvo alguna excepción que haya podido
existir, ni en la vida de escritura, en análisis duros y reduros. No es el estilo
como persona y como personalidad, ni desde la psicología, ni desde la moral, ni
desde la espiritualidad. Ni desde el sentido común, pero la falta de
heterocrítica hacia otros, personas o entidades, ha llevado a pensar a muchos, que no tienes criterios, ni
personalidad, ni cabeza bien amueblada, por tanto, siempre has sido uno a dejar
al lado, a no invitar a las tartas del pequeño poder, menos de los medianos…
Pero
se paga un precio muy alto. Hoy, está en el candelero el columnismo duro y
bronco, salvo excepciones. Llevamos décadas en eso. No cito casi nombres, para
criticar nada negativo, casi todo es en abstracto y en general, y, como las
tartas, así, cada uno recoja el trozo que desee o que pueda o que quiera. No
cito nombres para criticar negativamente. Solo nombro para elogiar, y la
crítica o la evaluación negativa, siempre es de algún aspecto. Dejo toda esa
crítica a toneladas negativas, con
adjetivos tan lacerantes que rompen el alma, las dejo para otros, las dejo para
otros que han existido o existen en el articulismo. Pienso todavía que la
bondad y el bien en el mundo son mayores que el mal y la maldad, si no fuese
así, el mundo se habría terminado. O, eso creo yo. Por eso intento ponerme en
las filas del bien, aunque con muchos errores conceptuales o estéticos o
culturales o de todo tipo…
No
sé, si respirar este aire y producir sombra me quedan unos cientos de días o
unos miles de días todavía. No lo sé. Pero si sé, que ya estoy en la
trayectoria final, digamos en la tercera edad, no soy anciano, no soy viejo,
pero si estoy en la tercera carrera de la vida. Debo, y, usted también, esté en
el trayecto que esté, tengo que ponerme en paz conmigo mismo, déjenme por
favor, ponerme en paz con el Buen Dios.
Si
alguien piensa que he sido muy malo con él o con ella o con sus cercanos, si
tiene valor “rece para que a sus hijos e hijas y nietos y nietas lo traten como
a mi me han tratado”. Pero les digo antes y de antemano, no lo hagan, porque
quizás, ellos o ellas, que me consideran tan malo, no serían capaces de
soportar la mitad del peso que he tenido que llevar yo… Porque en la vida, a
muchos malos se les llama buenos, y, a muchos medio buenos se les denomina como
malos. Si existe el Buen Dios, quizás, nos demos cuenta, pero entonces ya será
tarde, y, quizás hayamos colgado a un inocente en vida, lo hayamos colgado en
el ostracismo y en el silencio y en el ninguneo y en la marginación, hayamos
colgado a un inocente como en el Viejo
Oeste… Porque entonces no te valdrá en tu propio juicio decir, es que yo
no lo sabía, porque tú juzgaste sin oír una parte, solo con una, la una que te
interesaba y obtenías beneficios sean sentimentales o de otros tipos…
No
me gusta el articulismo duro y bronco, que tanto se practica, no me gusta, y
pago un precio muy alto por ello, porque nadie me va a contratar, porque en
todos los medios, quieren algunas firmas que sean broncas y otras que sean más
racionales, y, pocas que traten otros temas, además de los sociopolíticos. No
me atrevo a juzgar que todo acto de equis personalidad, sea hecho con mala
voluntad. Puedo entender que esté equivocado, pero para eso, se exponen razones
y argumentos y datos, y, se trata al personaje y a la persona con bondad y
piedad y misericordia. No con adjetivos y substantivos broncos y ácidos y con veneno…
Quizás,
nunca haya sido capaz de llegar a entrar en ninguna puerta de ninguna mansión o
palacio o monasterio o catedral del saber. Porque nunca me he situado en ningún
lado, porque siempre he creído que en humanidades, nadie tiene la verdad
absoluta, ni el error absoluto y total. Eso sí, en una tema o cuestión de
humanidades, si existen diez opiniones, no todas tienen el mismo grado de
verdad y el mismo grado de error. Pero en otro tema, los que tienen las luces y
las sombras son otros…
En
el fondo, lamentablemente para mí, soy un librepensador, en el articulismo de
opinión es bueno, hablar algo del ethos y del yo, no es por mismidad o
solipsismo o vanidad-soberbia-egocentrismo, sino que es por el género que lo
exige, según los grandes tratados y tratadistas y tesis doctorales sobre este
tema…
Por
tanto, no quiero entrar en que un artículo de mi firma, sea como una corrida de
toros, que alguien tenga que morir, aunque sea simbólicamente y con palabras.
Deseo y quiero que en mis artículos no muera, ningún toro, ningún torero,
ningún aficionado, ni ningún espectador-lector invitado a la fiesta del
columnismo de opinión. No lo deseo. Espero que antes de dejar mi último
respiro, alguien valore esta forma de actuar con las palabras y las ideas y las
imágenes y las metáforas. Paz y bien.
http://filosliterarte.blogspot.com.es © jmm caminero (21-25 agosto 2024 cr).
Fin artículo 4.390º:
“El articulismo bronco y duro y
venenoso…”.
E.
25 agosto