Artículo Periodístico 3.829º: “Gastrocultura: Ajo de la Calabaza extremeña”[1].
De
simples ingredientes hacer una obra de arte, a nivel visual, sabor, olor,
tacto, paladar ese es el misterio del ser humano, que hace de alimentos: gastronomía,
arte y esperanza.
Con calabaza, guindas rojas
secas, rebanada de pan, dientes de ajos, dos hojas de laurel, aceite, vinagre,
sal, agua, fuego, aire se crea una guirnalda de esperanza… Se come no solo para
alimentarnos en ese momento, sino para continuar alimentándonos al día
siguiente, y, en medio, todas las actividades humanas que realizamos. Todos los
animales y todas las especies animales y vivientes, tienen que alimentarse,
toman substancias y las convierten en energía. Y, así de ese modo siguen todo
el ciclo de su existir…
El pensar, el conceptualizar, el
idear también debe ser sobre la comida, fogones, alimentos, calderos y platos.
El ser humano somete todo a su pensar, aunque no solo a su pensar. El pensar lo
aplicamos a y en todos los sentidos. Unos, dirán que poco, otros, dirán que de
forma exagerada o errónea. Pero el pensar es el intentar analizar y percibir
pensando y pensando percibiendo. Es combinar ideas racionales e irracionales,
conscientes e inconscientes. Un plato modesto y humilde como el que tenemos
delante. Nos sirve para todo ello.
Me he cuestionado alguna vez, si
en tiempos de crisis, la gastronomía popular y típica ha construido durante
generaciones comidas y platos y fogones, con alimentos sencillos y humildes,
económicos y más asequibles. Me pregunto si en tiempos de crisis, entidades
públicas y privadas deberían ir recogiendo por la geografía española y por
otras geografías, por las costumbres y tradiciones culturales de Europa y, del
mundo.
Menús y comidas que con ingredientes
asequibles, tanto en cantidad, calidad, economía se puedan realizar comidas
sencillas y fáciles y nutritivas y económicas. Me pregunto, si entre todas las
cosas buenas que los poderes públicos y las entidades privadas nos ofrecen esta
podría ser una de ellas. Es a través de los medios de comunicación, a través de
otros medios, ofrecernos decenas de recetas con alimentos y platos con esta
característica.
Una de ellas, aunque fuese de
temporada, como casi todos los alimentos asequibles, aunque desconozco cuándo
es la época de la calabaza, supongo que hacia otoño e invierno, aunque quizás
ahora, con los cultivos de toda época, será asequible en toda estación. Opino,
que se pueden realizar cosas sencillas como ésta, que puede facilitar la
sonrisa a otras personas. Que un padre o madre de familia que no sabe que
guisar, porque los alimento son caros, y, que no conoce estas recetas humildes
y nutritivas, que en tiempos de carestía en todas las regiones se han ido
cristalizando, desarrollando, evolucionando.
En estos parámetros conceptuales,
nos podemos encontrar el ajo de la calabaza extremeño. Porque todo el mundo
conoce las migas, las migas de cada región o el pastor que son similares. Y,
como en todo lo popular, se le va echando lo que se tiene, chorizo o sardinas o
uvas, según época y según tiempo y según estación temporal y según bolsillo y
según cuántos comensales…
Podríamos indicar que la comida
popular y tradicional es la elevación de lo humilde a gran arte, es realizar
esculturas de gran arte, con colores y sabores y alimentos y olores, con
alimentos sencillos y asequibles… Me he preguntado, que quizás, millones de
mujeres y de hombres, es para ellos una preocupación diaria, pensar que poner
en el plato ese día. Que no sea todos los días lo mismo, y que tenga
suficientes ingredientes nutritivos y sea agradable.
Quizás, éste haya sido el sujeto
elíptico que ha movido la historia. Y, me pregunto y digo, cuántas lágrimas y
temores habrán acontecido ante esta cuestión. Uno de los grandes adelantos de
la segunda mitad del siglo veinte, es que en gran parte este problema se ha
terminado en Europa, al menos en grandes masas de la población, casi en toda la
población. Ha existido una proliferación de riqueza de alimentos y culinaria,
para grandes masas de los ciudadanos…
Pero siempre, en el horizonte hay
tiempos tristes, quizás, debido a circunstancias sociales y políticas y
económicas de todo tipo y de toda clase, quizás, también a errores de alguno de
los progenitores, malos hábitos psicológicos morales, antes a esto se llamaba
vicios, también, pueden ser, por operaciones económicas erróneas, o por
quedarse alguno de los postes que sostienen las familias, en el desempleo, o,
quizás por graves enfermedades o fallecimientos o muertes…
Pero siempre ocurren huracanes y
seísmos y maremotos en las familias. Siempre, la vida, parece que está detrás
de cada persona, el ogro y el lobo y el oso y el dragón y el dinosaurio, no
como cuento infantil y relato infantil, que se le narra a los niños y niñas
pequeñas, quién sabe, si para prepararlos a que la vida, es enormemente fácil y
difícil. Fácil porque hay que seguir unas reglas morales mínimas, como las
normas de conducir, para equivocarte lo menos posible. Difícil, porque a cada
sujeto le ocurrirán circunstancias y situaciones que no puede prever…
En este elenco sobre gastronomía
popular de Hispania que estamos planteando. Hoy, le ha tocado a la humilde
calabaza. Difundamos comidas sencillas y modestas y nutritivas y fáciles y
económicas.
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Fin artículo 3.829º:
“Gastrocultura: Ajo de la Calabaza extremeña”.