Artículo Periodístico 3.838º: “Herodes se reconcilia con Pilato(s)”.
Dice el Evangelio que Pilato o
Pilatos que no quería condenar al Nazareno a muerte, envío al reo, ante Herodes
para que él, lo juzgara. Se llevaban mal, y, parece ser se reconciliaron.
Este fenómeno, que parece difícil
de concebir, sucede de vez en cuando en la vida diaria y rutinaria, entre
personas de la diversidad de entidades sociales que forman y conforman el mundo
humano, también en la política y en la gran economía.
Ante situaciones complejas o
excepciones o determinadas vericuetos de la historia, sea personal o colectivo
o social o político. No sabemos cómo, se produce por causalidades y por
casualidades, por causas y azares, que dos o tres entidades o personas o
grupos, confluyen en ponerse de acuerdo. Personas o grupos o ideologías o
colectivos, que han podido estar durante tiempo, mucho o poco, encontrados con
encontronazos…
Los tiempos, dice el refrán
popular, los tiempos cambian que es una barbaridad –en el purismo del
articulismo, no está bien visto, utilizar frases comunes y populares, pero yo,
pienso y opino que con comedimiento es conveniente y adecuado-.
Le he proporcionado a usted, un
tema, y le he proporcionado un título, y le he proporcionado una tesis. Podría
desarrollarle casos y ejemplos concretos de ayer y de hoy, a nivel social y
político, porque no vamos a hablar de casos concretos biográficos. Pero le he
proporcionado una tesis, una idea, un concepto, un título. Le queda a usted la
obligación de pensar y de analizar. De aplicar este concepto general y
universal a casos concretos, quizás de su experiencia de vida, quizás, de su
sociedad, o quizás de su Estado…
Ya sabemos, llegamos al símil o
caso o ejemplo o metáfora o símbolo, que al final, todos los días comemos, y
hacemos platos que son combinaciones de diversos alimentos y nutrientes y
substancias alimentarias, y las mezclamos de mil modos. Imaginen las formas de
combinar huevos con patatas y pimientos…
Es un misterio y un enigma
histórico cómo hemos visto, que dos enemigos acérrimos y con posiciones
radicalmente diferentes, se ponen de acuerdo con y en una finalidad. Pondremos
el ejemplo, en el siglo veinte, de cómo Stalin
y Hitler fijaron un acuerdo, cosa
que en toda la izquierda europea fue incomprensible, y, que poco a poco se va
aclarando. Después, cómo Stalin y Churchill y Roosevelt firmaron otro acuerdo, explícito o implícito…
Cómo ante situaciones concretas,
sea en entornos sociales diversos, lugares de trabajo, amistades, familias en
sentido amplio, organizaciones de ocio, pero también, en entidades
sociopolíticas de gran calado, ideologías y entidades que han estado con graves
problemas de relación y correlación y de entendimiento y de comprensión y de
razones y de principios y de causas y de fines y de finalidades. Por misterios
que superan mi comprensión motora mental, se ponen de acuerdo, firman pactos,
firman acuerdos, firman finalidades…
Uno, no entiende y no comprende,
quizás, por su falta de inteligencia o su falta de conocimientos o por su falta
de datos, o por todo junto a la vez, cómo se llegan a acuerdos personales o
colectivos sociales o políticos en determinadas materias, cambiando todo el recorrer
histórico hasta ese momento que habían tenido. Y, uno, se queda con cara de
póker y de estupor y de temblor, por esos acuerdos, y, por el temor hacia dónde
nos van a llevar, y cómo va a terminar la partida, la gran partida.
Uno, echa y achaca, en y con su
ignorancia, buscando causas y motivos y razones: en el desconocimiento propio
personal y, en que los líderes tengan determinadas connotaciones psicológicas y
morales de personalidad concretas y, en que existan, no solo grandes poderes
dentro de la sociedad que quieran llevarnos hacia una dirección o hacia otra y,
también, que deben existir poderes extranjeros, en determinados aspectos, que
están incentivando estos movimientos, incluso, los estén sugiriendo y
amparando, para sus fines concretos que desconocemos… O, y, mil otras razones…
Pero sea lo que sea, Pilatos envía a Herodes, el y al Nazareno,
para que sea juzgado por él, y, él tome una decisión, de dejarlo libre o de
condenarlo a muerte. Pero Herodes,
según el Nuevo Testamento, que era un perro viejo con ropas y perfumes caros,
no cayó en la trampa y se lo devolvió al Poder Romano… y, al final, El Nazareno, fue condenado a muerte y
muerte de cruz… Y, ambos que eran enemigos y adversarios y no se estimaban,
dicen, Las Escrituras, que se reconciliaron a raíz de ese detalle o
ese hecho o ese acontecimiento…
Este es el misterio, si observas,
cómo Herodes y Pilatos o Pilatos y
Herodes, en tu vida diaria, por mil razones, personas que llevan años o
meses con graves diferencias, se ponen de acuerdo. Cosa que sería bueno. Pero
generalmente, en medio, siempre hay un “pequeño nazareno, que sin comerlo, ni
beberlo, sale perjudicado”, y, se le condena, al silencio o al ostracismo o a
la negación de la amistad, o se le margina, o se le silencia, o se le vitupera,
o se le veja o se le humilla o se le cierran las puertas…
¡Cuántos
pequeños Herodes y pequeños Pilatos y pequeños Nazarenos existen cada día, por
la vida y en la vida, cruzándose contigo, quizás saludándote, quizás, tú, o yo,
siendo el Herodes o el Pilatos o el Nazareno…!
http://www.facebook.com/cuadernossoliloquiosjmm © jmm caminero (27 sept.-10 oct. 2023 cr).
Fin
artículo 3.838º: “Herodes se reconcilia con Pilato(s)”.
E.
10 oct.
E. 17 octubre