Artículo Periodístico 3.361º: “El temor ante la I.A.”.
La
realidad es que los humanos tememos, en distinto grado, las consecuencias y el
desarrollo, aún más perfecto de la Inteligencia Artificial.
No podemos negar hasta ahora, en
estos siglos, la industrialización o mecanización, ha sido vista con temor, y,
al mismo tiempo, ha permitido un desarrollo enorme. Empezando por los telares.
Pero después, diríamos, que la sociedad y el Estado y la cultura y todas las
realidades humanas se han ido adaptando a la producción mecánica en serie, y,
estos sistemas económicas industriales se han adaptado también, en parte a la
sociedad… Adaptación no fácil, no sencilla, no producida en unos años, sino en
varias generaciones.
Esas adaptaciones económicas e
industriales, sintetizando, de la fabricación mecánica en serie, los telares es
el ejemplo, pero se fue extendiendo a multitud de aspectos de la realidad,
afectando a cambios en todos los sentidos, tuvieron pasos positivos y menos
positivos. Hasta llegar aquí, en el momento actual. Diríamos que desde la
primera fase de la revolución industrial, alrededor de 1750, se ha ido
produciendo cada siglo, una nueva fase, -que no podemos narrar aquí-. Ahora
estaríamos en la cuarta fase, que sería, por poner un nombre la de la
teleinformática y la de la Inteligencia Artificial.
En un artículo de la Agencia
Europa Press del 07 de diciembre del 2022, titulado: Consumidores
advierten del “fracaso” de Europa en la protección de usuarios frente a los
riesgos de la IA., ya que se considera que existen muchos riesgos para
los consumidores por la aplicación de las metodologías de dicha tecnología a la
realidad del consumo.
La inmensa cantidad de datos, que
es una variable, que la IA puede disponer, y puede utilizar, con distintos
algoritmos, puede no solo producir la fragmentación de la población según
sectores económicos… sino que la realidad, es que grandes entes sociales, de
diverso tipo, que tengan acceso a esa información, pueden conocer mejor a los individuos que ellos mismos se conocen a sí
mismos –pienso que esta es la gran tentación y el gran temor del presente y
del futuro-, incluso, en ese sector económico del que estamos hablando –pero
también en todos…-.
En otras ocasiones hemos hablado
o dialogado o escrito o pensado sobre la cuestión de la IA en la realidad
laboral, que realizará funciones y finalidades que los seres humanos no pueden
construir, pero si la IA, lo que permitirá un enorme desarrollo. Pero por otro
lado, también, pueden mermar muchos puestos de trabajo para personas biológicas
humanas. Qué será más grande el impacto, lo positivo, de todos los campos que
nos abrirán nuevos, o, lo negativo, si abolen multitud de trabajos, millones
hablan, en los próximos lustros y décadas.
Tampoco hemos hablado en esta
ocasión, si la IA como totalidad, dentro de unas generaciones, será más
inteligente que el ser humano, porque tendrá una enorme cantidad de masas de
datos y de conocimientos, y, cuándo traspase un nivel de creatividad y de
imaginación y de invención y de conocimiento… No se sabrá muy bien, si es
racional o no lo es, si habrá que darle derechos, algo semejante a los de los
animales o aún mayores que a nosotros mismos, si podrá caer en la tentación de
superarnos a nosotros los humanos en muchos aspectos y, sentirse superior a
nosotros.
Esto no es ya ciencia ficción,
sino una realidad que se otea detrás del horizonte. Porque ya existen sistemas
de IA que podrán redactar textos escritos, por lo cual, los articulistas, como
el presente, quedarán sustituidos en parte, por esos sistemas. También, existen
programas muy avanzados en las otras artes…
Pero aquí, hoy aquí, nos estamos
planteando el grupo de los consumidores. Y, consumidores somos todos, no solo de
cuestiones económicas, sino sociales, culturales, religiosas, políticas, etc.
Hoy, los sistemas de IA podrían con datos suficientes, y, ya, diversas
entidades disponen de bits de información, de cada individuo, de grupos de
individuos, a millones, y, si se reúnen de distintas entidades, esos datos, se
puede realizar un perfil psicológico y moral y antropológico, casi más perfecto
que lo que el individuo a si mismo se conoce y se entiende.
Estamos diríamos en la línea,
estrecha, ya a punto de atravesar, que sistemas externos a nosotros, conocen o
conocerán, dentro de nada, no solo mejor lo que hemos hecho, en toda nuestra
vida, sino incluso, nuestra conciencia. Nuestra conciencia y consciencia
exterior y nuestra conciencia y consciencia interior, la consciente y la
inconsciente y la semiconsciente.
Por una vez, estamos a punto, de
atravesar la línea, que desde fuera, una conciencia inteligente o IA, puede
conocer mejor la conciencia de otro ser humano, que ese mismo ser humano… ¡¿Es
la gran tentación, el gran poder desde fuera hacia el interior de cada
individuo… o hacia el interior de la mismidad de cada persona…!?
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2023 cr).
Fin artículo 3.361º:
“El temor ante la I.A.”.
E.
04 enero