Artículo Periodístico 3.820º: “Los grises de los hombres y de los poetas: Neruda”.
Se
ha corrido un maremoto de clamor y alabanza a Neruda por todo el planeta, al
que mis labios también se alían y se unen y se combinan en los faroles de las
estrellas y los mares.
Hace
tiempo, ya mucho tiempo, que distinguí en los humanos, aprendido de la
historia, con los que hablo y ando y camino y con los que leo y pienso y razono
y percibo realidades, tres diferencias y dimensiones: lo que hacen y en el
fondo son en sí, con su arco iris de ser y de estar, algunos, hasta dónde se
saben y conocen, muchas sombras, muchos grises, cercanos a muchos negros, y, también,
muchos colores…
Lo
que dicen defender y defienden, ideologías y grandes banderas que levantan a
los infinitos montes de las palabras y de las ideas. En tercer lugar lo que
crean, sea en un campo del saber o de la industria o de la economía o de la política
o de las letras…
Son
tres miradas y perspectivas y dimensiones que se completan y se complementan.
Que no vengo a juzgar a ninguno, a las decenas y cientos que he ido citando y
sintiendo y aprehendiendo y alabando, a lo largo de las décadas, de todos he
aprendido y aprehendido ideas y conceptos, todos nos han dado nuevas
formulaciones o ideas o imágenes o ecuaciones en las letras y en las ciencias y
en los saberes. Y, a esa aportación a la humanidad, a esa innovación o
descubrimiento o creación debemos ser generosos y alegrarnos y agradecidos.
Pero
también, tienen, algunas figuras, sombras negras y grises, en sus
personalidades psicológicas y personalidades morales, obscuridades, que rayan
con la negrura. En sus diatribas normales de la vida, en sus diálogos normales
de su existencia, en sus actuaciones de la vida normal. Incluso en sus
posturas, que los idealismos están bañados de sombras negras. ¿Cómo se
preguntan, como muchos después, grandes intelectuales con gran corazón y gran
sensibilidad y gran saber, que no se percataron de grandes sistemas
ideológicos, que tenían grandes discursos humanitarios, pero también, grandes
campos de concentración, de un color y de otro…?
¿Cómo
grandes figuras, pudieron caer en errores tan grandes, tanto en unos bandos
como en otros, es una de las preguntas que están en muchos foros culturales,
cuándo ya, se relajan las conferencias, y empiezan los cafés o los somnolientos
caminos de los atardeceres…? ¿Cómo ese no ver y si ver, como ese decir y no
decir, cómo ese ocultar y cómo saber que personas de gran sensibilidad no
fueron conscientes de la negrura de algunas de sus ideas e ideologías y de
algunas de sus actuaciones…?
Neruda y su gran epopeya-épica Canto
General. Dónde se mezclan y combinan tantas ideas y tantos conceptos y
tantas metáforas y tantos lenguajes. Una epopeya laica y seglar del siglo
veinte. Una épica de la vida normal y rutinaria, una épica de la historia del
pasado y del presente augurando el futuro… Una epopeya en el que el hombre y
mujer normal de la calle, con las realidades de la calle y con las grandes
ideas, se mezclan en un cocido todo lo real, todo lo imaginario, toda la
historia, todo lo posible, todo lo futuro…
Modestamente,
yo, que durante años, fui redactando también una épica o epopeya, en sesenta mil versos, al menos, que denominé,
sencilla y simplemente: Epopeya o Epopeya Filosófica, y que
tiene las mismas intenciones, narrar las realidades pequeñas internas y
externas de los seres humanos, del hombre y la mujer común, cronicar algunos
aspectos del interior y del exterior de los humanos, intentar hacer con
palabras, algo mejor a los hombres de esta humanidad, de la que somos. Esa
epopeya que rellené con frases e ideas y conceptos e imágenes y palabras. Esa
epopeya que redacté, que duerme los sueños y las veladuras del olvido, esa
epopeya, que envíe, gran cantidad de versos, cuarenta mil, por cientos y miles
de lugares y nombres de este mundo, de Europa y América. Esta epopeya que está
durmiente y dormida y durmiendo, no se sabe, si despertará…
Como
sé, el enorme esfuerzo de realizar un verso, de realizar un poema, de realizar
cien poemas, de realizar una épica-epopeya, como sé, cómo sé todo ello, sé que
ahora ha llegado el momento, por las efemérides de cantar y contar algo de Neruda, y, unirme a cientos de voces
que cantan su sinfonía de su recuerdo. El gran poeta del hombre común que
aspira como Whitman a la
inmortalidad de los versos de la vida normal y rutinaria y, la alabanza del
hombre común...
El
siglo veinte, se llenaron sus huecos de grandes epopeyas humanas, de realidades
en todos los campos, también se llenaron de grandes tragedias humanas que
rellenaron todos los huecos de los ojos. Creemos que fue más lo bueno que lo
malo, más lo positivo que lo negativo.
Pero
no pueden vivir los humanos sin poetas, no pueden vivir sin poemas… Digo a
veces, los periódicos, hoy, digitales o no, como hace décadas, alguno publicaba
cada día, a un poeta y unos versos de cada uno. Me pregunto hoy, hoy que
Internet permite tener más espacio, no deberían seguir esa idea, un día a la
semana, dos a la semana. E ir, rellenando huecos de poemas y de poetas…
Hoy,
recordamos y homenajeamos la poesía de Neruda, y, nos sirve para recordar, que
también los poetas tienen grandes colores y grandes grises, como todos los
hombres, como usted y como yo. Quizás, el gran poema de la vida, es que cada
uno, se vaya haciendo y reluciendo dentro de sí y fuera de sí, con más colores,
e, ir apagando los negros y los grises de sí y en sí. Esa sea la gran escultura
que tiene que formarse y conformarse con sí y en sí y consigo mismo y en sí
mismo...
Quizás,
el gran poema que cada uno tiene que escribir, es escribir dentro de sí,
palabras y actos y deseos y hablas de colores, ir apagando lo negro en sí y que
viene fuera de sí y de dentro de sí, y vayan refulgiendo los arcos iris de
miles de colores.
Paz
a Neruda, paz a miles, decenas de
miles de poetas, que duermen sus sueños y sus versos, en los cajones de la
historia. Hasta que llega un día, y, los tiempos tiran por las ventanas las herencias
de cientos o miles de páginas con poemas…
https://museovirtualcuadernosdelamancha.wordpress.com © jmm caminero (25 sept.-03 oct. 23 cr).
Fin artículo 3.820º:
“Los grises de los hombres y de los poetas: Neruda”.
E.
03 octubre 2023 a El Digital Sur.com