Artículo 5.269º: “Sobre la tristeza y Carmen Rigalt”.
Tenemos que hablar un poco de la
tristeza, en un bocadillo de ochocientas palabras poco podremos dialogar, pero
hay que incidir en el columnismo sobre alegrías y sobre tristeza.
La
tristeza como la alegría, como toda realidad humana es una especie de escalera,
algunos dirían de laberintos, y, al ser una escalares existen distintos niveles
y dimensiones y variables. Y, aunque podamos decir, que la tristeza es
semejante a todos, o a la mayoría, por otro lado hay diferencias entre los
seres humanos. Hay distintos grados de tristeza y de pena y de angustia y de
desamparo y desesperación y de depresión. Ahora, desde hace unas décadas se
habla de depresión, antes se habló durante siglos de melancolía, a veces, de
nostalgia como una melancolía suave.
La
realidad es que tenemos un globo encima del cuello, que se interrelaciona con
todo el cuerpo, y, que forma una unidad psíquica-mental –no entramos si
disponemos de alma-espíritu inmortal, como dicen todas las grandes
espiritualidades religiosas-, y, la realidad es que ese globo no sabemos cómo
es, en todas sus formas y maneras. Se indica que este siglo, cuándo termine los
setenta y cinco años que faltan, los humanos habrán alcanzado un gran nivel de
conocimiento del cerebro. Y, si esto es así, se piensa que conoceremos mucho de
nuestro ser más profundo, y, de lo que hemos ido creando a lo largo de
milenios. De todas formas la psicología, psiquiatría, neurología y ciencias
afines han dado un paso de gigante en estos dos últimos siglos en estos temas.
Cómo
algún lector o lectora sabe voy haciendo un viaje por el columnismo o
articulismo de opinión de Celtiberia, de estos tres siglos. Y, el procedimiento
que realizo es ir mencionando algunos artículos concretos de algunos nombres.
Hoy, hoy me he topado con uno de Carmen
Rigalt Tarragó (1949), así de este modo recuerdo mínimamente la
historia del articulismo, así también recuerdo a los escritores y escritoras
que antes que nosotros nos han precedido. Aunque esta autora, se puede entender
que es de mi mismo época mía, de la Generación del 75-80, de la época de la
Transición, pero desde luego, es obvio y evidente, que estamos ante una manera
de ver el mundo diferente. Cada literato/a dispone de una forma de sentir,
resentir, consentir, reconsentir, pensar, repensar, percibir, repercibir el
mundo. El mundo interior y el mundo exterior. Igual que tenemos un rostro
diferente y andamos de distinta manera, con matices. Nuestra escritora que
comentamos, puede realizar viajes con la imaginación y las palabras a los
grandes temas, pero también a los pequeños.
Aquí,
aquí siempre nos estamos enfrentando a la retórica, de que para muchos sólo es
articulismo aquel que se hace sobre política y economía y algo de
acontecimientos culturales. Pero la realidad actual, es que quizás un millón de
personas, hoy, quizás estén triste, con tristeza por mil razones o mil causas.
Esta es la realidad. Somos seres humanos que sentimos pena y alegría, felicidad
y profunda tristeza, que cada día nos caen, cinco o cien cosas buenas, y,
quizás dos o tres malas. Pero siempre se ha dicho, todo el organismo te
funciona bien, cientos de funciones corporales y mentales, pero de ellas no te
acuerdas, ya que están en buen estado, pero te duele un diente o una muela, y,
llevas mala cara por la calle.
Al
hablar de la tristeza hoy, intentamos proporcionar un vaso de agua fría en
agosto o un buen café calentito en diciembre, para sosegar un poco, intentarlo
al menos, el espíritu y el ánimo de un lector hipotético o lectora que nunca
conoceré. Esa es mi intención, Que cuando termine de leer este texto, se diga,
bueno, voy a abordar la tristeza que llevo hoy, con un pequeño matiz diferente,
quizás tengamos la suerte de aliviar un poco, algún dolor-triste o
triste-dolor…
Decía
me he encontrado con un artículo de Carmen
Rigalt, titulado: La larga marcha de la tristeza,
desconozco el día de publicación, ni el avión-periódico que lo hizo, pero se
encuentra anidando en el libro de artículos de la autora, que tituló: Todas
somos princesas. Creo que buen titulo para un libro. Una mujer
escritora y una escritora mujer que una gran parte de su producción, no toda,
ha dedicado al análisis y la observación del mundo interior…
No
sé, si nos educan para la tristeza, tristeza que tiene muchas formas. No sé, no
sé si nos envían al mundo, sin pensar y sin educarnos en/para/a la tristeza. No
es buscar la tristeza, pero la tristeza como los inviernos te llegarán y como
las noches también. No sé, si las antiguas generaciones, las nuevas están
preparadas y preparándose para la tristeza, no sé, si mi generación lo estaba.
Ahora, que en las familias, por lo general, el niño o la niña son únicos,
quizás a lo sumo dos, no entramos en excepciones. No sé, si se le da mucho, por
parte de padres y tíos y abuelos y, no sé si se le está preparando que también
sepa que existe la frustración y el dolor. Y, ambas realidades pueden tener
muchos motivos y muchas causas.
También
es cierto, que hoy un niño, también quizás percibe y perciba muchas tensiones
en la familia y en la sociedad y en las escuelas y en la calle y en la
televisión y en Internet, quizás más que antes. Existen muchas realidades
complejas en los senos familiares. No podemos negarlo.
Qué
hacer con la tristeza, como luchar contra ella. Hemos dicho que viene, en algún
grado, de alguna manera, cada día, algunas son grandes y otras pequeñas. Unas,
duran minutos, otras días, otras meses y otras años… Qué hacer con la tristeza,
podemos volver a preguntar.
Sólo
tengo una solución a la tristeza, creo que la manera más eficiente de pelear y
luchar y combatirla es tener una ética teórica correcta, y, una moral correcta,
una moral práctica. Porque te evitará muchos problemas. Te evitará caer en
muchos problemas-tristezas. Y, si te llegan las tristezas, que te llegarán, las
podrás combatir mejor con una moral correcta y más correcta. Quizás esta
solución no gustará, pero es la única que tengo, para expresar en mil palabras,
además de consultar con los especialistas y expertos, psicólogos, médicos...
A
nuestra escritora, Carmen Rigalt, le
invito a usted que la lea, lea artículos de ella, además de narrativa, pero
aquí estamos en las columnas periodísticas, porque estos son pequeñas tapas
para sobrellevar mejor la vida, para entender mejor la vida… a ella, si le
llega este artículo, que supongo jamás leerá, le sugeriría que fuese haciendo
un directorio de todos los artículos de opinión que ha escrito durante toda su
vida. Varios miles… quizás tres mil, quizás cinco mil –además de sus crónicas,
noticias, reportajes, entrevistas que haya realizado a lo largo de décadas de
periodismo de alto nivel, como el que ha hecho-. Paz y bien.
https://muckrack.com/jesus-millan-munoz ©
jmm caminero (15 diciembre 2025 cr).
Fin artículo 5.269º:
“Sobre la tristeza y Carmen
Rigalt”.
E.
21 dic.