Artículo Periodístico 174º: “¿Se pueden encontrar algunos baremos o vectores para saber el valor de una obra de arte?, IV”.
0.
¿Se podría y se deberían buscar ideas y conceptos para valorar de forma más
correcta el valor real y en sí, de una obra de arte o de una producción
cultural, y después, determinando lo primero, aplicar el valor económico,
aunque éste último, esté muy influido por el concepto de oferta y demanda…?
1.
Tener buena voluntad, eso sería la primera condición.
2.
Si no lo hubiese visto, jamás habría pensado que una obra literaria-filosófica,
un libro, uno de los tres más extensos del mundo, en palabras, en número de
palabras. Sin entrar en la calidad de dicho libro. Nunca hubiese creído que una
obra así, en la cultura que se realizara hoy día, no tuviese una aceptación
mínima por parte del mundo educativo y de la cultura, de la gestión cultural
pública y privada de su sociedad o de su cultura o de su territorio. Si no lo
hubiese visto, jamás habría creído que esto se podría producir. Y ciertamente
así ha sido.
Por
tanto esto significa que a la hora de valorar las obras de producción cultural
y artística y humanística, no sé si sucederá lo mismo en las científicas y
tecnológicas, no existe un sistema racional y eficiente de valorar dichas
obras…
3.
Si cómo hasta ahora en muchos ambientes, se cree que la gestión cultural es
eficiente y eficaz, siempre. Y se dice que hoy no se perdería un Quijote, y
otras frases similares y parecidas. Entonces nunca se percibirá que hay un
grave problema en la gestión cultural.
No
sé, si ahora no se perderá un Quijote, pero desde luego, quizás habría que
saber cómo sería el Quijote de ahora, y en segundo lugar, que puede que una
obra genial no se pierda o no se destruya, pero quizás obras de menor valía, si
puede que se pierdan, con la enorme cantidad de producción mundial.
Quizás
entre millones de autores vivos, existentes en cada momento, en cada disciplina
artística o filosófica o cultural o estética. Evidentemente es diferente el
número de autores según especialidades, pero si podríamos pensar que entre
cientos de miles y millones según cada especialidad. Y por tanto, millones de
obras de literatura escritas cada año, docenas de miles de composiciones
musicales, millones de obras de arte plástico, etc., quizás si podamos pensar
que obras de valía y autores de valía, unos estén sobreestimados y otros, estén
infraestimados. Personas y obras.
4.
Existan genios y obras geniales perdidas, que se perderán y se destruirán. O no
existan. O existan obras de distinta valía que se pierdan. Hay que buscar,
diríamos sistemas taxonómicos y clasificatorios, para intentar valorar las
obras en sí, y ponerles diríamos un valor, y sobretodo, tengan el valor, sea
poco o mucho, no se pierdan, aunque sea en forma de imágenes (pinturas y
dibujos, y queden, al menos, como obras documentales para el futuro, aunque no
tengan calidad suficiente artística y estética). De todas formas, las
necesidades humanas cambian cada siglo, en algunos factores, y también las
estéticas. Puede que obras hoy no valoradas, mañana con cambios estéticos y
antropológicos o psicológicos de ver la realidad, se perciban como obras de una
cierta valía. Pero si no queda nada, nada se podrá juzgar, nada se podrá
revalorizar…
5.
Por tanto, hay suficientes indicios para plantearse seriamente programas de
investigación y de creación de métodos y de pautas y de protocolos para valorar
mejor las producciones culturales, especialmente, en los campos humanísticos,
artísticos, filosóficos, etc. Porque se supone que en los campos científicos y
racionales hay más racionalidad, porque existen sistemas más eficientes de
verificación y de falsación.
Lamentable
esos sistemas de verificación y falsación no existen, o no se han descubierto,
quizás, ni parcialmente en los campos de las artes, estética, filosofía,
humanidades, etc. Y ese es el problema. Porque la civilización no funciona solo
con argumentos científicos, sino también estéticos y filosóficos. Nos guste o
no, la crisis que estamos sufriendo, es en gran parte, no tener suficientes
conocimientos humanísticos y filosóficos, que en gran parte fundamentan otros
saberes, por ejemplo, las ciencias sociales, la economía, la política, la ética
social, etc.
6.
Se harán cada año millones de obras de arte, ser construirán millones de
libros, millones de obras de todas las artes ¿pero cuales son y serían o serán
las obras que permanecerán en la memoria de los seres humanos y por qué…?
De
momento podemos pensar que de los millones de obras de arte o artes, en todas
las artes que se hacen todos los años. Muchas no saldrán de los estudios o de
los cajones de los autores. Otras llegan al público, de una manera o de otra,
pero se perderán o se destruirán o se aniquilarán… y solo al final, queda un
tanto por ciento muy pequeño del total realizado cada año, en todo el mundo.
Cierto
es que con los medios actuales que se disponen. Se podrían conservar al menos
de forma informática, es decir, la información. Si no se pueden conservan cien
millones de cuadros o de pinturas o de esculturas, si se podrían conservar en
forma de imágenes y expuestas en Internet y en los sistemas informáticos…
7.
Hay que preguntarse por todas las personas que forman y conforman el mundo del
arte y de las artes si tienen buena voluntad. Existen multitud de personas,
multitud de oficios y de intermediarios. No solo lo forman los autores, ni los
compradores o coleccionistas o contempladores o visitadores o lectores. Según
que arte. Pero habría que preguntarse, si todos, o la mayoría de verdad tienen
buena voluntad o no la tienen…
Sin
buena voluntad no se puede llevar ningún negocio, y desde luego el de las artes
menos todavía. Otra cosa es equivocarse, que todo el mundo lo puede hacer…,
pero la buena voluntad tiene que tenerla todo el mundo… todo el mundo… no solo
los autores, sino todos los intermediarios…, porque hay mucha maledicencia,
porque se dicen que unos han dicho cosas de otros, cosas que no han dicho…, y
esos otros, les cierran los caminos durante décadas…, y si alguna vez
protestan, porque están cansados ya de tanto cerramiento, entonces por la misma
razón, le cierran aún más las posibilidades…
En
un mundo en el que vivimos, que ya cada vez más población no cree en Otro
Mundo, y por tanto, muchos ya no creen que sus aptitudes y actitudes y sus
hechos y sus palabras y sus deseos sean alguna vez juzgados por un Tribunal
justo. Demasiadas personas pueden abusar de su poder. Cosa paradójica, en una
sociedad democrática y constitucionalmente libre, personas con poderes
intermedios, pueden ser pequeños autócratas, seleccionar, en los mundos de la
cultura, a obras y autores, según no criterios los más racionales, sino
irracionales, etc.
Puede
que esto parezca exagerado. Pero en estos mundos es la conversación de todos
los días y la comidilla de todos los días…
Por
eso, algunos, como el que escribe todo esto, se han alejado de todas estas
fiestas culturales. Quizás demasiado…
Yo
me ocupo de realizar mi trabajo de búsqueda y de creación e investigación y de
materialización y después lo expongo de alguna manera o lo público de alguna
forma, y después que cada uno haga lo que quiera. Hasta ahora lo que hacen es
silenciar y silenciarme aún más mi trabajo…
8.
Por tanto, el mundo de las artes exige más racionalidad, más moralidad, más
buscar la verdad y el bien y la belleza, y más imparcialidad… se debe rechazar
en lo posible, y cada uno, según su lugar que ocupe, oficio o parte en el mundo
del arte o de cada arte, intentar ser lo más honrado posible, ser lo más racional
posible, etc.
9.
Es un espectáculo triste que la gran edad de oro de la literatura y artes
españolas, es decir, siglo dieciséis y diecisiete, los grandes genios españoles
estuviesen todos o casi todos reñidos entre sí: Cervantes, Lope de Vega, Quevedo,
Góngora, Calderón…
Y
en esa dinámica se sigue, en muchos sitios y lugares, sea en la corte de Madrid
o sea en el pueblo o capital más pequeña de la provincia más grande o más
pequeña.
10.
Quizás, habría que ser más humildes por parte de todos, y al final saber que
solo cada siglo, hasta ahora da cuatro o cinco grandes genios en todo el mundo…
y, que lo normal, es que usted, ni yo lo seamos… aunque usted se tenga que
esforzar y yo, por hacer un producto excelente, intentar hacer una obra
maestra, aunque luego no se consiga…
11.
Y los que no son los autores deben buscar la verdad, es decir, que no se pierda
un autor que valga la pena, ni una obra que valga la pena. Pero como una obra
no solo se juzga en su tiempo sino los siglos posteriores, se deben buscar
formas y modelos, para que no sse pierdan éstas. Porque hoy una obra que puede
tomarse como vulgar, quizás dentro de cien años se le ve valores que no se
vieron en su tiempo. Lo hemos visto con el Quijote, fue una obra famosa en su
tiempo, pero no genial, y cada siglo que pasa se le van añadiendo significados.
12.
Quién sabe si uno de los genios o genias de este siglo, está durmiendo sus
días, en una pequeña ciudad de Siberia, de Sri Lanka, de Tailandia, de
Finlandia, de Perú, de Alaska o quién sabe si de Toledo…
Más
humildad a todos, primero a los autores, pero después a todos los demás, a
todos los oficios que rodean y están dentro de cada arte o artes… más modestia
para ser más justos… no vaya a ser, que se equivoquen, y dejen a una persona con
talento que nadie le apoye, y se infravalore lo que vale, y se eleve lo que es
diríamos más prosaico, por decirlo con suavidad…
Alguien
que trabaje en un hospital debe juzgar al enfermo, el diagnóstico y el
pronóstico y la terapia la más correcta posible, aunque el enfermo no le caiga
bien, o el enfermo le caiga mal… El médico debe tratar correctamente a todo el
mundo. Y de hecho así lo hacen, otra cosa es que se equivoquen. Por tanto,
deberíamos todos aprender de los médicos y del personal facultativo, a y en
todos los niveles… y aplicarlo a todos los oficios y a todas las personas y a
todos los niveles y a todos las profesiones… porque la gran riqueza es los
recursos humanos, y las mentes humanas, porque son las que nos crean nuevos
significados, nuevos descubrimientos, nuevas invenciones, etc.
©
jmm caminero (20 Nov.14-21 enero 2015 cr).
Fin
Artículo 174º: “¿Se pueden encontrar algunos baremos o vectores para saber el
valor de una obra de arte?, IV”.
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