Artículo Periodístico 3.827º: “Gastro: Tojunto manchego”[1].
En una olla de barro se añaden
distintas carnes, lo que se disponga en esa familia o en ese momento, carne de
conejo o de vaca o de caza menor, y algunas verduras, cebolla o patatas.
En la zona de Tomelloso se
denomina tocrúo. Al unir en una olla de barro todo lo que se disponga en la
casa, y, según la cantidad de comensales que se presenten al acontecimiento
familiar, como siempre se añaden aceite de oliva, sal, agua, aire, fuego. Y,
siempre toda comida está acompañada de pan. Se cree que deriva de las palabras:
“Todo junto, tojunto”. Es una de las comidas que tiene refrán: “El tojunto
manchego se escribe junto y se guisa separado”.
Los filólogos nos podrían indicar
el origen del término o vocablo o palabra “tocrúo”. Quién sabe qué origen pueda
tener, en unas zonas de paso como han sido la Mancha, que tantos pueblos han
ido atravesando sus costillares y corazones…
Entiendo el artículo periodístico
como un camino donde convergen, el periodismo o la información de actualidad o
menos de actualidad, en este caso, una comida concreta y el tema de la
gastronomía, y, la literatura, en sus diversos géneros, diríamos aquí
fragmentos de microensayo, con tonos poéticos y tropos y metáforas, y, con
sentidos también antropológicos, filosóficos, psicológicos…
En esa plaza dónde se unen todos
esos caminos, se produce la columna periodística o literaria. Y, en ese sentido
nos conformamos a un género, que es literatura y es arte y es filosofía y es
periodismo y es psicología… Por tanto, al rozar esta comida, tojunto, no me
fijo especialmente en una receta, y cómo hacerla, tienen decenas en Internet,
sino en buscar otras proyecciones y perspectivas y dimensiones y variables. Que
lleguemos a ser conscientes, que la comida es un enorme mar, con multitud de
símbolos, signos, significados, conceptos, metáforas, proyecciones conscientes
e inconscientes…
Las comidas tienen su historia y
sus historias, siempre se suele poner el ejemplo de las ostras, cuando Pardo Bazán, escribió su dos libros
sobre comida y recetarios, las ostras eran una comida popular, que se
encontraba en muchas playas y costas de Galicia, ahora, ya sabemos el cambio
que ha surgido. Pues en todas las comidas, podríamos indicar esos dos niveles:
unas, durante siglos, pertenecen a un estrato social y económico, y, otras van
variando, por escasez o valoración o gustos o modas. Esta división puede
parecer simple y baladí, pero creo que explica y explicita mucho de la realidad
de la comida y de los hombres dentro y alrededor del acto del comer.
Durante siglos la historia estaba
escrita con los grandes acontecimientos, reyes y batallas, y, al pueblo que
soportaba el peso de todas las decisiones y variables y vicisitudes de la vida,
apenas se le tenía en cuenta. Desde hace un siglo la historia y la geografía y
todas las ciencias sociales, se han fijado más en el pueblo, desde que se creó
hace dos siglos la sociología y otras ciencias sociales, como ciencias, pues el
pueblo ha ido elevándose en el valor de su importancia en todos los parámetros.
Dentro de esta tendencia pues se
está ponderado más el comer, en dos direcciones, una, la comida de autor o de
invención, en estas últimas décadas la gastronomía, ha hecho la vanguardia, lo
que las demás artes, han realizado en dos siglos de vanguardias, lo ha hecho
los fogones en estas últimas décadas. Y, por otro lado, se ha revalorizado la
comida típica, tradicional, popular de siglos, en ese movimiento semejante, a
como la cerámica y las artes populares se han dignificado más profunda y
esencialmente, en esa óptica también lo ha hecho el tema de la gastronomía
popular…
Suponemos que con el tiempo se
irán, por el esfuerzo de los literatos y filólogos y gastrónomos, se
entresacarán los cientos de recetas y platos reales o imaginarios, que en la
literatura y los libros están dormidos o despiertos –también de otras artes-.
Porque en tiempos actuales, como todos, de alegrías y penas, la comida como
arte, la comida como alimentación, la comida tomada con racionalidad y eticidad
y mesura puede ser un valor de esperanza y de espera en el presente y el
futuro. Tenemos que buscar motivos, racionales y morales, para la sonrisa. La
comida puede ser un factor o variable a tener en cuenta con ese fin o esa
finalidad…
Si una comida o plato o fogón o
puchero da un aire de esperanza a un ser humano, a muchos seres humanos,
tenemos que tomarlo como elementos de realidad y realidades presentes y
futuras. Si la comida, racional y moral, puede ser un escudo para luchar con y
en la vida, no podemos negar este instrumento, en tiempos que, como todos,
tienen crisis, angustias, penas, desalientos… Comer con alegría es una
necesidad humana. No podemos negar ese factor de alegría y de placer y de
supervivencia… ¡El tojunto puede ser un elemento popular y tradicional que nos
puede abrir una pequeña sonrisa en el fragor de los tambores y trompetas del
vivir…!
Recordamos cosas grandes,
acontecimientos grandes, historias grandes, pero la vida de los humanos están
hechas por miles de cosas pequeñas, de realidades pequeñas, la comida, que
muchos apenas dan importancia, es una de esas cosas, que son pequeñas pero que
son grandes, el tojunto es una de esas realidades que son pequeñas pero que son
grandes…
http://youtube.com/jmmcaminero © jmm caminero (06 septiembre-03 octubre 2023 cr).
Fin artículo 3.827º:
“Gastro: Tojunto manchego”.
[1] E. 03 octubre